Aspen: el destino de esquí que cautiva a los argentinos y ofrece experiencias únicas en la nieve

Cuatro montañas, una ciudad pequeña y una identidad cultural que se filtra entre pistas, museos y mesas bien servidas. Aspen confirma que la nieve es solo el comienzo.

Para muchos argentinos que aman la montaña, Aspen aparece como un nombre lejano, asociado al esquí de elite, a las postales perfectas y a cierta idea de glamour inalcanzable. Sin embargo, por estos días los buscadores se disparan en consultas sobre este destino. Es que en el sur, la falta de nieve los dejó con ganas de deslices y en un tiempo, donde viajar a lugares alejados es tendencia, parece que «el no quedarse con las ganas es lo que prima. El viaje se diluye rápido y deja lugar a una sensación más profunda: estar en uno de los destinos de nieve más emblemáticos del mundo, pero con una cercanía que sorprende y una propuesta que excede largamente a las pistas.

Llegar hasta Aspen requiere algo de coordinación, pero no resulta engorroso. Desde Buenos Aires, una escala en Panamá, otra en Denver y un último vuelo de media hora bastan para aterrizar en un valle rodeado de picos blancos. El aeropuerto está tan cerca del centro que la transición entre viaje y destino es casi imperceptible: en pocos minutos, el paisaje urbano reemplaza al aéreo y la montaña se vuelve parte del escenario cotidiano.

Aspen no es una sola postal ni una única bajada. El complejo se organiza en torno a cuatro montañas distintas, todas incluidas en un mismo pase que permite moverse con libertad. Aspen Mountain, la más clásica, propone desniveles exigentes y pistas pensadas para esquiadores con experiencia. Aspen Highlands conserva un espíritu más local y desafiante. Buttermilk, conocida mundialmente por ser sede de los X Games, se presenta como el espacio ideal para principiantes y familias. Snowmass, la más grande, despliega casi 3.000 hectáreas de terreno esquiable, con opciones que van desde circuitos técnicos hasta amplias pistas para quienes dan sus primeros pasos.

Entre medios de elevación, pistas y calles del centro, aparece un detalle inesperado: la presencia argentina. Jóvenes de Bariloche, Mar del Plata, Rosario y otras ciudades trabajan como instructores, participan de programas de Work & Travel o ya están instalados en la zona. Escuchar acentos conocidos en medio de la montaña genera una cercanía particular y confirma el vínculo histórico entre la cultura de la nieve argentina y los grandes centros de esquí del mundo.

La temporada se extiende de noviembre a abril y, aunque los valores del pase diario son elevados en temporada alta, la planificación anticipada suele marcar la diferencia. Comprar con tiempo permite acceder a descuentos y, en caso de no utilizar los días contratados, esos pases se transforman en crédito para futuras actividades.

En invierno, las temperaturas pueden descender hasta los –12 °C, pero los días soleados suavizan el clima y vuelven más amable la experiencia en la montaña. Practicar snowboard o esquí en Aspen es comprobar por qué su nombre está asociado a pistas impecables y nieve de alta calidad. Hay sectores técnicos, zonas amplias y áreas diseñadas para los más aventureros, todo sostenido por una logística que funciona con una precisión casi invisible.

Aspen no vive solo de la nieve. A más de 2.400 metros sobre el nivel del mar, la ciudad construyó desde mediados del siglo XX una identidad cultural fuerte, que hoy se expresa en una agenda constante de conciertos, festivales y espacios dedicados al arte. Pasear por el pueblo es, en sí mismo, una experiencia. En apenas quince minutos se recorre el corazón de Aspen, donde conviven locales de marcas de lujo, bares históricos y tiendas de montaña.


Los destinos de esquí más buscados de Estados Unidos


Un relevamiento elaborado por Snow Brains, a partir de datos de Hotel Planner, permitió identificar cuáles son los centros de esquí más demandados de Estados Unidos para el invierno boreal 2026. El ranking, ordenado del más caro al más accesible, confirma un cambio en las preferencias de los viajeros, aunque los clásicos mantienen su vigencia.

Park City, en Utah, encabeza la lista como el destino más caro, con una tarifa promedio de 1.621 dólares por noche. A pesar de los altos valores, se ubica en el tercer puesto en cantidad de reservas, impulsado por la combinación de sus dos grandes centros de esquí, Park City Mountain y Deer Valley, y por el atractivo extra que cada año suma el Festival de Cine de Sundance.

Aspen, en Colorado, conserva su perfil de alta gama. Con un costo promedio de 1.222 dólares por noche, ocupa el cuarto lugar en reservas. Sus cuatro montañas, los hoteles emblemáticos y un après-ski asociado al glamour internacional sostienen una reputación que se mantiene firme entre los amantes del esquí.

En el segundo puesto aparece Vail, también en Colorado, con una tarifa promedio de 967 dólares por noche. Sus más de 2.000 hectáreas esquiables, los famosos bowls traseros y una infraestructura de resort de primer nivel explican su alta demanda.

La sorpresa del ranking fue Salt Lake City, en Utah, que lidera en cantidad de reservas y, al mismo tiempo, resulta el destino más accesible del listado, con un promedio de 379 dólares por noche. Su ventaja está en el rápido acceso a centros como Alta, Snowbird, Solitude y Brighton, además de la reconocida nieve polvo de la región de Wasatch.

El análisis muestra que cada vez más viajeros priorizan la relación calidad-precio, la comodidad y la calidad de la nieve por encima del prestigio puro. Aun así, destinos tradicionales como Park City, Aspen y Vail continúan concentrando un alto nivel de reservas y sostienen su lugar en el mapa del esquí estadounidense.


Para muchos argentinos que aman la montaña, Aspen aparece como un nombre lejano, asociado al esquí de elite, a las postales perfectas y a cierta idea de glamour inalcanzable. Sin embargo, por estos días los buscadores se disparan en consultas sobre este destino. Es que en el sur, la falta de nieve los dejó con ganas de deslices y en un tiempo, donde viajar a lugares alejados es tendencia, parece que "el no quedarse con las ganas es lo que prima. El viaje se diluye rápido y deja lugar a una sensación más profunda: estar en uno de los destinos de nieve más emblemáticos del mundo, pero con una cercanía que sorprende y una propuesta que excede largamente a las pistas.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora