Señales de violencia que exponen la crisis


La semana dejó dos hechos gravísimos, uno con un muerto y otro contra un adolescente, que muestran una crisis que pocos quieren reconocer.


La ministra de Seguridad Vanina Merlo desmintió esta semana que falten efectivos policiales y hasta aseguró que el delito disminuyó. Desacreditó así las declaraciones de un grupo de vecinalistas de la capital neuquina que expuso una creciente situación de inseguridad por la ausencia policial. Sin embargo, la semana dejó dos linchamientos, uno con un muerto y otro contra un adolescente, que ponen en duda las afirmaciones de la funcionaria provincial y que muestran la salida a superficie de una crisis que pocos quieren reconocer.

Pese a que los números del coronavirus siguen altos en Neuquén y el gobierno ya confirmó que mantendrá todo como hasta ahora en relación con la circulación e incluso trabaja en la apertura del turismo para diciembre, lo que no se quiere mirar es la profunda crisis que dejará la pandemia. Una situación que por más que se la intente ocultar saldrá a la luz por su propia fuerza.

No es una novedad, pero los indicadores económicos solo son comparables con los del 2001.

Cuando las crisis llegan, la desesperación y el desborde de las instituciones son casi las caras de una misma moneda. En el caso de Neuquén, el escenario que se abre no parece menos complicado con un gobierno que cedió autoridad con un errático manejo de las medidas para evitar los contagios y ante el arrebato de las iniciativas por parte de los intendentes que no veían respuestas en el gabinete provincial.

El presupuesto presentado por el Ejecutivo no ayuda a pensar escenarios distintos. La tijera utilizada por el ministro de Economía Guillermo Pons y el gobernador Omar Gutiérrez para la masa salarial de los trabajadores estatales anticipa un fin de año complicado y un inicio del 2021 sin mejores perspectivas. Por primera vez en una década el pago de sueldos quedará por debajo del 60% de las erogaciones provinciales.

La economía neuquina, adicta a los hidrocarburos y a Vaca Muerta, se ve como un electrocardiograma que siempre promete rápidas recuperaciones, como también súbitas caídas. En la Legislatura avanza el proyecto de crear un fondo anticíclico con los excedentes de regalías, algo que quizá alguna vez se vea pero que en lo inmediato tendrá impacto cero. La iniciativa nada incluyó de los bonos de accesos a las áreas y del canon de explotación, que fueron los salvavidas de los últimos cinco años.

Mientras se espera el tren de la recuperación petrolera, la crisis empieza a mostrar efectos en cadena. Primero el poder adquisitivo erosionado, después los puestos de empleo perdidos, el crecimiento de la demanda de ayuda social y el aumento de los hechos de inseguridad, mezclado esta vez con niveles de violencia e intolerancia, quizá potenciados por la pérdida de paciencia que fomentó la pandemia, a los que no estábamos acostumbrados.


La economía neuquina, adicta a Vaca Muerta, se ve como un electrocardiograma que siempre promete rápidas recuperaciones, como también súbitas caídas.


La turba de vecinos, motivados por noticias falsas, que en Centenario terminó con el incendio de la vivienda de un hombre denunciado por abuso sexual fue una de las muestras. Los atacantes se convencieron, antes de que la Justicia pueda investigar, de que la persona era culpable y que merecía pena de muerte. La locura fue tal que le quemaron la casa y no lo dejaron salir. Las fuerzas de seguridad no pudieron evitarlo.

Las denuncias realizadas por su expareja ahora no podrán tener curso. Las instituciones fallaron ante el hartazgo y la decisión irracional de un grupo de vecinos.

Algo similar ocurrió en la capital neuquina, en el barrio San Lorenzo, cuando otro grupo de vecinos decidió por su cuenta que la forma de condenar a un adolescente, involucrado en delitos menores para el Derecho Penal, era atacarlo y quemarle la casa. La Policía hizo muy poco, o no se notó, para evitar el ataque.

El principio de anomia que se vio ante las medidas de contención para el coronavirus que dictó la Provincia, evidenciado por el bajo apego de los neuquinos, dio un salto de gravedad esta semana con la aplicación de justicia por mano propia. Todas escenas que, combinadas con una creciente crisis, obligan al gobierno a recuperar la iniciativa ante fechas tan sensibles con las de fin de año.


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