La matrícula de los colegios privados de Neuquén se duplicó en dos décadas

Las recurrentes crisis económicas de estos últimos años y sus efectos en la sociedad terminaron impactando en el sistema. Mitos y explicaciones que argumentan la evolución que ha tenido este fenómeno.

Carolina y Marta viven en la misma ciudad, Neuquén. La primera, madre de dos chicos de 8 y 12 años eligió la escuela privada para sus hijos. Habita con toda su familia en un hermoso barrio cerrado al borde del río Limay. Su marido, es un ejecutivo de una empresa ligada al sector petrolero. Ella, contadora de un importante estudio con su sede matriz en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Marta, empleada pública, con cuatro chicos que van de los 2 a los 15 años, vive en el Barrio Gregorio Álvarez de esta capital. Casada con su amor de toda la vida, Roberto, que ingresó a trabajar en el sistema de Salud de la Provincia una vez terminados los estudios secundarios. Asegura que, por una cuestión económica, envía a sus hijos a la escuela pública que le corresponde al circuito donde habita.

La aseveración de Marta abre a muchos interrogantes. Claramente es el pensamiento de una parte de la sociedad neuquina. No es un caso aislado. Pero ¿qué hay de realidad y de fantasía en este tipo de sentencia?, ¿por qué piensa que la escuela privada puede ser el puente para una mejor educación de sus hijos? Los argumentos de Marta son muchos y variados. Algunos de ellos: los paros sindicales, la falta de infraestructura edilicia y el rol que hoy tienen las escuelas públicas que es mucho más amplio que el de transmitir conocimiento -teniendo en cuenta la crisis económica que arrastra el país hace ya décadas- lo que hace aún más complejo su funcionamiento.

En la Provincia existen un total de 160.962 estudiantes (datos del cierre del 2020 entre el nivel inicial, primario y medio) de los cuales 23.235 van a establecimientos privados. Es decir, poco más del 14% del total de la matrícula que esta en el sistema. Los hijos de Carolina están representados en este selecto grupo.

Cabe preguntarnos, tras dar lectura a estas estadísticas, ¿qué cantidad de padres -que representan a poco más de 137.000 estudiantes que están en las escuelas públicas- tomarían la decisión de enviar a sus hijos a una institución privada si su bolsillo así lo permitiera? La respuesta es difícil de precisar y seguramente iría mucho más allá del factor económico.

El sistema educativo de la Provincia, lejos de resultar homogéneo -y seguramente esto se puede trasladar a todo el país-, se encuentra fragmentado en función de factores geográficos, socioeconómicos e institucionales. Distintos especialistas en el tema aseguran que en este contexto aparecen las primeras diferencias y las desigualdades en los resultados de los estudiantes tras su paso por el sistema.

El impacto de las condiciones socioeconómicas de origen (efecto hogar) y los factores endógenos al sistema (efecto escuela) también generan sus propias consecuencias. (Cervini Iturre, 2007/ Formichella, 2011).  

Hay que tener en cuenta por otro lado que los estudiantes no son iguales en todas partes. Las diferencias que se encuentran entre ciudades y sus barrios se reproducen -si no se amplifican- dentro de los colegios. Los institutos privados, por lo general, están identificado con los hábitos y características de sus padres, como su riqueza, lugar en la que se ubica la vivienda o los niveles de sus estudios; y en este contexto es normal, en cada escuela, encontrar niños de orígenes sociales similares.

Este fenómeno lo vemos también, aunque no tan marcado, dentro de las escuelas públicas. Ciertos establecimientos céntricos de la ciudad, por lo general, son los más elegidos por aquellos padres que buscan algún tipo de validación social. En definitiva, pareciera que la necesidad de diferenciarse es algo innato en el ser humano, y la Educación no quedaría fuera de este esquema. Lejos, muy lejos atrás, quedó aquella fotografía social de las décadas del 50 y 60 donde el guardapolvo blanco era un símbolo importante porque ocultaba las diferencias sociales de origen y colocaba al conjunto de los niños en un lugar de igualdad. Mucho de estos conceptos ya se perdieron.

Las duras estadísticas

Analizando la evolución que muestra la matrícula educativa (inicial, primario y medio) se observa claramente los cambios de tendencia que reflejó el sistema neuquino en los últimos 20 años.

Datos consolidados por el ministerio de Educación de Neuquén dan cuenta de que, durante estas últimas dos décadas, la matrícula de los establecimientos privados casi se duplicó (97%) al pasar de los 11.775 a 23.235 alumnos. Una relación totalmente disímil se observa en la matrícula pública que reflejó una tasa de crecimiento, en este mismo período, del orden del 9%.

La estadística muestra en definitiva la creciente demanda que existe hoy en la sociedad neuquina sobre la educación privada.

Pero como se mencionó párrafos arriba, la bonanza económica de cierto sector asalariado es clave para poder mantener sostenido el incremento de estas plazas. En los últimos años, la crisis afectó seriamente a Neuquén y esto repercutió en algunos de los establecimientos privados.

Según datos del ministerio de Educación de la Provincia, durante el año pasado la matrícula no solo se desaceleró, sino que se observó una pequeña caída respecto del 2019. Desde que están sistematizadas las estadísticas provinciales no se observaba un retroceso en este segmento del sistema.

La matrícula estatal mantuvo su tendencia de crecimiento moderado. El año pasado reflejó una tasa positiva interanual de poco más de 1%. “El impacto de la pandemia se reflejará en las estadísticas de este año”, confió una importante autoridad del CPE al ser consultada por el tema.

Seguramente cuando se terminen de consolidar los datos de 2021, los números reflejarán los efectos -directos e indirectos- de la cuarentena obligatoria que alejaron a muchos estudiantes de las clases presenciales.


Suárez: «El sistema educativo es uno y la concepción de la Educación es política de Estado»


La educación privada tiene también un referente dentro de la estructura del Estado provincial. Se trata de Karina Suárez, directora General Escuelas Privadas de Neuquén. En diálogo con Río Negro señaló que la matrícula de este sector venía creciendo en forma sostenido hasta la llegada de la crisis económica donde se observó un freno y posterior caída.

Defiende el rol que cumplen las instituciones privadas, los subsidios que perciben y asegura que el sistema mantiene los niveles de equidad.

A continuación, parte de la conversación mantenida con la entrevistada.

P- ¿Cómo está evolucionando matrícula privada?

R- En los últimos años disminuyó y la pandemia, sin dudas, fue determinante en esta caída.

P- Sin embargo, en el tiempo la estadística muestra lo contrario…

R- Cuando se amplía la base estadística a décadas atrás, claramente se observa un progresivo crecimiento de la matrícula privada respecto de la pública en todo el sistema. Esta es una tendencia que se da a nivel nacional. Pero en los últimos años, la situación se revirtió. En aquel entonces, el sector privado estaba presente donde el Estado no llegaba.

P- ¿Qué características mostró esta caída de los últimos años?

R- Las cuestiones son netamente económicas. Aquellas instituciones que perciben aportes estatales son las que menos sufrieron. En las que no reciben subsidios se observó una mayor pérdida de matrícula que migró hacia la escuela pública o hacia colegios con costos más bajos.

P- ¿Cuándo se instala la educación privada en Neuquén?

R- Mucho antes de ser declarada Provincia. Los primeros colegios eran religiosos y estaban orientados a zonas rurales del interior. Eran subsidiados 100% por el Estado. Con los registros puestos en marcha en la Provincia, las primeras instituciones privadas fueron inscriptas en 1979. Entre ellas se encuentran el Colegio Don Bosco de Neuquén, el Colegio Cristiano Evangélico de Andacollo y el Colegio Virgen de Lujan de Centenario.

P- ¿Cree que se pierde el sentido de igualdad con el ingreso de la enseñanza privada?

R- No lo creo. El sistema educativo es uno y la concepción de la Educación es política de Estado. Y bajo estas claras consignas entendemos que la Educación es un derecho, es pública y bajo este paraguas está la gestión pública o privada. No hay diferencias en esta concepción, hay equidad en el sistema.

P- ¿Subsidiar la educación privada no estimula la desigualdad en el sistema?

R- No, no es así. La gestión privada ayuda a alivianar las tensiones que sufre el sistema. Los niveles de participación de este tipo de administración son bajos en la Provincia y más aún cuando se los compara con los indicadores promedio que existen a nivel nacional.

P- Independientemente de ello, son millonarios los montos que los contribuyentes destinan año tras año al sistema privado…

R- Son importantes. Pero están muy lejos del presupuesto educativo que se maneja en toda la Provincia. Por otra parte, hay que dejar en claro que los niveles de subsidios salen todos los años de estudios que son consensuados con el cuerpo colegiado del CPE en donde participan referente del Estado, de los gremios y la sociedad. En definitiva, el monto que todos los años se otorga como subsidios sale por consenso entre toda la comunidad educativa.

P- ¿Los subsidios tienen destinos específicos o pueden ser usados por las instituciones en forma arbitraria?

R- Solo son usados para el pago de salarios de directivos, docentes y en algunos casos para auxiliares del sistema. Eso está controlado en forma estricta.


Bajo nivel de participación


Si bien la participación del sector privado en el sistema educativo neuquino está creciendo en forma progresiva, los niveles son bajos en relación con lo que ocurre en el resto del país.

La última estadística del ministerio de Educación, que lidera hoy Nicolás Trotta, es de 2019 y en ella se observa una participación del 15% de la educación privada neuquina dentro del sistema. La media nacional se ubica en el 29% (tomando el nivel Inicial, Primario y Medio) es decir casi duplica el dato local.

En este punto Neuquén se ubica entre las provincias con más baja injerencia del sector privado en sistema educativo.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) lidera el ranking con una participación del 50% seguida por la provincia de Buenos Aires con el 35%. Río Negro se la ubica con el 20% de participación de la escuela privada dentro del sistema y Mendoza con el 23%.

Cuando se desgrana la estadística local, se observa claramente que la matrícula privada del nivel Inicial es el que tiene mayor participación (18%) mientras que el Primario y Medio se mantienen en torno al 14%.

En CABA la participación del nivel Inicial supera el 55% mientras que en Río Negro ese indicador se lo ubica en el 21%.


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