Triple lesbicidio en Barracas: “El problema está en el odio que sienten, no en nuestras identidades”
Desde que se produjo el ataque lesboodiante en un hotel de Barracas, Buenos Aires, se conformó una red de activismo lésbico plurinacional que realiza actividades de visibilización en todo el país. Hubo acciones en Neuquén y Cipolletti. Activistas advierten sobre los peligros de la circulación de los discursos de odio: “Habilitan acciones concretas en la vida de las personas”.
“Lesbiana lesbiana lesbiana lesbiana, decirlo tantas veces como las que se lo calló”. Esas palabras las escribió Macky Corbalán, poeta lesbiana neuquina, hace ya más de diez años. Esa urgencia, esa insistencia en nombrar impera hoy, también, por estas horas.
Los hechos ya se conocen. Aunque, si hay alguien que llegó tarde a la noticia, va de nuevo: el lunes de la semana pasada, después de varios hostigamientos, un hombre tiró un explosivo en la habitación donde dormían cuatro mujeres lesbianas en Buenos Aires. Por el ataque murió Pamela Cobas (52), Roxana Figueroa (52), y Andrea Amarante. La cuarta, Sofía Castro Riglos (49), permanece internada. Justo Fernando Barrientos ya fue detenido por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Según cuentan sus vecinos, este hombre, que vivía en una habitación contigua en el mismo hotel, las insultaba y les decía: «Engendros», «tortas», «gordas sucias».
La trama de fondo en que se escribe este crimen es la crisis habitacional y el aumento de la circulación de los discursos de odio. Lo decía Macky Corbalán, hay que nombrar. “Decimos que esto fue un triple lesbocidio”, explica Moro, integrante de identidades lésbicas del Alto Valle, “la identidad lesbiana sigue generando cierto rechazo y cierto prejuicio. Por eso, es importante nombrarla”.
Sole Caballero, integrante de Alto Valle Diverse suma: “El discurso que damos y las palabras que utilizamos para nosotros son muy importantes porque es el mensaje que queda instaurado en la sociedad. Por eso decimos: no las asesinaron por ser lesbianas”. Y se explaya: “Si nosotros decimos que la mataron por lesbianas, estamos poniendo toda la connotación negativa en ser lesbiana y es un justificativo. ¿A qué se compara? Lo mataron porque era un violador, un chorro, etc. Y el problema se pone en lo que es, y en realidad el problema de estas compañeras no estaba en lo que eran. En realidad, las mataron porque se encontraron con una persona que era lesboodiante. El problema está en la persona que se siente habilitado a cometer este acto. El odio que tiene sobre nuestras identidades es tal, que le permite tirarles una molotov y prenderlas fuego. Ahí está el problema, en esta persona, en el odio que siente, no en nuestras identidades. El problema está en esa parte de la sociedad que no acepta esas identidades o nuestra forma de vivir”.
Los discursos de odio, se expanden, penetran y se hacen carne. Solo para nombrar uno: hace algunos días el biógrafo y amigo del presidente Nicolás Márquez expresó dichos odiantes contra la comunidad LGTBIQ+. Moro lo explica así: “Desde los medios masivos de comunicación, desde el gobierno nacional habilitan acciones concretas en la vida de las personas”. Lejos de ser un caso aislado, el argentino, tiene una relación directa con el contexto mundial. “La estrategia de la avanzada de la ultra derecha es la confusión y la desinformación. Así es como operan, generando desinformación o información errónea, sin fuentes confiables. Legitiman discursos, palabras, frases contra la comunidad LGBTIQ+, contra los movimientos sociales, contra el obrero, contra los empleados de empresas estatales, descalificándolos”
Estos discursos repercuten de forma directa en la sociedad “cualquier persona, sobre todo un varón cis con privilegios, se siente hoy habilitado a cometer estos actos”, dice Sole Caballero, “hasta hace un tiempo, existían organismos – como el INADI y el ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad de la Nación – que podían poner un freno a eso. El ataque no es ajeno a como estamos hoy”.
Si bien el hecho sucedió a 1200 kilómetros del Alto Valle, no hay manera que no repercuta en nuestra comunidad. “También tenemos compañeras que son lesbianas que están en una situación precaria, como estaban las chicas de Barracas, que están hacinadas viviendo en una casilla, que no acceden a trabajos formales. Esta expresión de odio extremo sucedió en Barracas, pero en realidad podría haber sucedido en cualquier parte del país y Neuquén no es la excepción”, dice Sole Caballero.
Ayer por primera vez el Gobierno nacional dio declaraciones tras el ataque. El vocero presidencial Manuel Adorni rechazó definirlo como «un atentado a determinado colectivo». Además, consideró «injusto hablar solo de este episodio cuando la violencia es más abarcativa» porque según su parecer, la sufren «hombres y mujeres». Sole Caballero disiente: “nosotres si hacemos un análisis de qué o cuál colectivo se atacó porque esto está directamente relacionado con la causa del ataque, que es el odio hacia el colectivo lésbico. Lo que estamos haciendo por lejos de lo que sostiene Adorni es hacer foco y visibilizar que el asesino realizó este atentado por odio a nuestras identidades. Adorni lo que pretende, como todo el gobierno nacional, es borrar nuestras identidades, que dejemos de nombrarnos, que dejemos de visibilizar nuestra existencia. Pero para contrarrestar eso hacemos actividades en todo el país”.
Así fue que desde que se cometió el triple lesbocidio se conformó una red de activismo lésbico en todo el país para realizar acciones federales. En Neuquén la concentración fue el domingo en el Monumento a San Martín; en Cipolletti fue ayer. También se realizaron acciones en Mar del Plata, Rosario, Salta. Todas con el mismo objetivo: visibilizar y exigir justicia por el crimen de odio.
“Lesbiana lesbiana lesbiana lesbiana, decirlo tantas veces como las que se lo calló”. Esas palabras las escribió Macky Corbalán, poeta lesbiana neuquina, hace ya más de diez años. Esa urgencia, esa insistencia en nombrar impera hoy, también, por estas horas.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios