Independencia de Chile: Bariloche se suma a las Fiestas Patrias
En el país trasandino se replican las celebraciones y también en la región, donde la colectividad chilena es numerosa. Una historia de migración y tradiciones arraigadas.
En distintas ciudades de la región la colectividad chilena es numerosa y realizan festividades por sus Fiestas Patrias. Archivo
Remigio Gallego no se pierde una ramada por las Fiestas Patrias de Chile cada 18 de septiembre, desde que llegó a Bariloche en 1987. Por eso, el viernes se sumó a la celebración del Círculo Chileno Gabriela Mistral que continuó el sábado y también hoy, que incluyó un combo de empanadas, cueca y encuentros.
Remigio recuerda que, con solo 8 y 9 años, se sumó a los festejos de su escuela. Desde entonces, asegura, nunca ha dejado de celebrar ni de un lado ni del otro de la cordillera. “Soy cuequero desde que nací”, bromea.
Dice que no hace tanto tiempo, unos 15 años atrás quizás, “en Bariloche se hacían ramadas como en Chile. Se hacían en Tiro Federal, en el espacio de Santo Cristo o en cualquier espacio libre. Pero a algún genio se le ocurrió prohibirlas por considerarlas inseguras porque se pasaban de rosca. Hoy solo se hacen en recintos cerrados”.
En ese entonces, eran organizadas por algún club deportivo o una junta vecinal. “El pretexto era juntar dinero para el club o la junta. Entonces, la gente iba con un doble propósito. Esas fiestas eran muy lindas, muy familiares”, dice este hombre de “60 y tantos” años que nació en Osorno.
Desembarcó en Bariloche en 1987 “en épocas muy difíciles por la dictadura y la falta de trabajo” en Chile. Se define como “expreso político” ya que estuvo detenido una semana en 1973 por “estar a cargo de una comisión estudiantil”. “Todos los simpatizantes de Allende fuimos perseguidos. Pero tardé en venirme a Argentina porque pensé que podíamos dar vuelta la situación. Seguí militando en la clandestinidad hasta que ya no dio para más”, recalca.
Reconoció que radicarse en Bariloche tenía la ventaja de encontrarse con muchos de sus compatriotas, pero por otro lado, todos llegaban con el mismo problema y la misma necesidad de trabajo. “Yo tenía unos cumpas conocidos acá y nos íbamos ayudando mutuamente. Económicamente, no era fácil. Pude tener mi documento recién después de un año”, destaca.
Es técnico electromecánico y tiene un taller de reparación de heladeras desde hace 20 años.
“Aun estando lejos, uno no pierde las costumbres, ni las tradiciones. Los festejos por el 18 se hacen desde siempre. Y hay muchos compatriotas argentinos que también participan en las fiestas. Tenemos un sentido de hermandad muy importante”, remarca.
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