Un juego milenario: las hipótesis del dado inca que fue encontrado en una cueva de Las Lajas, en Neuquén

Caminar atrás en la historia permitió a una investigadora encontrar un vestigio de la cultura en la cordillera neuquina. La teoría que une el altiplano con el piñón y el oro de la provincia. ¿Sabías que en Neuquén está el Museo del Juguete Étnico Allel Kuzen?

El dado de la cueva de Haichol es una investigación que Stella Maris Capettini inició hace 22 años dirigida por el investigador Jorge Fernández, descubridor de la instalación arqueológica y quien lo encontró.

Se trata de un objeto con forma piramidal, imitando la montaña, al que Capettini observa como una pertenencia inca. En su estudio recorrió a través del juego, en Perú, la pichca y los dados, hasta llegar al enclave de su variante ecuatoriana el huayru y sus dados de hueso aún presentes en la vida andina. Bajó a tierras patagónicas y lo comparó con el kechukawe.

El tahuantisuyo “nos legó un juego milenario con diferentes prácticas: oráculo, ritual funerario, de velorio, ritual agrario y el social recreativo o de diversión y azar”.

Capettini contó que en 1999 a través de una entrevista que le hizo el periodista de Río Negro Rodolfo Quique Chavez a Fernández, el investigador señala el hallazgo del dado en restos arqueológicos en su descubrimiento a unos 35 km de Las Lajas.

A partir de ahí comenzó su investigación que plasmó en un libro en el que relata las similitudes que tienen este tipo de elementos en la cultura inca, con el dato rescatado de que debajo del río Diamante en Mendoza hay restos de un asentamiento inca.

La investigadora acotó que la investigación de Fernández se plasmó en tres tomos donde relata su hallazgo de una población precerámica y que hubo una suerte de varias eras de hielo por las excavaciones que pudo realizar.

La réplica del dado se puede ver en el museo.

“Yo me pregunto qué juego practicaban los infantes de ese grupo de 17 personas cuyos cuerpos fueron hallados, dos eran menores, en esa última morada”, dijo Capettini en la presentación del libro que se realizó en la Casa Museo Gregorio Alvarez.

Describió otros juegos que pudo rescatar en su museo del juego como el trompo, el romon y las bolitas.

Recalcó que la cueva Haichol no fue un sitio de alojamiento y todo hace pensar que bajaron desde el sur de Mendoza en busca del piñón que abunda en la zona y, por alguna razón, los sorprendió un temporal que los obligó a quedarse dentro de la cueva que fue su última morada.

Mencionó también un dato importante que relaciona los incas con el norte neuquino y son los hallazgos de pepitas de oro.

Los elementos de la cueva se exhiben hoy en el museo Gregorio Alvarez del parque central de Neuquén, y el dado original está celosamente guardado después del traslado desde el museo Paraje Confluencia.

Estudio etnolúdico del dado hallado en la Cueva de Haichol se llama el libro que escribió la responsable del Museo del Juguete Étnico Allel Kuzen de Neuquén.

El investigador Fernández realizó excavaciones entre 1970 y 1972 y se estima que pertenece a un período entre los años 1280 y 1600 de nuestra época.

La base de la investigación permitió encontrar vestigios para unir el dado hallado en Haichol con Cusco, Perú, pero también se menciona que se podría ir más atrás, hasta los chipchas, en Ecuador, que tenían un juego con semillas. Capettini especula que los incas tal vez lo aprendieron y lo fueron modificando.

De allí bajó esta costumbre y el dado hallado en Haichol puede haber sido usado para entretenerse durante la veranada.

El dado no tiene seis caras como los que se conocen en la actualidad, tiene 5 y es como una pirámide trunca, es decir que la parte superior está como cortada al ras. Hay otros dados en la cultura inca que terminan en punta como una montaña o un volcán.

Pichca es el nombre del juego que significa cinco. El dado de Haichol tiene huequitos hechos, es de piedra pómez, y estaba pintado de rojo. Cada cara tenía de uno a cinco huecos. Descubrir las curiosidades de la historia genera sorpresas.

Stella Ferraresse Capettini presentó el libro en la Casa Museo Gregorio Alvarez. (Matías Subat)

Un lugar donde se conjugan los juegos antes de Colón


Stella Capettini dirige el museo del juguete étnico Allel Kuzen que surgió por esfuerzo propio en el año 2014 como un centro pedagógico, cultural y de investigación etnolúdica para dar continuidad al trabajo de los pueblos indígenas de América.

Según indicó, el objetivo del museo es propiciar su práctica y su inserción en la educación física escolar dando lugar a la práctica de la educación física intercultural.

“El camino recorrido durante la investigación fue arduo porque la mayoría de los sufrimientos padecidos por las invasiones a la fecha habían diezmado y ocultado parte de la cultura entre la que los juegos y juguetes era la más invisibilizada e ignorada por los investigadores puesto que la antropología y la arqueología no fijaban su vista en ellos durante su trabajo, especialmente en los juegos infantiles”, indicó Capettini en su presentación.

En 2004 se incorporaron juegos y juguetes afroamericanos como una forma de ver otra identidad agredida y esclavizada. Se incluyó al pueblo romaní o gitano, el más perseguido del mundo. En 2007 la investigación se amplió a juegos étnicos del mundo trabajado con investigadores y portadores de cultura. “En este espacio etnolúdico hay retazos de la historia lúdica de la humanidad”, acotó. Aclaró que el museo es una institución sin fines de lucro con sostén económico propio.

Entre los proyectos se anotó el rescate e inserción comunitaria y pedagógica de los ancestrales juegos de los pueblos originarios de América, la recuperación de los juegos de los descendientes de esclavos y africanos que migraron a Argentina.

La base del Museo son los juguetes y juegos de los pueblos indígenas de América que forman parte de la propuesta de rescate y puesta en valor ya que hace algo más de 500 años se taparon o modificaron en un proceso de imposición de culturas ajenas con supresión de la propia. Se encuentra en la calle Casilda 417 de la ciudad de Neuquén.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios