Sin timbreos, «el mensaje del señor» entra por los celulares

La pandemia obliga a la iglesias a renovarse para llegar a sus fieles. Llaman a los teléfonos para leer la biblia, transmiten reuniones y misas por las redes. Los evangélicos se sienten límitados por el distanciamiento y los mormones se replegaron.

Los fieles en soledad. En la catedral de Roca, quienes asisten a la misa diaria de las 20.30, lo hacen con distanciamiento. Al ingresar les toman la temperatura y desinfectan las manos. Donde antes entraban 400, ahora permiten 100. (Foto: Andrés Maripe)

A la imagen de los testigos de Jehová y evangélicos golpeando puertas por los barrios se la llevó la pandemia. Con la capacidad de los templos restringida al 30%, “la palabra del señor”, bendiciones y aleluyas entran ahora por los celulares.

“Primero lo llamaron a mi hijo. Dijeron que eran testigos de Jehová y le preguntaron si disponía de un tiempo, que le iban a leer un tramo de la biblia”, explicó a Río Negro Jorge, un vecino del barrio Aeroclub de Roca.

No entiende cómo consiguieron el número del celular, pero sí que la llamada entró desde Buenos Aires. Al día siguiente la sorpresa fue mayor, porque le tocó a él. Volvieron con el mismo mensaje. “Les dije que no quería escuchar, y se terminó ahí. Era una persona educada”, explicó el vecino, uno de los tantos que en la región reciben “el llamado de Jehová”.

En plena oración. Una reunión de los pastores de Roca que se nuclean en una federación. Se realizó el lunes último
En la ciudad hay 160 iglesias evangélicas.

Mensajes y videos por Whatsapp, reuniones por Zoom y Facebook live son las vías para sostener el nexo con los creyentes o ir a la búsqueda de los nuevos.

En la iglesia evangélica viedmense del movimiento cristiano misionero “Mi Sendero”, los estrategas de la comunicación son un grupo de jóvenes de entre 18 a 23 años. Forman el equipo multimedia que desarrolla contenidos para las redes. Usan Instagram, Youtube y TikTok con adolescentes.

,El pastor Pablo Flores lanza bendiciones. En Viedma, la iglesia del Movimiento Cristiano Misionero «Mi Sendero» realiza sus
reuniones al aire libre, con un límite de 100 asistentes.

“Hemos perdido muchas de las movidas que hacíamos con la iglesia en cuanto a espectáculos. El salir afuera a evangelizar”, explicó Jairo Amancio, uno de los fieles. Mencionó a las tres bandas de rock y una de heavy metal y al grupo de jóvenes que hacían coreografías.

Pero no todos apuntan al nexo virtual. Muchos pastores resisten con las formas tradicionales. De saco y corbata; megáfono en mano o con la guitarra cruzada en la espalda, salen a predicar en los espacios públicos.

Así se puede ver en Roca a varios de ellos. Se ubican en horas pico frente las céntricas dársenas de colectivos. Allí sermonean a los pasajeros que esperan.

Misa por la radio AM

La Iglesia Católica parece más rezagada que el resto de los credos en su acción para buscar nuevos fieles. Se opone a las llamadas telefónicas al azar y a los timbreos. “No hacemos proselitismo. La fe nosotros la exponemos, no la imponemos”, señaló el bicario Vicente Martínez Torrens, ayudante en la catedral de Roca.

El padre Vicente Martínez en su misa de las 20.30, en la catedral de Roca. Agregaron
más turnos los domingos para que la mayoría pueda comulgar. Foto: Andrés Maripe

Las puertas de la catedral e iglesias están abiertas para misa diaria de las 20.30, pero sólo al 30% de su capacidad. Donde caben 400 personas ahora entran 100, con distanciamiento, desinfección de manos, barbijos y toma de temperatura al ingresar.

La misa se transmite en vivo por Facebook y la radio AM LU18.

“Al reducirse la capacidad de asistentes, tuvimos que dividir los ritos para no se acumulen en las fechas de bautismo, explicó el sacerdote

“Buenas noticias” por el celu

Sergio Veltri, del equipo de comunicación de los Testigos de Jehová, defendió los llamados a los celulares. “Hemos suspendido nuestras visitas de casa en casa y en la vía pública para cooperar con las autoridades sanitarias. Eso no significa que hayamos dejado de compartir buenas noticias con los vecinos”, indicó.

Millones de testigos de Jehová de 240 países transmitieron el año pasado vía Internet y por primera vez en su historia su convención mundial. Antes de la pandemia la realizaban en estadios multitudinarios. Las videoconferencias y plataformas virtuales son sus herramientas para sus reuniones semanales.

Los jóvenes de las iglesias evangélicas no sólo se encargan del manejo tecnológico para las redes.
Aquí preparan toda la ayuda que colectan para acercarlas a las familias necesitadas.

Desde la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se indicó que desde 2018 readecuaron sus programas de estudio y el cuidado de sus fieles.

Rubén Yaniez, uno de sus creyentes en el distrito Viedma, explicó que el objetivo fue prepararse por si en el futuro no se iba a poder concurrir a las capillas, como ocurrió finalmente por la pandemia por el covid-19.

“Nos centramos en el aprendizaje del evangelio en el hogar. Desde el 2018 se redujo el tiempo de las reuniones de los domingos y se emprendió un plan mejorado de socorro espiritual. Esto nos ayudó a poder estar mejor preparado para afrontar la pandemia”, sostuvo Yaniez

La cantidad de misioneros (jóvenes de entre 18 y 25 años en los hombres y 19 años en adelante en las mujeres) en el campo misional se redujo y la mayor parte de sus tareas son ahora de forma virtual.


Barbijos en la liturgia, la queja de los evangélicos


Isaac Riquelme es pastor y encabeza la Federación del Consejo Pastoral de General Roca, que nuclea a 160 iglesias evangélicas y sostienen unos 8.000 fieles.

Isaac Riquelme encabeza la federación de pastores en Roca. Dice que a sus reuniones se las controla
con más recelo, «a diferencia de bares y confiterías, donde se amontona la gente».

Explicó que el uso de las redes sociales en la pandemia les permite continuar y mantener el vínculo personalizado que ya tenían con las familias, a través de lo que ellos llaman “altares familiares”.

“Somos parte de la sociedad y usamos los mismos medios que hoy utiliza cualquier organización”, describió el pastor.

Para hacer las transmisiones de las reuniones en vivo, todas las iglesias tuvieron que invertir. Crearon sus sitios web y se equiparon con cámaras, micrófonos e iluminación.

Los jóvenes, que siempre se vincularon con las iglesias por la atracción de sus bandas musicales, ahora cobraron protagonismo con el manejo de la tecnología. “Vuelcan toda su creatividad en la realización de videos, que luego comparten por distintas plataformas”, comentó Riquelme

En diálogo con Río Negro, se quejó por las limitaciones que rigen sobre las iglesias evangélicas para congregarse y por la imposición del tapaboca durante las liturgias, ya que les impide cantar.

“A nosotros se nos controla con recelo, a diferencia de bares y confiterías, donde ves a mucha gente amontonada y no pasa nada”, se quejó.

Los altares familiares son las reuniones de los integrantes de cada hogar que se hace una vez por semana. La iglesia les brinda las herramientas para lo que se vaya a tratar y estudiar de la biblia en ese encuentro. En forma virtual, el pastor es el que brinda la conclusión final.

Al ser consultado sobre si la crisis y la pandemia afectan la contribución que pueden hacer los feligreses -llamada diezmo- respndió que hay un malentendido con el tema.

“La Iglesia Evangélica no cobra un diezmo ni obliga a nadie a hacerlo. El diezmo es el resultado de la convicción de cada uno respecto a lo que biblia dice. El que no siente hacerlo no lo hace. Se ha implantado que los pastores viven del diezmo, que le sacan plata a la gente, y no es así. El que da su dinero lo hace por convicción. Como sucede con los clubes, que los socios aportan para que mejoren sus instalaciones”, indicó.


Muchos no dan el diezmo


El diezmo es el aporte del 10% que los fieles evangélicos realizan para sostener a su iglesia. “Con la pandemia un 20 por ciento dejó de hacerlo por razones entendibles, ligadas a la crisis económica”, explicó Jairo Amancio, del Movimiento Cristiano Misionero “Mi Sendero” de Viedma.


Comunión espiritual ahora


La pandemia modificó el sacramento de la eucaristía en los católicos, que se realiza en misa y en forma presencial. Ahora se añadió la comunión espiritual para los que no pueden asistir y la siguen por redes. “Es una oración en la que piden recibir a Jesús”, dijo el padre Vicente Martínez.


Confesiones, solo presenciales


A diferencia del sacramento de la comunión, la Iglesia Católica no permite que la confesión -en la que una persona declara sus pecados al sacerdote- se pueda hacer de manera virtual. “No es posible, porque los dispositivos electrónicos pueden ser interceptados”, dijo el padre Vicente Martínez.


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