Implante coclear: la historia de Alan y Bastián, dos niños sordos podrán escuchar por primera vez
Con uno y siete años, los pequeños de Río Negro se curan tras una importante cirugía en el hospital de Roca. Ahora podrán conocer su propia voz, tras la lucha de sus familias por conseguir el dispositivo en Nación.
Alan y Bastián, dos niños sordos con historias similares y un final feliz. Foto: gentileza
No fueron fáciles sus llegadas al mundo. No fue fácil salir del hospital con bajo peso y prematurez. Menos sencillo fue para sus familias enterarse del diagnóstico de Hipoacusia Profunda Bilateral a los pocos meses de vida. Aprender a comunicarse fue un desafío, pero con amor y paciencia encontraron los caminos.
Lo más difícil hasta ahora fue sobrellevar las expectativas y la espera para conseguir el OK de Nación y obtener los Implantes Cocleares Bilaterales a través del programa de Atención y Detección Temprana de la Hipoacusia. Los implantes son dispositivos clave para el tratamiento de la sordera, que prometen ser el comienzo de una nueva vida para estos pequeños, Alan y Bastián.
La alegría de sus familias tras haberlo logrado y que estos aparatos ya sean parte de los niños, es la emoción que sin duda sobrepasa a todas. Los pequeños, de uno y siete años, están evolucionando bien a diez días de la cirugía, realizada el lunes 19 de diciembre en el Hospital Francisco López Lima.
Con apenas unos meses de vida y después de varios estudios audiológicos, tuvieron un diagnóstico preciso y desde ese entonces ambos son candidatos para este tipo de implantes. En el caso de Alan, de Roca, con siete años recién ahora lo logró, ya que hubo mucha demora en la concreción. Creció con su sordera y nunca pudo aprender a hablar, se comunica a través de lengua de señas y aprendió a leer los labios.
“Estamos esperando el momento del encendido (del implante) que va a ser super emotivo para nosotros, para que de a poquito él pueda escuchar nuestras voces, las de sus papás, hermanos, tíos, primos, abuelos, escuchar música… él vibra con la música”, contó Ángela, la madre de Bastián, desde Villa Regina.
Bastián, de un año, es el más chiquito de la casa. Sus hermanos lo apoyan y lo ayudan en sus terapias en casa. Desde sus seis meses comenzó con audífonos para estimular y obtuvieron buenos resultados de la mano de la fonoaudióloga Lorena Valenzuela. “Fue hermoso escuchar que dijera mamá y empezara con balbuceos”, contó su mamá.
“Tratamos de que sea algo constante y siempre en forma de juego”, agregó la mujer quien manifestó su deseo más profundo, que su hijo escuche.
Desde el hospital de Regina los guiaron paso a paso para gestionar los implantes cocleares a través de Nación lo cual conllevó mucho trabajo administrativo y de papeles en Viedma y Buenos Aires. “Estamos anonadados porque tuvimos una respuesta muy rápida. En poco tiempo tuvimos el sí. Lloramos de alegría”, relató la mujer.
“A todos los papás les decimos que no duden del implante coclear, es un milagro. Que luchen siempre desde el principio hasta el final, nada es imposible”
Ángela, mamá de Bastián de Regina
Opuesto fue el camino que hizo la familia de Alan, de Roca, que tuvo que esperar años y pandemia de por medio. Desde los doce meses tiene el diagnóstico y recién a sus siete años pudo conseguir los insumos y la operación.
Él nació con 28 semanas de gestación y pasó cuatro meses internado en Neonatología. La peleó con respirador, fue una gran lucha, pero salió adelante. Cuando cumplió el año, a Alan le detectaron hipoacusia bilateral. Empezaron a hacerle estudios, pruebas, pero nada funcionaba, según recordó su madre.
A los dos años, Alan empezó a ir a la Escuela Especial 12 a aprender lengua de señas. “En su familia todos tienen incorporado el lenguaje de señas. En casa está estimulado porque le hablamos con señas y verbalmente, lee los labios, entiende todo. Es super inteligente”, dijo Karen.
“En 2021 se consiguieron audífonos y se hizo la estimulación desde marzo hasta fin de año. Se planificó el implante, pero hubo muchas trabas, complicaciones, idas y vueltas”, dijo su mamá, Karen. Finalmente hace unos días se cumplió el deseo tan anhelado por toda la familia, pero principalmente por Alan.
«Ahora empieza lo más lindo, que escuche su propia voz, la nuestra, la de sus hermanas y sobre todoque tenga una mejor calidad de vida”
Karen, mamá de Alan
“Él esperaba muchísimo esto. El día que se internó, 18 de diciembre, él estaba feliz. El lunes a las 11 de la mañana le agradecia a dios que iba a escuchar”, relató la mujer y agregó: ”Ya tiene demasiadas ganas de hablar”.
Cómo sigue el tratamiento
La licenciada Claudia de la Cortina, quien se desempeña en la ciudad de Neuquén, es la encargada del trabajo técnico, el encendido y calibración de los implantes, programado para el 19 de enero, un mes después de la intervención quirúrgica.
La fonoaudióloga y profesora de sordos, Maria Lorena Valenzuela, es quien se encarga de la estimulación de sonidos para favorecer la recepción del lenguaje y la rehabilitación. Tienen amplia experiencia en la materia y varios pacientes recuperados en la región.
“Hay mucho trabajo que hacemos con los niños y sus familias previo al implante y luego, cuando comienzan a escuchar”, comentó la licenciada y recalcó que es un camino largo el se inicia para aprender a escuchar.
Cabe recordar que la otorrinolaringóloga Inés Baumann, de Roca, estuvo a cargo de la intervención junto al doctor Fernando Murcia del Instituto Otorrinolaringológico Arauz de Buenos Aires y su colega, la doctora Gisela Eldahuk, quien volvió a su ciudad natal para formar parte del equipo.
Qué es un implante coclear
Un implante coclear es un pequeño dispositivo electrónico que se utiliza como tratamiento para que las personas puedan escuchar. Se puede utilizar en pacientes sordos o que tengan muchas dificultades auditivas.
En niños, posibilita una mejor calidad de vida. La pérdida auditiva bilateral en pacientes pediátricos termina dificultando el desarrollo del lenguaje y puede afectar el desarrollo de sus capacidades sociales y el aprendizaje escolar.
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