Detrás de la crisis del Club Cipolletti crece una espiral de violencia

Además del ruinoso acuerdo que hizo la dirigencia con un colegio privado, una banda de delincuentes se impuso en la barra brava a fuerza de balas. El Gobierno, la Policía y la Justicia son testigos quietos de una situación que hace tiempo que está desbordada.

La crisis económica que dejó al Club Cipolletti al borde la quiebra, el usurero contrato que entregó las instalaciones a un colegio y el enfrentamiento entre dos grupos ligados a la delincuencia sumergieron a la administración albinegra en un escenario sin precedentes. La complicidad policial y la inacción de la fiscalía local terminaron con la renuncia del presidente Pedro Gutiérrez, que se vio obligado a ceder ante tanta violencia personal.

La renuncia a la comisión directiva del legislador oficialista Sebastián Caldiero abrió una seguidilla de portazos en la conducción local. Públicamente el abogado cipoleño vinculado al partido de Alberto Weretilneck alegó motivos personales y de gestión. Pero las fuentes admitieron el constante malestar del diputado con decisiones que venía tomando la dirigencia, incluso durante la anterior administración de Rappazo Cesio quien la semana pasada volvió a tomar las riendas del club.

La entrega de las instalaciones del club a una fundación que puso a funcionar un colegio pero que tiene sus orígenes en una empresa ligada al petróleo fue el principal tema de conflicto. En los hechos, los socios también están disconformes con ese contrato porque ya ni siquiera pueden disponer del espacio dentro del predio de Mengelle y O’Higgins. Es más, ya hay un avance para modificar ese contrato a partir del año que viene y que el Club pueda disponer de ingresos que percibe la Fundación Potenciar.


La puja de poder



En ese escenario, la puja entre dos grupos ligados a la delincuencia que se identifican como barrabravas agravó la conflictividad. La dirigencia hizo saber al gobierno provincial la disconformidad con los funcionarios judiciales de la fiscalía de Yrigoyen y Villegas, puntualmente con el fiscal jefe a cargo de esta zona, Santiago Márquez Gauna, que es el que fija la política criminal. El año pasado Gutiérrez se reunió con la ministra de Seguridad Betiana Minor en el Complejo Cultural Cipolletti. Fue un encuentro informal que no reflejó mejoras en los conflictos con los violentos.


El propio Gutiérrez vivió en carne propia la inacción de las autoridades con constantes hostigamientos, amenazas, escraches y hasta el ataque mafioso que incluyó balazos en su vivienda. Se puede entender que las barras no tengan control a nivel de la primera división en estadios de la Capital Federal pero es irrisorio pensar que al menos sin el apoyo policial sean capaces de arrasar contra una comisión directiva más o menos estable.


En los hechos, los cabecillas de ambos grupos hoy están detenidos por delitos contra la propiedad. Uno en provincia de Buenos Aires y otro, el Tigrecito Ancao, en Cipolletti, a disposición del Juzgado Federal por acopio de marihuana. En la Justicia provincial también se lo investiga a Ancao por ser el presunto responsable de una banda que desvalijó casas durante los últimos días de diciembre y el comienzo del año nuevo.


La pandemia, un respiro



La pandemia convidó algunos suspiros de paz y tranquilidad entre el Club Cipolletti y la violencia. Claro que fue un espejismo. La vuelta a la cancha y la actividad del fútbol mayor reavivó un flagelo histórico en el deporte nacional que en Cipolletti tiene su propia historia. Los antecedentes de hechos violentos tuvieron un parate entre 2020 y 2021.


Recién hacia fines del 2021 se registró una pelea entre hinchadas. Fue un poco antes de la primavera, cuando las restricciones comenzaron a dar paso a lo que se llamó “nueva normalidad”. Dos meses más tarde se registró un suceso emblemático para el mundillo cipoleño y las barrabravas.


El 6 de noviembre de ese año un nuevo enfrentamiento entre la histórica facción de “La banda del Tigre” y los “nuevos” -hoy llamados “Los innombrables”, desataron una batalla campal en la cantina del club con destrozos y varios heridos. La lucha de poder simbólico y real se inclinó para el nuevo sector que, desde ese momento, comenzó a ganar terreno en esa disputa de poder por las tribunas.

Dirigentes con pasado en el club reconocieron que fue el inicio del nuevo grupo que “legitimó” su poder, en su campo de acción: el de la violencia. Ese fue el primer episodio, pero hubo varios antes de arribar al más grave y que ocurrió los primeros días de 2023: la balacera al por entonces presidente del club. Desencadenó la renuncia del histórico dirigente y fue el punto de inflexión en la escalada de violencia. La fiscalía inició una investigación, pero hasta el momento no hay avances en el prematuro proceso penal.


Los dos disparos a la casa de Gutiérrez fueron el corolario de una serie de hechos que se gestaron en marzo del año pasado en el 0 a 5 contra Vélez en la cancha de Lanús. No fue por la dura derrota del equipo en la Copa Argentina, sino por diferencias con la dirigencia por algunas entradas.

Horas antes de partido unos cinco hinchas que forman parte de la barra de “Los innombrables” fueron demorados por el sistema Tribuna Segura, un dispositivo que fue diseñado y puesto en marcha por el Ministerio de Seguridad de la Nación, con el objetivo de garantizar la seguridad y tranquilidad en los partidos de fútbol.

El líder de la barra le recriminó una demora en la entrega de los ticket para el espectáculo y fue el inicio de una tensión que tuvo en la renuncia de Gutiérrez una válvula de escape que no se sabe hasta cuando durará.


En el interín hubo varios episodios que salieron a la luz como el ingreso y amenazas de barras al plantel luego de un partido, los incidentes en la cantina, los gases que derivaron en la suspensión del estadio por varios partidos -con una importante pérdida económica- y las pancartas contra Gutiérrez, en la cancha y en la ciudad.


Se conoce que la mayoría de los dirigentes de fútbol “transan” con las barras a cambio de garantizar cierta “paz social”. Y ese acuerdo muchas veces implica una tercera pata conformada por la Policía.
Entradas para los simpatizantes y alguna camiseta firmada forman parte de la cotidianeidad en el escalafón que compite Cipolletti: la tercera categoría del fútbol argentino.


Sin embargo, la detención de unos pocos barras en Buenos Aires inició el conflicto con el reciente desenlace. Lo llamativo es que se dio en una fecha sin actividad deportiva y poco tiempo después de que Cipolletti lograra mantener la categoría en la antepenúltima fecha del torneo.


Entre los detenidos se encuentra el líder de la barra de “Los innombrables”, David Miguelez, a quien le dictaron prisión preventiva en Pergamino, acusado de formar parte de una banda de boqueteros (ver aparte). Con el principal responsable lejos de la región, allegados al club creen que las jerarquías menores tomaron el mando con principios anárquicos.


En el Club hay mucha preocupación por lo que pasó con Gutiérrez. Antes de su dimisión varios dirigentes renunciaron, otro hecho que llamó la atención. Además de Caldiero, hizo el concejal de Cipolletti Horacio Pierucci quien se concentrará en las elecciones a intendente de este año: posiblemente sea candidato por un partido vecinalista.


Quien continuará en la Comisión Directiva es Marcelo Bastías, presentado días atrás junto al nuevo presidente:  Roberto Rappazzo Cesio. En la conferencia el flamante presidente reveló que es el encargado de intentar calmar los ánimos con estos “chicos malos” como los definen puertas adentro.


El líder de “Los innombrables” está detenido en Buenos Aires

En el mundillo del Club Cipolletti creen que la detención del líder de la barra “Los innombrables” en Buenos Aires afectó la organización y que fue una de las razones de la balacera en la casa del expresidente Pedro Gutiérrez. También están seguros de que se trata de una facción mucho más violenta que las anteriores y que sin una cabeza que tome decisión la situación se puede agravar.


A principio de año se conoció que Gonzalo Miguelez fue detenido en Buenos Aires por participar presuntamente  de una banda delictiva que se dedicaba a robar con la modalidad de boquetes en la localidad de Pergamino. Fue imputado y le dictaron prisión preventiva.


Fuentes allegadas a la causa aseguraron que el hombre que tiene domicilio en Roca fue detenido en Bahía Blanca. En esa pesquisa se secuestraron armas de fuego y un plano de una distribuidora.
El 10 de enero Miguelez y nueve personas más fueron imputadas y le dictaron la medida cautelar en Pergamino. Según medios locales, tenían planeado robar bóvedas en un banco de esa localidad.


El líder de la barra ya había tenido contacto con la Justicia por los graves incidentes que se registraron en diciembre de 2021 durante los festejos por la obtención de la Copa América de la Selección Argentina en Brasil. Miguelez y su pareja fueron imputados, pero finalmente fueron sobreseídos.


La fuerza policial los tiene “fichado”, incluso el saliente jefe de la Regional Quinta Daniel Uribe contó que fue una persona de apellido Miguelez quien inició los incidentes en la sede del club que finalizaron con la suspensión del partido contra Independiente de Chivilcoy y una grave sanción para el club.


El jefe policial indicó que todo comenzó en el control en la calle Kleppe, cuando un integrante de la hinchada del albinegro, de apellido Miguelez, se negó a ser requisado por los policías.


“Cuando le dicen que se va a tener que retirar, esta persona utiliza a la hinchada para agredir al personal policial. Tengo 5 policías lesionados”, comentó Uribe en ese momento a LU19.“Cuando se los desaloja comienzan a romper autos, vidrieras, hasta llegar a la Comisaría 32, donde comienzan a agredir al personal”. Hubo policías heridos.


Piden respuestas al gobierno provincial


En la primera conferencia de prensa desde que volvió a asumir la presidencia del Club Cipolletti, Roberto Rappazo Cesio se refirió a la renuncia de Pedro Gutiérrez luego de que balearon su casa. “Personalmente me reuní con el ministro de Gobierno -Rodrigo Buteler- y le pedí el esclarecimiento del hecho. Como comisión directiva emitimos un comunicado repudiando el hecho”, expresó el economista y consultor.


El comunicado al que hizo alusión señaló que se “repudia enérgicamente los hechos que denunciara el señor Pedro Gutiérrez, que motivaran su renuncia al cargo de presidente de la institución”, según se lee en el escrito. A su vez, agregaron: “Nos solidarizamos con Pedro y su familia, y abogamos por un pronto esclarecimiento de lo acontecido y la sanción a los responsables”.

En el Albinegro preocupan los hechos de violencia en La Visera de Cemento que han sido recurrentes en los últimos años. El club ya fue sancionado tras la suspensión del partido del año pasado con Independiente de Chivilcoy con tres fechas con disputas a puertas cerradas, sin venta de tickets, y una multa por entradas que fue equivalente a los 300.000 pesos.


Rappazo Cesio hizo especial hincapié en que “si se repite una situación así, la sanción sería durísima y nos llevaría a una pérdida patrimonial”. También indicó que habló con Marcelo Bastías, encargado del fútbol, “para encauzar esos temas”.


Debemos mantener la categoría y cualquier hecho de violencia nos puede llevar a su pérdida”, completó.
Un descenso al Regional Amateur generaría un impacto más allá de lo deportivo y sería un duro perjuicio para la economía del club ya que Cipolletti percibe beneficios por jugar el Federal A, como el del decreto nacional 1212 que lo exime de pagar las cargas sociales, que es un costo muy alto.


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