Sandro Fogel: “La estrella es la gastronomía, no los cocineros”

El viedmense reivindica los productos locales para su cocina “osada y de fusión”.

Para el viedmense Sandro Fogel (41) la cocina no es un trabajo sino una pasión. Imparable en conocer más los productos locales, en experimentar una vuelta de tuerca a recetas ya clásicas.. en dar a probar sus platos y que haya devoluciones sinceras para seguir mejorando en la carrera gastronómica… así es este cocinero destacado del Valle Inferior rionegrino.

“En realidad siempre trabajé en salud y cocinar era un cable a tierra que terminó siendo mi realidad”, comenta en el lugar que más quiere y le pertenece, el balneario El Cóndor, en la capital rionegrina. “Sin dudas mi abuela fue la inspiradora para que este metier terminara siendo mi vocación y mi oficio”.

“Nunca dejé de crecer profesionalmente pero en este momento estoy en una etapa de muy buen crecimiento personal y generando proyectos muy importantes en lo profesional que cambian un poco mi rumbo, siempre dentro de la gastronomía, por supuesto”, afirma.

– ¿Cómo es tu cocina?

– Osada y de fusión. Soy súper profesional, no copio, no critico otras cocinas y no subestimo jamás a nadie: para mi la estrella es la gastronomía, no los cocineros.

– ¿Con qué colegas has compartido trabajo?

-Con Borja Blázquez, Fede Domínguez… también con otros menos conocidos… para mí es lo mismo. Se trabajar en equipo: eso es lo difícil dentro del ámbito gastronómico. Me capacito siempre con gente que me demuestra que es buena en lo suyo. De todos modos creo que aprendí mucho en mis viajes y de las simples abuelas que cocinaban con el corazón.

Sandro cocina mucho también en su casa; prueba y experimenta platos nuevos. Cocina para amigos: “es lo mejor que hago en mis ratos libres, que no son muchos”.

¿Escuchás música mientras transcurre todo esto?

– No mucho, la cocina suena sola, esa es la música para mis oídos.

Viaja mucho. El año pasado llegó a los 120 mil kms por Argentina. “Me sorprendí en muchos lugares. Uno de los que más me impactó fue la Laguna de Epecuén porque nos hace dar cuenta lo frágiles que somos los humanos ante la naturaleza. En mi región, sin dudas mi sitio preferido es Punta Bermeja, al sudeste de Río Negro, sobre el litoral marítimo, a unos 60 kilómetros de Viedma. Me fascina mucho el Valle de la Luna en Roca, por el impacto visual que genera y la energía que liberan”. Viaja la mayoría de las veces en su food truck, totalmente equipado para llegar a un sitio, recorrer mercados y ferias, armar la cocina y a vender.

En cada lugar que conoce pasa la lupa en los productos locales. “¡Me gustan tantos productos!. Los pescados y mariscos del Golfo San Matías y las morillas y piñones de la montaña me fascinan”, dice.

“Los productos que más me llaman la atención sin dudas son aquellos que tenemos al alcance de nuestras manos y no sabemos qué hacer o cómo consumirlos, como los caracoles marinos, la carpa del río Negro, las algas…”, agrega.

“Me gusta mucho la carne de caza, pero soy de charlar mucho con la gente de Fauna para saber qué se puede y qué no. Tenemos que recordar que somos educadores, por ende tenemos que cuidar todos los ámbitos”, resalta.

A su cocina los productos siempre llegan lo más frescos posible: “Si no están como yo quiero no los acepto”.

Disfruta a full, día a día, su oficio. Comparte recetas y le satisface cierta popularidad que le dio protagonizar un programa de cocina en la televisión rionegrina.

– ¿Un consejo para quien recién empieza a trabajar en la gastronomía?

– Le diría que es un oficio duro pero si está convencido de que esa es realmente su pasión que la siga, que se va a dar cuenta que no va a trabajar un solo día de su vida. La gastronomía no es un trabajo, es una pasión.

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