Proteccionistas y un amor incondicional: abrió su casa para cuidar 14 gatos y perros en Roca

Es un trabajo invisible y no remunerado, pero los proteccionistas patrullan las calles rescatando, cuidando y alojando a los "vagabundos". El caso de Evangelina, una madre y joven trabajadora que dedica gran parte de su día a salvar animales.

Un gatito de un mes de vida rescatado de la calle la persigue por toda la casa maullando. Es que llegó la hora de comer. El pequeño hace pocos días está empezando a alimentarse solo y aprendió a usar la mamadera de leche que Evangelina le da con dedicación cada dos horas.  

“Se pone enseguida patas para arriba porque le gusta que lo alcen como bebé”, contó Evangelina González, integrante de la agrupación “Huellas Callejeras” de Roca. Antes usaba la jeringa para alimentarlo, ahora aprendió a succionar. 

Todavía no tiene nombre, el gato está en tránsito y enfermo. Apenas se recupere buscarán una familia que lo adopte. Pertenecía a una colonia feral en Roca y todos sus hermanitos murieron. A él lo encontró un rescatista y sobrevivió. Ella se hizo cargo de alojarlo y darle los cuidados en su casa. Con la dedicación y el tiempo necesario, saldrá adelante. 

Evangelina tiene 31 años, es madre, empleada y tiene una gran familia. Vive con su pareja, cuatro niños y se sumaron en los últimos años cuatro perros y seis gatos. Un gran patio le permite abrir su corazón a estos diez animales y darles lo mejor que tiene. “Todos los animales que tengo son rescatados”, dijo. 

“Máximo tuve 14 a la vez entre gatos y perros”, contó, entre los propios y los que estaban en tránsito. Hace seis años se dedica al proteccionismo de animales además de su trabajo cotidiano en una inmobiliaria. 

Desde el patio, ladra y rezonga Atenea, una perra que padece TBT, un tumor. No se deja tocar por nadie. Es muy agresiva y ya no le pueden dar el tratamiento adecuado, nadie la adoptó tampoco y por eso Evangelina se hace cargo desde hace un tiempo. Con paciencia la cuida e intenta generar un lazo.  

Atenea, la perra que nadie adoptó y Evangelina acogió. Foto: Juan Thomes

Su objetivo como parte de la agrupación es el rescate, la protección, la castración y la adopción responsable. Articulan por las redes sociales con profesionales veterinarios y con el Municipio de Roca. Detectan animales callejeros, si no tienen dueños ven quién lo puede ir a rescatar, y lo llevan a la veterinaria, luego buscan cómo pagarle el trabajo.

“Yo fui de a poco. Primero traía a algún gatito, lo ayudaba. Más que nada con los gatos al principio porque vivía en departamento y es más fácil porque es menor el espacio que necesitan”, contó. 

Cuando le preguntan por qué lo hace, Eva no puede evitar recordar a su gatita de la infancia, Antú. “La encontré en la entrada de la escuela”, recordó. Fue un antes y un después, porque previamente le temía a los gatos. “Fue la única gata que tuve un montón de tiempo”, resumió. 

Evangelina con Pipa, una de sus perras rescatadas.

Mucho trabajo voluntario y dedicación 


Te lleva un 50% del día entre cuidarlos, alimentarlos, llevarlos al veterinario”, respondió tras la consulta de Diario RIO NEGRO. Es que la gran mayoría de los animales en tránsito están enfermos o heridos, depende del caso. Toda esta labor es incondicional, porque no espera nada a cambio. No hay retribución económica. 

Hay personas que dan tránsito siempre, pero es difícil porque hay varios casos en los que los «transitantes» se quieren quedar con los animales. “Nosotras porque ya de tantos animales, sabemos que va a aparecer otro y necesitamos el lugar”, explicó la joven. 

“Cuando era más chica tenía que ir al canalito y dar en adopción a perritos que había encontrado en la calle porque las redes sociales no se usaban en ese momento”, recordó. 

Desde su agrupación “Huellas Callejeras”, en 2023 comenzaron con charlas en las escuelas para concientizar sobre la tenencia responsable y las castraciones. “Ahora hay castración temprana a partir de los cuatro meses y siempre tratamos de insistir con eso que es lo principal para evitar la sobrepoblación que hay de animales”, explicó Evangelina. 

Un gran cadena humana


El proteccionismo consiste en una gran cadena humana de rescate, cuidado y bienestar animal, en la que suelen intervenir varios actores: rescatistas, veterinarios, casas de tránsito, colaboradores, con dinero y todo tipo de recursos. Las redes sociales son un espacio de abordaje ante la emergencia, de información y difusión para que “los casos” avancen. 

Algunos forman agrupaciones y otros prefieren trabajar en soledad. En Roca, todas son mujeres salvo un varón. 

En la ciudad “Almas felinas” se ocupa de capturar gatos en colonias ferales con jaulas trampa para poder castrarlos con ayuda del municipio, de esta manera los devuelve al lugar para garantizar un equilibrio de la especie. 

“El trabajo que hacemos todas las agrupaciones es obviamente sin fines de lucro. Cuesta un montón que la gente lo entienda porque por lo general es como que creen que hacemos esto y alguien nos paga”, cuestionó Evangelina.


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