«Señor y señor…», Gran Bretaña reconoce uniones gays
Después de 40 años de espera, Roger Lockyer y Percy Steven se aseguraron de ser los primeros de la cola para registrar su «unión civil» bajo la nueva ley británica que desde ayer reconoce las relaciones entre personas del mismo sexo.
«Desde luego (la ley) llega con bastante retraso», decía Roger, un profesor retirado de 77 años que legalizará su relación con su compañero sentimental Percy, de 66, en una oficina de municipal de Londres el 21 de diciembre. Las autoridades esperaban que ayer hasta mil parejas de gays y lesbianas acudieran a las oficinas públicas para registrarse, requisito previo para formar una «unión civil». Después de un período de 15 días, podrán consolidar su unión con una firma en las oficinas de registro de todo el país.
La legislación otorga así a las parejas homosexuales el mismo estatus que a los matrimonios heterosexuales en cuestiones clave como arrendamiento, propiedades, pensiones y herencias. «Significa que no tendré que preocuparme más por cosas como quién heredará nuestra casa en caso de que yo muera primero», explicaba Roger.
La perspectiva de las «pink weddings», las bodas rosas, como ya se conoce en Gran Bretaña a estas uniones, ha desatado además una gran actividad comercial entre los minoristas británicos, que se las prometen muy felices con este nuevo sector. Los principales supermercados ya ofrecen tarjetas en las que se lee «Señor y Señor…» o «Señora y Señora…», mientras que una cadena de droguería vende toallas y jabones que llevan grabadas las palabras: «Darling, Dearest, Queerest» (un juego de palabras traducible a algo así como «al más querido, más amado, al más gay»). (DPA)
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