Muestran y venden sus trabajos para solventar talleres de la escuela

En la Escuela Laboral 2 de Roca preparan la expo anual para el próximo viernes, una oportunidad de recaudar recursos para continuar con sus actividades. Asisten 80 personas con discapacidad, que en la institución logran autonomía para la vida adulta.

En cada aula de la Escuela de Formación Cooperativa y Laboral 2 de Roca la muestra anual se palpita. Alistan lo que tienen y lo que falta, piensan en los detalles y trabajan mucho en lo que aprendieron. Es que tienen que tener todo listo para el próximo viernes, cuando los pasillos reciban la visita de la comunidad y puedan exhibir y vender el trabajo de todo el año.

Desde panificados hasta parrillas, chulengos, cajas de madera, manualidades en cartapesta y prendas del taller de costura, entre otros objetos, conformarán la exposición. En cada pieza intervino uno o un grupo de los 80 estudiantes con discapacidad que conforman la matricula de la institución. La cita es para el próximo viernes 19, de 17.30 a 21.

El formato de la escuela es de autogestión. Todo lo que se produce se vende y se reinvierte en nuevos materiales y recursos necesarios para continuar con las actividades de cada taller.

El valor de la autonomía

La escuela funciona en una vieja casona ubicada en la calle San Martín al 845, en el turno mañana y tarde.

Se dedica a brindar herramientas a las personas con discapacidad motora, sensorial, mental o multidiscapacidad que asisten. Dictan talleres de panificación y cocina, carpintería, costura, herrería, albañilería, adaptación laboral, cerámica, música, educación física, teatro y el último taller incorporado, el grupo de discapacidad mental en la cual trabaja una docente con un grupo más reducido.

La trayectoria en la institución comienza al finalizar la escuela primaria y se extiende entre 3 y 6 años, según el caso. “Recibimos egresados de la Escuela Especial 1 y 12, y tenemos otros estudiantes en proyecto de inclusión”, indicó Verónica Rodríguez, asistente de Educación que integra el equipo técnico.

Los estudiantes tienen entre 13 y 21 años. “Se busca lograr autonomía en ellos, que ganen independencia y una futura inserción laboral. El paso por acá es una transición a la vida adulta, por eso apuntamos a formarlos en lo diario, desde que manejen un vuelto en una compra hasta a manejarse en transporte público o sacar su credencial”, amplió.

Estudiantes del taller de carpintería en plena producción.

César izza

En cada pieza intervino uno o un grupo de los 80 estudiantes con discapacidad que conforman la matricula de la institución. La cita es para el próximo viernes, de 17.30 a 21.

Por eso es que si bien la escuela cuenta con servicio de transporte, no todos los estudiantes acceden a él. Vienen desde sus domicilios -que quedan algunos distantes, como en Puente Cero a Guerrico- en transporte público, porque se inculca el valor de la autonomía.

“Este año se viaje a Bariloche con los egresados, es un grupo de 14, con el trabajo de la escuela se solventaron los gastos, porque tenemos casos de bajos recursos”.

El después

La demanda de ingreso a la escuela es creciente. “En los últimos cinco años la matricula pasó de 50 a 80 asistentes”, puntualizó Rodríguez.

Cuando egresan cuentan con conocimiento en distintos oficios, siempre dependiendo de las habilidades de cada uno y lo que sigue es la inserción laboral, que no siempre llega.

“Hay resistencia por parte de empresas e instituciones, mientras que otras nos han contactado para ubicar allí a nuestros estudiantes. Hay cierto temor a la incorporación, a lo que decimos que con supervisión y acompañamiento ellos pueden lograr el desarrollo de tareas y para ellos es un gran incentivo”, finalizó.

“El paso por acá de los estudiantes es una transición a la vida adulta, por eso apuntamos a formarlos en lo diario”

Verónica Rodríguez, asistente de Educación del equipo técnico de la escuela

Mayor demanda y un edificio inadecuado

Pisos sin el revestimiento ideal provoca caídas.

Las aulas no cuentan con espacio para higiene. Lavan materiales en las únicas bachas que tienen, el comedor.

En el comedor también se realizan talleres de cerámica por falta de espacio.

Tienen sólo dos baños, para 80 estudiantes más los docentes y técnicos.

Cuando llueve los chicos salen a un patio interno y se mojan para llegar al comedor.

La escuela funciona allí hace al menos 15 años, a pesar de ser una vieja casona que no fue proyectada para tal fin.

Datos

César izza
“El paso por acá de los estudiantes es una transición a la vida adulta, por eso apuntamos a formarlos en lo diario”

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