«Mirá mamá, soy trans»: historias de familias que acompañan a sus «hijes» en Roca

"Xadres" es un grupo de madres y padres de infancias y adolescencias trans que busca visibilizar las problemáticas que afrontan las personas de la diversidad sexual. Fomentan la contención, escucha y acción.

“Mirá mamá, yo soy un varón trans. Así como me lo dijo, me dejó helada”, la mayoría de sus historias comenzaron a través de afirmaciones similares. Y aunque con el tiempo parece sencillo narrarlo, detrás de esas declaraciones de identidad se esconden procesos complejos y dolorosos, que sirvieron de impulso para vivir hoy en una absoluta libertad.

El grupo de “Xadres”, que reúne a padres y madres de niños y adolescentes trans y no binarios, nació para ser un cálido refugio ante la adversidad del mundo. O como sus miembros dicen, se trata de ese «bastión fundamental» que hace la vida un poco más amena.

Surgieron casi por casualidad de la mano de dos mamás que visitaban el consultorio trans del hospital de Roca junto a sus hijos. Actualmente, el staff de integrantes trepa en número a los 15 y sus encuentros semanales se perfilan a ser una especie de «conspiración» para intentar contribuir en un cambio a la sociedad.

“Acá lo único que importa es que seas un ser humano y tengas ganas de salir adelante. Somos un lugar para que cuando te sientas mal puedas encontrar contención, sobre todo para algunos padres que no saben cómo actuar al inicio de una transición”, comentó Marcela García, miembro de la agrupación y mamá de Gerard, un varón trans de 17 años.

Dato

15
familias de la ciudad y zonas aledañas, integran actualmente la agrupación.

La historia del grupo


Los “Xadres” comenzaron en 2018 como parte del consultorio inclusivo del Hospital Francisco López Lima, atención que llegó a contar con características únicas en el país. Fue allí que en un baño refaccionado se buscó liberar al cuerpo de las emociones y compartir algún que otro mate con las familias que esperaban ser atendidas para acceder a un tratamiento de hormonización.

La Asociación de Trans y Trajadores Sexuales impulsa numerosas campañas para la comunidad roquense. Foto Andrés Maripe

“Surgió cuando empezamos a ver a dos madres que se quedaban a acompañar el proceso de sus hijes, era la primera vez que veíamos algo de este estilo. Ahí vimos una necesidad de diálogo y de a poquito empezamos”, comentó Georgina Colicheo, referente de la Asociación de Trans y Trabajadores Sexuales (ATTS). El grupo de madres y padres se configuró como una actividad más de la nutrida labor que efectúa ATTS desde hace más de 13 años.

Luego del despojo de la sala de atención sufrido por parte de las autoridades del nosocomio, debieron alzarse a la búsqueda de un nuevo sitio de encuentro. Por razones obvias durante la pandemia primaron los cafés virtuales, hasta que finalmente se escogió como nueva morada al centro comunitario del barrio 250 Viviendas, ubicado en la margen noreste de la ciudad.

Siempre les digo a las personas que llegan al grupo: el día que crean en ustedes, no los detiene nada ni nadie

Geogina Colicheo, referente de ATTS

Los “Xadres” se encuentran de brazos abiertos para quienes necesitan apoyo, escucha o un abrazo. Solo basta con comunicarse a través de Facebook en “Xadres Atts” o por Instagram en @attsrionegro.

Los difíciles comienzos


«En plena pandemia salimos un día a caminar por el Canal Grande. Se paró y me dijo: ‘mamá, yo soy un chico. Quiero que me llamen Alex y me traten con los artículos de un varón’. No sabía cómo responder», expresó Liliana Padras, integrante de Xadres.

Su hijo Alex, hoy de 21 años, comenzó su transición durante el último año de secundaria, aunque la familia ya notaba pequeños cambios desde mucho antes. Liliana pensaba que quizá un aparente perfil de «madre castradora» le imposibilitaba dialogar con Alex sobre su proceso, aunque solo sería cuestión de tiempo.

El hijo de Liliana, Alex, actualmente estudia en Buenos Aires. Foto Andrés Maripe

«Luego de su confesión, enseguida quise blanquearlo con el resto de la familia. Si lo apoyaban, mejor, y en caso contrario la puerta estaba abierta para irse», añadió Liliana. Su postura es compartida por todos en el grupo de padres y madres, aunque no siempre los comienzos resultan tan sencillos.

Tal como es el caso de María Clara García, una trabajadora del Poder Judicial, que sufrió un preinfarto producto del estrés generado por la noticia en su hogar. Hizo falta profundas charlas y asistencia profesional para que la paz vuelva al grupo familiar.

«A mi hijo mayor le costó mucho el cambio de Ulises. El psicólogo nos ayudó un montón en entender que el problema no lo tiene Ulises, sino que se trababa de una cuestión de aceptación. La persona es la misma, lo único que cambia es el nombre”, sintetizó María Clara, mamá de Ulises, un varón trans.

María Clara desarrolla una importante difusión del colectivo dentro de la Ciudad Judicial, su ámbito de trabajo. Foto Andrés Maripe

La historia de Paola Spitzmaul es un poco más «trágica», tal como lo define ella. Su hija Eva pasó por un extenuante proceso de autopercepción, que estuvo marcado por reiterados atentados contra su vida.

«Cuando estuvo en el hospital conocimos a Georgina. Ella nos dio un apoyo muy grande y fue cuando supimos que Eva, era Eva. Desde ese momento si bien pasamos por angustias, la familia la aceptó muy bien«, comentó la mujer.

El estado de la salud de la muchacha mejoró sustancialmente, incluso de su resiliente camino de vida se develó una pasión por la escritura. Meses atrás lanzó su primer libro, cuya poesía tiene el sello de una autora que compone desde el dolor.

Las tramitaciones, los mayores obstáculos


En los próximos días se conmemora el décimo aniversario de la Ley N° 26.743 de Identidad de Género. Y aunque en la década se dieron grandes avances, continúan los tediosos procesos de los cambios registrales.

“El trámite de mi hijo lo iniciamos en noviembre del año pasado, pero todavía no hay nada al respecto”, comentó Marcela García, miembro de “Xadres” al referirse a la situación. Pese a los cambios tecnológicos y las mejoras anunciadas por Nación, el acceso a los nuevos DNI y partidas de nacimiento continúan siendo una falta considerable hacia el colectivo.

A una mamá cuando le tocan al hije, no hay con que darle. Por eso nos pusimos a estudiar sobre sus derechos.

Liliana Pradas, integrante de Xadres

También se registran dificultades en el acceso a la salud, incluso con situaciones de violencia vividas dentro del ámbito público. «En el hospital recibí malos tratos por parte del personal. A mí no me hace absolutamente nada, pero me pongo a pensar como saldría mi hijo de ahí con 17 años«, añadió la mujer.

Las dificultades se trasladan a la cobertura de las obras sociales, las cuales en muchos casos no asumen los costos de las hormonizaciones.


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