Somos mujeres, miradnos

Redacción

Por Redacción

Haydée Zac de Levinas *


Existe una representación desproporcionada e inadecuada de mujeres en los espacios de política nacionales y mundiales en general.


Comienza así un poema de Elvira Sastre, joven poeta española (1992): “¿Por qué la existencia de un día? ¿Por qué esta convocatoria a mirarnos? ¿Antes acaso no nos mirábamos las mujeres como mujeres? No nos escuchábamos ni nos escuchaban? ¿Y ahora?”

Mary Beard (1955) refiere en “Mujeres y Poder” que el primer testimonio de la cultura occidental de silenciamiento hacia las mujeres fue escrito en “La Odisea” de Homero (siglo VII A C, Canto I). Sintéticamente trata de cuando el poeta Femio canta versos tristes en el palacio de Ítaca, donde están reunidos en gran número los pretendientes de Penélope, quienes pasan el tiempo en francachelas y juegos diversos. Penélope escucha al cantor desde su alcoba, en el segundo piso. Baja al salón y, pensando en su añorado esposo el intrépido Odiseo, pide a Femio que deje de cantar versos tristes. Que cante mejor las “hazañas de hombres y de dioses que recrean a los mortales y son celebradas por los aedos”. Telémaco interviene bruscamente y ordena callar a su madre: “Vuelve ya a tu habitación, ocúpate en las labores que te son propias, el telar y la rueca, y ordena a las esclavas que se apliquen en el trabajo; de hablar nos cuidaremos los hombres, y principalmente yo, porque mío es el mando de esta casa”.

Un testimonio de silenciamiento donde Penélope no era mirada como una mujer sino como un objeto a ser pretendido, sin derechos.

El día internacional de la mujer nos recuerda que el recorrido por el reconocimiento de las mujeres fue a través de la lucha, primero como trabajadoras por sus derechos, luego ya en este siglo para exigir la igualdad de género.

El 8 de marzo de 1857, mujeres llamadas en Nueva York “garment workers”, trabajadoras de la industria textil, organizaron una huelga reclamando salarios más justos en condiciones laborales humanas. Al momento de alzar la voz, los agentes de la policía las detienen. Y dos años más tarde, las manifestantes crean su primer sindicato para batallar por sus derechos.

El 8 de Marzo de 1908 obreras textiles neoyorquinas de la fábrica Cotton reclaman en las calles por una jornada de 8 horas, por la abolición del trabajo infantil y por la igualdad del voto para la mujer. 129 mujeres que permanecieron en el establecimiento murieron por un incendio provocado por los propietarios y la policía.

El 8 de Marzo de 1910 la influyente Clara Zetkin propone en la Conferencia Internacional de mujeres socialistas celebrada en Dinamarca, que todos los años se realice una manifestación internacional unificada en pos de los derechos y la libertad de la mujer, resolución firmada por más de cien delegadas de 17 países.

En 1952 la ONU instituye el 8 de marzo como día internacional de la mujer, en 1977 la ONU declara oficialmente el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer y en el 2011, se fijó la premisa de “Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer” (ONU mujeres).

En nuestro país resulta muy interesante rastrear el rol fundamental que las mujeres han tenido en hitos históricos. Sólo mencionar en lo más cercano de nuestro tiempo a las “Madres y Abuelas de Plaza de Mayo” en su lucha por los hijos desaparecidos y por los nietos apropiados y nacidos en cautiverio.

El movimiento feminista, cuyo sentido brega por reconocer una diferencia estructural injusta entre hombres y mujeres, cobró más fuerza en la Plaza del 2015 con el “Ni una menos”, sumándose el colectivo LGTBQ+ con su lucha por la inclusión y la diversidad sexual. La Ley del Aborto seguro, legal y gratuito sancionada en el 2020 resulta una conquista trascendental para todas y todos.

La ONU promueve en este 2021 el día internacional de la mujer con el lema “Por un futuro igualitario en el mundo de la COVID 19”. “Las mujeres se encuentran en la primera línea de la crisis de la Covid-19 como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias. También se encuentran entre las y los líderes nacionales más ejemplares y eficaces en la lucha contra la pandemia. La crisis ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas desproporcionadas que soportan.”(ONU)

Pese a que las mujeres constituyen la mayoría del personal de primera línea, existe una representación desproporcionada e inadecuada de mujeres en los espacios de política nacionales y mundiales en general y los relacionados con la Covid-19 en particular.

En nuestro país y en el mundo todo, es la violencia para con las mujeres otro gran tema que consterna; lo leemos y escuchamos todos los días en los medios. La violencia es un continuo y los umbrales para detectarla tienen que ver con factores culturales, históricos y sociales. Los umbrales varían de acuerdo a la época, a la cultura, a la sensibilidad de los ciudadanos y a las arraigadas normas y tradiciones patriarcales. Tendemos a invisibilizar lo visible, a naturalizar lo repelente, con lo que la violencia de género pierde peso y valor de constructo social reversible y modificable. Concientizar la violencia que se vive dentro de la casa, en lo privado, hacerla pública para que el Estado intervenga es un avance pero no es suficiente. Denuncias sin contención a cambio, incremento del maltrato que llega a los límites del femicidio.

* Miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA). Comité de Mujeres y Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Profesora Adscripta Fac. Medicina. UBA


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