Reconocimiento al hijo pródigo

La enorme figura del poeta neuquino Marcelo Berbel corona el mirador, a escasos metros del Pozo N°1, donde nació esta ciudad. El trabajo escultórico lo realizó el artista plástico Gustavo Berrondo, que le demandó dos años de creación.

La figura de Marcelo Berbel, el hijo de Plaza Huincul ahora está de pie, con la guitarra en mano, de cara al viento. Así lo refleja la escultura que de más de 2 metros de alto con la que se lo recodará desde ahora y para siempre.

Tal vez el descuido de tantos años sin que en su lugar haya un espacio o calle que lleve su nombre, empezó a salvarse con este trabajo escultórico, de la mano de su creador el artista plástico Gustavo Berrondo. Hace unos dos años atrás, aproximadamente empezó a trabajar sobre la escultura que quedó inaugurada justo el día en el que el autor de la zamba “La Pasto Verde” hubiese cumplido años.

La elección del sitio donde se montó no es casual porque en este sector del barrio Uno empezó el origen de la actividad hidrocarburífera que le dio origen a la ciudad. El pozo Uno donde por primera vez en 1918 surgió el petróleo está a escasos metros de la escultura.

La escultura de Marcelo Berbel, emplazada en el sitio donde comenzó la actividad petrolera en Huincul.


Su autor comenta que la obra mide cuatro metros de alto y está sobre un pedestal de dos metros. “El pedido surge para hacer el reconocimiento a don Marcelo Berbel, (en el lugar) donde él nació y para elegir la posición se charló con Marité (su hija) y llegamos a un acuerdo. Yo quería incorporar el viento dentro de la imagen y lo da la campera volando y él está de cara al viento”, explica Gustavo Berrondo.

El artista plástico tiene varias obras en la comarca petrolera, pero esta escultura es la primera. Se siento orgulloso de haber sido elegido para homenajear al poeta que “fue nuestro referente siempre”.


Dos años de trabajo



El trabajo le demandó, en total, alrededor de dos años.
La escultura está hecha en concreto -cemento- y tiene un alma de hierro, al igual que la base. “El rostro lo hice en arcilla y luego saqué el molde, pero lo demás se fue moldeando con cemento directo”, describe.

Para definir cómo esculpirlo, Berrondo obtuvo las fotos familiares aportadas por la hija y optó por representarlo en una edad promedio, sin embargo, la idea de hacerlo caminando debió ser recreada por el artista.

El poeta medía 1,86 metros de altura y se lo hizo en escala de 1 en 2,5 metros. El peso estimado de la escultura es de casi 4 toneladas. El traslado hasta el sitio -un tramo de pendiente, terreno rocoso en uno de sus lados- fue una tarea que debió cumplirse con un enorme equipo de traslado a paso de hombre. Fue llevado desde el lugar donde se realizó hasta donde quedó depositado, de pie, tal y como está.

Ahora, don Marcelo observa el corazón de la actividad económica más importante que le dio origen a la ciudad, el complejo industrial que tiene YPF, en Plaza Huincul.

“Agradezco la oportunidad que me dieron de hacer una obra mía”, concluye Berrondo.


Quién era Marcelo Berbel



Don Marcelo Berbel, nació el 19 de abril de 1925
y falleció por una afección pulmonar un 9 de abril de 2003, hace veinte años atrás.

A la ciudad que hoy lo homenajea con una escultura, le dedicó una de las obras de mayor trascendencia: “La Pasto Verde”. Esta zamba lleva el apodo de la fortinera doña Carmen Funes, que tenía su posta en la aguada, en el ingreso a lo que después se llamó Plaza Huincul y mucho años antes del descubrimiento del petróleo.


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