Según la defensa el crimen de la arquitecta en Centenario no fue femicidio

El juicio por jurados se realizará el año próximo con el único detenido, Rodolfo Fabián Lucini. La fiscalía todavía tiene que demostrar algunos puntos de su teoría del caso.

El femicidio de María Marta Toledo (46), por el cual está detenido Roberto Fabián Lucini (55), será juzgado por jurados populares en 2021. Así se resolvió ayer a pedido de la fiscalía y con la oposición de la defensa, que puso en duda que la arquitecta de Córdoba radicada en Neuquén y muerta en Centenario haya sido víctima de violencia de género.

El fiscal jefe Agustín García argumentó que «el femicidio no es un delito de odio, es un delito de violencia contra la mujer, que se basa en desigualdades». Y enumeró en ese sentido «la desigualdad física, de fuerza, además de la traición a la confianza. Toledo fue (al lugar donde fue asesinada) con Lucini porque confiaba en él».

En cambio los defensores Roberto y Germán Berenguer apuntaron que «hay muestras de que la fiscalía carece de datos objetivos acerca de la existencia de un contexto de violencia de género».

El fiscal «no expresa la relación lógica entre el hecho y la norma, se deja librado a la interpretación subjetiva. No fundamentó qué pruebas servirían para probar el femicidio. Hubiera sido razonable que explique qué prueba se relaciona con el hecho de violencia contra una mujer por ser tal«.


El móvil de la deuda comercial


El imputado Lucini junto a su abogado, el día de la audiencia de formulación de cargos en julio pasado.

La defensa ofreció sólo dos testigos para el juicio. Anticipó que ambos declararán sobre la relación previa entre Lucini y Toledo, «que no era de sometimiento ni del tipo que pudiera sugerir un abuso físico».

Agregaron que tal como surge de un diario que llevaba la víctima, mantenían una relación «comercial», algo que la fiscalía no niega. Roberto Berenguer dijo que Toledo dejó asentado que «estaba realizando un negocio con Lucini al que había aportado mil dólares».

Entre las pertenencias de la mujer encontraron un cheque firmado por Lucini por 127.000 pesos, de una cuenta bancaria que le habían cerrado años atrás.

«Ella le reclamaba la devolución de un dinero», y si no «iba a hablar con su pareja y le iba a contar todo, circunstancias que eran desconocidas por la pareja de Lucini», señaló el fiscal García.

El imputado, su pareja y la víctima formaban parte de un grupo de amigos que se reunían y frecuentaban.

El intercambio de llamadas y mensajes entre Lucini y Toledo era intenso, y se pudo recuperar y reconstruir aunque el hombre borró todos los registros de su teléfono y el aparato de la arquitecta desapareció.

Los defensores tratan de convertir la acusación de femicidio, que tiene pena de prisión perpetua, en una menos grave, como homicidio simple, que tiene una pena de 8 a 25 años como máximo.

Al término de la audiencia, el juez de Garantías Gustavo Ravizzoli entendió que «el fiscal jefe explicó y dio fundadas razones que corroboran la figura delictiva típica elegida», en referencia al femicidio.

«Se trató de una muerte violenta a manos de un hombre con un sometimiento atroz, como quedó adjetivado en la autopsia. Ese plus que exige la figura de femicidio se acredita en esta etapa. Hubo un uso excesivo de la violencia, traducida en el lugar y la cantidad de las lesiones», agregó el magistrado.

Dio por cumplida esta etapa del proceso y elevó la causa a juicio por jurados con la calificación de femicidio.


El hecho


La víctima, María Marta Toledo, tenía 46 años.

María Marta Toledo se había radicado en Neuquén en 2016. Desapareció el 29 de julio de 2020 a las 13:32 cuando Lucini la pasó a buscar en la camioneta de su suegro por el edificio de Brown 745.

A través de cámaras de seguridad la fiscalía reconstruyó que el vehículo tomó por Ruta 7 hacia Centenario. A la altura de la exZanon bajó a la calle Toledo, que corre paralela a la ruta, y luego tomó otro desvío por una calle rural que es la exruta 234.

Finalmente se detuvo en la calle 4, ya en Centenario, junto a un canal de riego que termina en el río. Allí Lucini intentó ahorcar a Toledo y la golpeó con el matafuegos de la camioneta, en el rostro y en la región occipital, lo que le causó una fractura de cráneo que derivó en la muerte.

Luego arrojó el cuerpo al canal, pero quedó enganchado en una rama y fue hallado el 31 de julio. Lucini está detenido desde el 3 de agosto.

En el interior de la camioneta y en la funda del matafuegos hay manchas de sangre que, de acuerdo con la pericia de ADN, pertenece a la víctima.


Denuncia de la defensa


El abogado Roberto Berenguer denunció una grave situación. Dijo que cuando fue a ver a su cliente, en la comisaría 18, un oficial que sería el jefe de la unidad le pidió que se desnudara para requisarlo.

Berenguer dijo que había puesto en conocimiento de esta situación al Colegio de Abogados y al presidente subrogante del Tribunal Superior de Justicia, Evaldo Moya.


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