«Bouquet play», en Neuquén: así se vivió el juego de catar y maridar inventado en Pehuenia

«¿Hay algo mejor que disfrutar de unos buenos vinos, con buena compañía, rica comida y jugando?», se pregunta Carlos Urquiza. Él creó esta propuesta en 2014 en Villa Pehuenia mientras compartía una cena con el chef Sebastián Mazzuchelli. «Él empezó a incentivarme a que arme algo que permita jugar y aprender en clave gastronómica, y así fue surgiendo este juego que fuimos mejorando a partir de la experimentación y las resonancias del público», asegura.

Con esta idea nació la intención de transformar el acto de catar y maridar en un juego donde la intriga emerge y los comensales se convierten en los verdaderos protagonistas.

«Bouquet Play» transforma una simple cata en una odisea sensorial. Y eso se vivió este viernes en Neuquén. Más de treinta personas, muchas de ellas sin experiencia previa, llegaron a «Aura Restó» para disfrutar de esta propuesta.

El juego se desarrolló con las etiquetas de Bodegas Miras, con producción y viñedos en distintas localidades del valle de Río Negro y los platos de Sebastián Caliva, que adaptó las cinco rondas que propone la experiencia a las variedades de vinos en competencia y con productos regionales como protagonistas: hongos, cordero, peras, algo de manzana y frutos secos.

Los participantes, intrigados, fueron descubriendo la dinámica a partir de las explicaciones de su creador. «Se van a dar cuenta que después de las cinco rondas van a sentir que saben un poco más de vinos», dijo Carlos. Y así fue. A medida que iban pasando las instancias, la performance de los jugadores mejoraba y la conexión del grupo se iba acentuando.

La percepción sensitiva y la memoria se convertían en los guías de la cata, explorando las sutilezas y características únicas de cada vino. No hacía falta ser un experto; todos pudieron descubrir y aprender.

La experiencia, la prueba y el error fueron fundamentales para ir sumando conocimientos en relación a la apreciación del color, la identificación de la variedad, los aromas y los sabores. El valor agregado lo dio Marcelo Miras, quien -sin spoilear los resultados finales- daba pistas clave para las respuestas en cada ronda. Además, muchos aprovecharon su presencia para hacer preguntas y adentrarse más en la esencia de la producción y su destaque como marca regional.

Carlos Urquiza compartió con RÍO NEGRO sus impresiones sobre el encuentro: «Es un desafío muy grande. Lo habíamos presentado en distintas localidades de la cordillera pero esto era apuntar a un nuevo público y salió muy bien«, aseguró. «En ninguna cata de vinos la gente se divierte tanto, esto es apasionante. La dinámica permite que podamos aprender jugando y conectando con una experiencia sensorial única», agregó.

Sebastián Caliva se lució con platos que, si bien están en la carta de «Aura Restó», fueron cuidadosamente seleccionados para estar a tono con los vinos que iban entrando en juego. «En mi cocina siempre valorizamos y le damos protagonismo a los productos de la región y hoy no fue la excepción», dijo.

En sintonía con las rondas, fueron cinco los platos que acompañaron la noche. La sincronización y la comunicación entre la cocina y quienes llevaban los hilos del juego fue fundamental.

Por su parte, Marcelo Miras, expresó: «fue una experiencia muy grata. Hace tiempo Carlos me propuso sumar los vinos de nuestra bodega a este juego y me parece una idea muy buena. Es una forma de que la gente adquiera conocimientos y que podamos acercarle a todos algo que tanto nos gusta y nos mueve todos los días«, aseguró.

La idea es dejar atrás lo convencional y lo cotidiano. Es desafiar la norma establecida. En las catas tradicionales, siempre hay un guía experto, un enólogo, un maestro cervecero o un sommelier que dirige la experiencia, llevando a los catadores por un recorrido predefinido de sabores y aromas. Acá, esas reglas se rompieron.

Los guías de esta cata fueron las percepciones sensoriales y la memoria de cada uno de los catadores. Ahí radica la idea de esta propuesta audaz que promete seguir expandiéndose hasta lograr el desafío de su comercialización.

«Bouquet Play» ya recorrió varias ciudades para presentar y jugar con etiquetas reconocidas de cada plaza. En Zapala y San Martín de los Andes, estuvo con cervezas de Las Bruscas, en Villa Pehuenia con Brava, en San Patricio del Chañar con vinos de Tero Rengo, Patritti y Secreto Patagónico, acompañado con chefs como Sebastián Mazzuchelli y Guillermo Ponce de León.

En redes sociales:

– Bouquet Play.

– Bodegas Miras.

– Aura Restó.