Ricardo Albornoz Trigal, periodista y maestro

Ha muerto en Neuquén don Ricardo Albornoz Trigal. Vecino de toda su vida, salvo sus primeras horas que transcurrió en General Roca, porque nació allí.

Periodista y docente. Hombre de principios firmes, incorruptible y generoso para trasmitir enseñanzas y experiencias.

Los diarios La Nación y La Nueva Provincia (Bahía Blanca) lo tuvieron entre sus redactores; también las radios LU 5 de Neuquén y LU 19 de Cipolletti; y en sus comienzos, apenas habiendo dejado atrás la adolescencia, la pionera agencia local de noticias Interpress. Siempre redactando y exhibiendo una notable velocidad para teclear y para respetar la pulcritud de la semántica, la ortografía y el contenido.

Por las redacciones en que pasó, el Coco dejó su huella, y su prédica por el respeto por la ética, por el oyente y por el lector fueron escuela para muchos. Apegado a pautas de vida austeras, una vez jubilado se dedicó a ordenar su archivo de publicaciones que “amontonó” durante décadas; y así se constituyó en hombre de consulta de muchos, periodistas, investigadores, docentes, etc. Una especie de Google sobre cuestiones regionales.

Adhirió a conceptos “gregorianos” (por don Gregorio Álvarez, médico, investigador e historiador neuquino), en la definición de los orígenes del Neuquén y de la ciudad capital, lo que defendió hasta su último día. El Coco Albornoz se definía como “neuqueniano”, y era mirado como “bicho raro”, por muchos, entre ellos muchos hombres y mujeres dedicados a la historia.

Esa posición la defendió también en la Junta de Estudios Históricos, de la cual fue miembro durante un par de años.

Motivado por otro grande de las letras neuquina, Osvaldo Arabarco, incursionó en la docencia en centros de adultos, en donde dejó perdurables y generalizados recuerdos entre quienes fueron sus alumnos.

El Coco (su apodo familiar y de sus amigos de la niñez y adolescencia), o el Viejo Vizcacha (por lo protestón), para quienes lo frecuentamos en el oficio, deja grandes y valiosos ejemplos, sobre todo para un tiempo en que los valores están degradados y arrinconados como elementos de tiempos viejos. Y pretendo difundir estos aspectos de su vida, porque el periodismo, como la política, son disciplinas modeladoras de los comportamientos sociales. Y si miramos hoy cómo estamos como sociedad y giramos la mirada hacia lo que pasa en el ejercicio del noble oficio y la no menos noble praxis política, comprobaremos esa íntima relación.

Mi modesto homenaje a uno de mis maestros en el periodismo, esperando que, en donde esté don Vizcacha, por una vez no me critique el texto, en su forma o contenido.

Ricardo Villar

DNI 8.377.070

Neuquén


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