Cinco consejos de psicólogos para tener peleas constructivas

Plantear algunos límites, empezar las oraciones con "me siento", repetir lo que escuchamos y no pelear para ganar son algunas de las claves para que los desacuerdos no sean destructivos.

Hay quienes no pueden callarse nunca su opinión y también quienes se tragan la rabia con tal de no enfrentarse a una situación incómoda que los va a dejar sin dormir por días. Sin embargo, hay algo que tenemos en común: pelear nos resulta desagradable.

Pero los desacuerdos son una parte natural de las relaciones humanas y, bien tramitados, pueden incluso acercarnos y generar más empatía con el otro (tal como te contamos en esta nota). Seas el tipo que seas cuando discutís, si estás acá es porque crees que hay algo que podes mejorar en ese aspecto. Para eso, terapeutas especialistas en el tema dan una serie de consejos.


Una pausa y respirar profundo


«Tomá distancia de la situación y considerá las necesidades del otro junto a las tuyas propias. Si sos capaz de ampliar tu perspectiva y decir ‘esto es lo que mi pareja/amigo necesita, esto es lo que yo necesito y esto es lo que tiene sentido para ambos en este momento’, vas a poder abordar el conflicto como un equipo» dice a la revista Self la psicóloga clínica especializada en amistad Marisa G. Franco.

Para hacer esto puede ser útil respirar hondo o incluso un ejercicio de respiración diafragmática, que activa tu respuesta de descanso y digestión (lo contrario de la respuesta al estrés). Una forma de hacerlo es respirar lentamente con una mano en el estómago y otra en el pecho. Después, vale recordarte a vos mismo tu objetivo final.


Frases con «me siento»


En la serie de Netflix The Bold Type, una terapeuta de parejas daba un consejo para tener discusiones sin herir al otro que Elizabeth Earnshaw, psicóloga clínica especializada en terapia familiar, comparte: en vez de usar frases como «no te importo», usar afirmaciones que empiecen con «siento» o «me siento» ayuda a que la otra persona no se sienta atacada (por ejemplo, «cuando cancelás nuestros planes muy seguido me siento abandonado»).

Al centrarte en vos, estos comentarios ayudan a percibir el problema y no parecen críticas a la otra persona. Sin embargo, la regla de «me siento» no es una cuestión semántica; no se trata de decir «me siento furioso» o «me siento despreciado por vos», sino usarlo de formas un poco menos extremas. Un buen ejemplo es plantearlo en torno a situaciones: «cuando pasa X, siento Y». Además, es bueno evitar empezar frases como «siempre» o «nunca», que hacen que la otra persona se sienta recriminada y suelen funcionar como detonantes.


Poner algunos límites


«Los límites no son algo punitivo. Son herramientas que establecemos para protegernos emocionalmente», explica la terapeuta y sexóloga Emily Jamea. En este sentido, es bueno establecer qué temas y formas no deberían aparecer en la discusión en absoluto. Además de insultos o agresiones, puede que haya algo que incomoda a alguna de las partes y tiene que ser evitado. Esto también indica las líneas a seguir para que una discusión sea constructiva y no destructiva.

Más allá de palabras o asuntos particulares, un límite útil puede ser tomar recreos o pausas. Claramente, no estamos hablando de que te vayas de un cuarto repentinamente o dando un portazo, sino de notar cuando la cosa escaló demasiado y sólo sirve para agravar el conflicto. La forma ideal es decir algo como «Parece que nos estamos estresando mucho. ¿Por qué no retomamos esta conversación en X tiempo?».

«Tomarse un descanso puede parecer fácil, pero requiere mucha madurez«, advierte Franco. «Implica ser capaz de identificar cuáles son tus sentimientos, pedir un descanso y dar un plazo concreto para volver. De esta manera, podes tomar un respiro y también demostrar preocupación y amor por la relación», agrega la psicóloga.


No pelear para ganar


Es importante suspender la idea de que se trata de derrotar al otro en una batalla. En el caso de las parejas, es más útil pensar que están ambos en un mismo equipo, enfrentándose a un conflicto. «Las parejas no son una dictadura, ni una democracia ―porque son dos―, así que lo mejor es pensarlo como un compromiso. Incluso si son más de dos, el compromiso y la idea de llegar a un acuerdo es lo mejor para que todas las partes se sientan escuchadas», comenta Jamea.

«Tras preguntarse si el compromiso es equilibrado en el gran esquema de la relación, probablemente vean que ganar de verdad implica trabajar juntos», desarrolla la psicóloga.


Repetir lo que escuchamos


Para que el otro se sienta escuchado, comprendido y pueda aclarar si lo estamos malinterpretando es útil decir en voz alta lo que entendemos de su postura. Por ejemplo: «Lo que entiendo es que te enoja que no tengo iniciativa propia para las tareas de la casa, y me tenes que pedir y recordar que las haga cada vez».

Franco explica que esto sirve para llegar a un entendimiento mutuo y terreno común. Incluso, cuando las cosas se ponen tensas, solo sentirse escuchado puede interrumpir la tendencia de alguien a decir algo hiriente.


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.



Temas

IA Redacción
Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios