Roca tiene su propia emergencia hídrica
Roca vivió una semana intensa y hasta tuvo su propia emergencia hídrica. Ni siquiera fue necesario que llegara el verano para sentir el rigor del corte de agua, que para unos fue de un par de días y para otros se llevó nada menos que una semana.
Demasiado tiempo sin el recurso en las zonas altas de la ciudad, pero demasiados años para una ciudad con el mismo problema.
Y no creo que el camino sea caerle encima a la empresa provincial. La solución para Roca implica una enorme inversión en cloacas y en agua y eso tiene que salir de recursos nacionales. Y para eso hay que tener una decisión política en la mano. Debe intervenir la provincia y el municipio. Y entender que así como está la ciudad bajo tierra, será inevitable vivir de sobresalto en sobresalto.
No es viable que un sector de la ciudad esté una semana sin servicio. Y no sirven los paliativos porque apenas alcanzan para calmar los enojos.
Ningún gobernante se decidió a mover cielo y tierra para conseguir la solución definitiva. Y eso también es responsabilidad de los legisladores nacionales que representan a la provincia y que deben velar por las cuestiones que la gente necesita.
El agua no “garpa” y menos en Roca
La crisis hídrica de Roca va más allá de una circunstancia y de un corte de agua. Roca padece en invierno y en verano, pero también en otoño y en primavera.
Tal vez los representantes de la ciudad en la Legislatura y en el Congreso puedan empezar a mover la cuestión para que de una buena vez la ciudad encuentre soluciones.
Hoy se invierte, pero no es suficiente para una ciudad parcialmente detonada bajo tierra. Es tiempo de un plan cero de reconstrucción en las entrañas de la ciudad. Porque el avance de la urbanización no fue a la par del tejido que debieran tener los servicios.
Una Roca de hace 50 años no demandaba el caudal que hoy demanda y cuando algo se sobre exige termina rompiéndose.
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