Neuquén antiguo: las misas en la vereda
En la década del 30 la capilla Nuestra Señora de los Dolores ya no podía albergar a todos los feligreses que asistían los domingos y días patrios. Hacía falta una catedral y en los 60 se concretó.
La avenida principal de la capital era de tierra. La policía custodiaba la calle a caballo. Nadie faltaba al oficio religioso, aún teniendo que atravesar los arenales.
Corrían los años 30 en la capital del Territorio del Neuquén. Todos los domingos y los días de festejos patrios, se celebraba en la capilla Nuestra Señora de los Dolores el oficio religioso tradicional. El párroco de la ciudad de General Roca se trasladaba una vez por semana para dar la misa. Los feligreses atravesaban los extensos arenales de la ciudad para, con asistencia perfecta, al culto católico.
Fue una de las décadas del siglo pasado que experimentó un vertiginoso crecimiento poblacional con la llegada de nuevas familias de inmigrantes. Y la pequeña capilla, la única de la capital, empezó a quedar chica.
El espacio no se agrandaba y la cantidad de asistentes aumentaba. Fue así que el párroco resolvió dar las misas en la vereda de la avenida principal que en ese entonces era de tierra. El ritual se repitió hasta la década del 60, cuando se creó la Diócesis de Neuquén, por decisión del papa Juan XXIII.
“Es voluntad de establecer como sede del Obispo Diocesano a la ciudad capital de la provincia y de elevar a la dignidad de Catedral (iglesia madre) de todas las diócesis, por encontrarse en ella la cátedra del Obispo, es decir donde se enseña a todo el pueblo la palabra de Dios, al templo parroquial correspondiente a la entonces parroquia Nuestra Señora de los Dolores”, dice un documento histórico que publica la Diócesis de Neuquén en su página web.
Así la capilla pasó a un segundo plano. Se dejó de lado como madre protectora a Nuestra Señora de los Dolores, se inició e inauguró la catedral bajo el amparo de la virgen María Auxiliadora. Así nació la catedral, que junto a su primer Obispo Jaime de Nevares, fue albergue de la protección de los derechos humanos durante la dictadura cívico militar.
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