«Sigo buscando a mi hermano, que nació ahí»

Adriana Metz vivía en Cutral Co con sus padres, que fueron secuestrados por fuerzas conjuntas. La madre estaba embarazada y dio a luz en el centro clandestino de Bahía Blanca a un varón, del que nunca se supo su paradero. Ella no pierde las esperanzas y lo busca por todos lados.

CENTENARIO (ACE).- Adriana Metz sobrevivió al secuestro de sus padres en Cutral Co en 1976 y hoy sigue en busca de su hermano que nació en el centro clandestino «La Escuelita» de Bahía Blanca, cuatro meses después de la desaparición del matrimonio.

En el 2006 creyó haberlo encontrado, pero el análisis de ADN negó el parentesco; y sólo el ejemplo de la búsqueda de sus abuelos le dio firmeza para no abandonar.

En internet colgó un blog -que hizo una amiga de su mamá desaparecida- en ponchodelana.wordpress.com, en el que insta a su hermano a que se encuentre con ella.

«Yo estaba en una etapa pesimista; pensaba que nadie hacía nada, y luego entendí que si no fuera por ellos, los que insisten, y siguen las causas, y vuelven a insistir, nada quedaría. Así que cambié de actitud», dijo.

Adriana vive en Mar del Plata y hace un mes estuvo en Bahía Blanca. Cargaba con una gran frustración porque cuando pensó que se había reencontrado con su hermano, todo volvió a cero.

Pero una voluntad no dormida la llevó hacia «el camino de la Carrindanga», entró en los terrenos del Ejército y se encontró por primera vez parada en lo que quedó del edificio de tortura que el comandante Acdel Vilas bautizó «La Escuelita» en 1976.

«Estuve en la puerta de La Escuelita y entonces sentí que no tenía a mi mamá ni a mi papá, pero sí a mi hermano, al que no conozco. Renové la idea de buscar lo que tengo, me encontré con Hidalgo (Eduardo, de la APDH Bahía Blanca) y le dije que quería volver a estar en contacto con la causa»; dijo.

La apropiación del bebé Metz será uno de los casos del primer juicio que se hará en Bahía Blanca contra los militares.

El hijo de Graciela Romero de Metz y Raúl Metz nació sin que su madre recibiera ayuda en un vagón dispuesto en el patio del centro de torturas el 17 de abril de 1977, según testimonió Alicia Partnoy, una de las sobrevivientes, cuando declaró en las audiencias de los denominados Juicios por la Verdad.

En 2006 Adriana se ilusionó con lo que podría haber sido el encuentro con su hermano. A través de datos que llegaron a la Madre de Plaza de Mayo, «Chicha» Mariani, llegó hasta un joven adoptado con una partida de nacimiento falsa, inscripto como Catuzzi, un familiar del comandante de V Cuerpo en la época en que sus padres fueron torturados en el centro clandestino de Bahía.

«Estoy buscando un hermano, y creo que sos vos», le dijo frente a frente.

Luego de vencer algunas resistencias, el joven se hizo el análisis y varios meses después a Adriana se le vino el mundo abajo cuando el resultado de ADN fue negativo.

 

La enseñanza del abuelo

 

Pero Adriana se crió con sus abuelos hasta los 14 años, y había aprendido a nunca bajar los brazos.

«El golpe fue tremendo, pero cuando gente conocida me trajo las cartas que mi abuelo mandó al embajador de México, a Francia, a los diarios, a Albano Harguindeguy…. !A qué presidente no dejó de escribirle preguntando por su hijo y su nuera, y luego su nieto también! Murió en el 82, pero era el 81 y seguía mandando cartas… Si estas causas se empezaron a juzgar y se llega a juicio, es por gente como mi abuelo, personas como las de la APDH que no descansan en pedir Justicia».

«Yo pedí que la causa de mis papás estuviera en Bahía Blanca; y si se ha llegado hasta el juicio (por la apropiación de su hermano) es porque siempre hubo gente buscando que no se cajoneara el expediente, sea un familiar o los organismos. Neuquén o Bahía Blanca, mientras no le aflojen, vamos a estar muchos ahí. Lo importante es que haya gente pidiendo Justicia», reclamó Adriana.

La desaparición de Raúl Metz y Graciela Romero de Metz será derivada a Bahía Blanca en los próximos días, luego de que la jueza Margarita Gudiño de Argüelles se declarara incompetente para investigar estos hechos.

En este caso primó el criterio de que fue en ese centro clandestino donde se los vio por más tiempo y, fundamentalmente, nació el bebe.

Tras el secuestro de la pareja Adriana fue entregada a sus abuelos.

Raúl y Graciela residían en Cutral Co cuando fueron secuestrados porque él trabaja en una empresa constructora.

 

SHIRLEY HERREROS

centenario@rionegro.com.ar


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