Christian, el boxeador de Roca cumple sueños a cada paso: cuando un tropezón no es caída

De pequeño, le prohibieron el deporte por un problema en sus piernas, pero su espiritu y el apoyo de su familia no lo dejaron caer. Hoy el "Potro" Luis es profesional y disputa un título con los mejores del mundo en Rusia.

Cuando tenía cinco años nació su amor por el boxeo y pese a que le diagnosticaron una afección traumatológica, Christian “el Potro”, nunca dejó de luchar por sus sueños, por ser quién quería ser. Todos los días suma un nuevo capítulo en ese desafío.

Desde que nací, me diagnosticaron Genu Valgo, que es la rodilla en X. Me dijeron que no podía hacer deporte, que mis piernas iban a quedar así, solo se iba a poder mejorar un poco”, contó el hoy boxeador profesional de Roca. Ahora está en la otra punta del mundo, en Rusia, a punto de cumplir uno de sus sueños este sábado y rodeado de las primeras planas mundiales. 

“Yo me tropezaba por el problemita de mis piernas, me caía y no podía hacer más de tres pasos corriendo que me caía”, contó. Todavía se acuerda de esa plantilla que le recetaron. Tenía las rodillas “en forma de tijeras”. Nadie le encontraba la vuelta a su condición que implica una variación del eje de las extremidades inferiores. Lo que sí todos estaban de acuerdo era en que se tenía que olvidar del deporte. 

Christian Luis nació en el barrio 827 Viviendas de Roca. Fue a la Escuela Primaria 32 y en el ex CEM 1 cursó el secundario. Ahora vive en el barrio El Mirador, sobre calle Villegas y trabaja en una empresa del sector privado, como administrativo. 

Christian Luis, de Roca al mundo.

Aquel niño que fue, es el ejemplo vivo de que nada es para siempre, de que todo se puede cambiar si se lucha, si se persevera a pesar de los obstáculos. Pasaron los años y el cuerpo se fue adaptando. A los ocho años empezó a jugar al fútbol. 

Su pasión por el deporte surgió por los gratos momentos vividos con su papá. Iban juntos a los festivales de boxeo, miraban las peleas en televisión los fines de semana y su familia tenía una cercanía con los Carrasco. “Siempre me dieron ganas de practicar ese deporte”, contó. Era como un lejano anhelo a esa edad. 

Mis papás tomaron la decisión de no hacerle caso al médico y dejarme ser. Fue en ese momento que yo comencé a jugar a la pelota, jugué durante mucho tiempo”. Recordó su paso por el Deportivo Roca, las inferiores en Argentinos del Norte. Christian jugó un largo período en tercera división, luego llegó a primera. 

A los 19 años tuvo que empezar a trabajar y se alejó del deporte. Después de algún tiempo, a los 22, Christian decidió hacerle caso a sus instintos y empezó a practicar boxeo recreativo. “A los tres meses ya estaba debutando como amateur. Entré al boxeo, hice mi primera pelea y a partir de ahí comenzó mi historia boxística”, reveló, quien empezó a entrenar con Bruno Godoy.  

“Para mucha gente era una edad avanzada (para empezar) pero yo quería lograrlo. Mi sueño era ser profesional y algún día ser campeón del mundo”, contó el Potro, hoy a cientos de kilómetros de casa disputando un título inmenso.  

Él soñaba con pelear en el exterior, pero nunca se imaginó que iba a estar rodeado de tres campeones mundiales, Chavez, Maidana y Ruslan Provodnikov de Rusia

Su carrera: 36 de 40 peleas y un desafío


A lo largo de su carrera amateur, disputó 40 peleas de las cuales ganó 36, perdió tres y empató una. Sumó mucha experiencia y recorrió los rings de las provincias de Neuquén y Río Negro.

A los 26 años llegó el momento de hacer su licencia y muchos contratiempos aparecieron en su camino, el más difícil fue la pandemia de covid-19. “Estaba por debutar en Neuquén y nos agarró la bendita pandemia que perjudicó a todo el mundo. Estuve un año más sin poder debutar encerrado en mi casa entrenando”, recordó con pesar. 

El boxeo es su pasión desde pequeño.

Mi preparador físico, Félix Marín, casi sin saber de mí,me ofreció entrenar en su gimnasio y ser mi primer sponsor en ese momento, cuando yo no era nadie”, recordó. Su meta de debutar como profesional se alejaba. Sin embargo, la fuerza de su sueño persistía y no lo dejaba rendirse. 

Yo nunca entrené para para ver qué pasa, yo siempre estoy dispuesto a dar batalla y a buscar la victoria. Eso venimos a hacer acá, nos puede tocar ganar como también perder”.

Christian «el Potro» Luis, boxeador profesional de Roca, en Rusia.

Al tiempo comenzó a entrenar con Carlos Saldía en Allen. Por reencuentros de la vida con viejos amores, el Potro inició trabajos con una coach mental, Natalia Cárdenas, quien para él fue clave en su proceso y lo ayudó a salir adelante. A los 15 días, lo llamaron para el gran debut en la ciudad de Plottier, Neuquén.  Esa fue su primera pelea a la que asistió mucha gente de Roca.

Lo que más deseaba Christian era ser boxeador profesional, pelear en Roca -su ciudad-, luego estar entre los mejores del país. El próximo paso, intentar ser campeón argentino, sudamericano y como broche de oro: campeón del mundo. Su ambición siempre lo llevó más lejos. 

Tiempo después apareció en su vida Carlos del Greco, un entrenador a nivel nacional, cuyo hijo conocía a la estrella nacional, el “Chino” Maidana, a quien lograron traer a Roca a un evento. Luego se distanciaron y llegó a su vida Ivan Carrasco, un exboxeador de Roca. 

“Con él nos tocó hacer un Luna Park que fue otro sueño cumplido, fue una locura. Yo ya estaba rankeado número 5 a nivel nacional. Peleé una eliminatoria junto con Marín, si bien no me tocó ganar, creo que hicimos una gran pelea”, comentó.  

Su preparador físico ahora es Félix Marín con quien hicieron un sinnúmero de festivales que congregaron entre 2.500 y 3.000 personas. Para el Potro nada hubiera sido igual sin el apoyo de los roquenses, el calor de los festivales de boxeo masivos, el apoyo y acompañamiento de sus entrenadores y coaches. 

“Si no fuera por la gente yo no estaría acá hoy en Rusia peleando en esta velada”, agradeció desde lejos, pero seguro de que la llama y el calor de su gente están encendidas. 

El boxeo es un deporte hermoso, uno de los más completos y a la vez te ayuda a desestresarse. La bolsa es el mejor psicólogo”, reflexionó. “Creo que te ayuda a analizar muchas cosas, quedás muy relajado y tu mente, descansada, muy abierta”, dijo. 

Además, hizo un punto aparte para las juventudes: “El deporte los saca de la calle, son una hora o dos que están metidos en el gimnasio y se olvidan de todo, de los malos hábitos y también ayuda a muchos chicos a salir de las cosas oscuras que pasan hoy en día en la vida cotidiana”, dijo.

Un viaje de 40 horas hasta Rusia


Christian tuvo casi 40 horas de viaje desde que salió de su casa en Roca para llegar a Rusia, donde ya está hace varios días, acompañado por su padre, su entrenador Ivan Carrasco. 

Desde hace un tiempo El Potro venía buscando una chance en el viejo continente y en esta ocasión a través de la Promotora, que lleva adelante el ex boxeador Marcos Chino Maidana, tendrá la oportunidad de mostrar sus condiciones en Rusia.

“Yo peleo este sábado y realmente lo estoy disfrutando”, contó en las pocas horas de distensión que tiene. Ya el lunes parte de regreso y el martes 28 se estima su arribo a Argentina.


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