Salas de escape: juego de ingenio sin pantalla

La propuesta dista mucho de los tiempos que vivimos. Pensar, discutir, consensuar, comunicarse y poner en marcha la concentración. Eso sí, sin pantallas de celulares mediante.

Bariloche inauguró la primera sala de escape tres años atrás en la avenida San Martín 64. La iniciativa acababa de imponerse en Buenos Aires y resultaba toda una novedad en el interior del país.

El holandés Ronald Oomenn reside desde hace 15 años en Bariloche y tras una visita a su país, en el 2012, trajo la idea a la ciudad.

“Conoció el juego con su sobrino que lo invitó a jugar un escape, le gustó mucho y arrancó con esta locura de probar en Bariloche. Nadie lo entendía bien y lo mirábamos pensando que iba a ser un gran fracaso. Pero no. Es una persona muy hábil”, expresó risueño Mauro González, de Escape Room.

Hoy, la firma cuenta con 8 salas en Bariloche, con 5 temáticas diversas (el laboratorio, el refugio, el mundo de las maravillas, el banco y Las Vegas). Todas cuentan con una historia sobre por qué se ingresa y por qué se debe escapar. El laboratorio, por ejemplo, relata la historia de un científico que vino a Bariloche. Su sobrino descubre su laboratorio secreto y lo encuentran muerto. La misión del equipo es salir antes de los 60 minutos.

Si bien las salas de escape estaban destinadas principalmente a mayores de 16 años en Europa, en Bariloche apostaron a un público mayor a los 14 años. De repente, una mujer pidió jugar con su hijo de 12 y se optó por bajar el rango de edad. La experiencia fue buena y ya no hubo límite.

El 80% del público son familias a diferencia de Buenos Aires donde el 80% son grupos de amigos.

“Poco a poco, fuimos alejándonos del miedo. En Buenos Aires, hay una lógica de ingenio que usa las temáticas de películas de terror o policiales. Los buenos juegos y la adrenalina pasa por los buenos acertijos y enigmas. Por eso, acá no hay efectos de sonido ni se cierra de golpe ninguna puerta”, agregó González al tiempo que aclaró que cada temática cuenta con una “versión kids”.

El mínimo de personas que pueden ingresar a una sala son 2 personas y el máximo es de 6 -8 o 9 para algunas temáticas-.

Escape Games, también en la avenida San Martín 580, desembarcó en Bariloche hace un año. “Somos una sucursal de Buenos Aires y contamos con 10 salas, todas ambientadas en base a series y películas, de temáticas variadas. No hay límites de edad aunque los menores de 12 años deben ingresar con un adulto porque si eligen una temática de miedo, no sabemos cómo van a reaccionar”, explicaron desde la firma.

Cada grupo cuenta con la guía de un “game master” que pide los teléfonos celulares en el ingreso y brinda las recomendaciones básicas. Luego, monitorea la hora del juego a través de una pantalla. Una vez que el equipo ingresa a la sala, a través de la lógica, el ingenio y el trabajo en equipo debe resolver los diferentes enigmas, acertijos y encontrar llaves. Si lo resuelven, logran escapar.

“Si alguien quiere salir, tiene un botón de pánico. No están 100% encerrados. En nuestro caso, un 80% logra escapar. Si vemos que la gente va por el último enigma y se le termina el tiempo, le agregamos dos minutos más”, advirtieron desde Escape Games.

A tres años de la primera sala en Bariloche, los lugares de escape siguen siendo furor. “Es un retroceso: un buen retroceso. Se juega a una búsqueda del tesoro grande pero sin celular. Charlando, comunicándose. Es una actividad lúdica sin pantallas, para desconectarse”, sentenció González y, agregó: “La actividad pasa por un estado mental en el que te concentrás y te olvidás de los problemas. También lo ofrecemos como actividad educativa porque es integradora y genera comunicación adentro y afuera de la sala”.

En Bariloche hay 8 salas con 5 temáticas y la actividad dura 60 minutos. En Europa, podés comprar tiempo extra. En Buenos Aires, hay actores.

“Tenemos como política no repetir. Si no saliste de la sala, te contamos el final. Si te gustó, la próxima jugá en otra sala”.

Mauro González, referente de Escape Room, San Martín 64.