Soñamos con una ciudad vivible, inclusiva e integrada

Un día cualquiera de un neuquino cualquiera. Vimos en 24 horas como se cruzan todos los "derecho a la ciudad" al que debiéramos todos acceder. ¿Una utopía? Sí... es que teníendola es como comienzan los cambios.

Todos: niñas y niños; jóvenes, adultos, abuelos, en uso pleno de sus “derechos a la ciudad”.

En el transcurrir de un día soñamos con una ciudad integrada, inclusiva, pluricultural, conectada, productiva, saludable, resiliente.

Soñamos una ciudad vivible y sostenible: nuestra ciudad es diversa y dicotómica, un crisol social desde donde proyectar nuestro sueño;

Empieza el día en la ciudad, nos levantamos en un hogar donde vivimos con nuestros afectos. En un hábitat digno, con espacios acordes a las actividades de la casa, superficies amplias, sin hacinamiento, iluminados y ventilados, acondicionados climáticamente con eficiencia energética; con todos los servicios, que permitan un buen baño por la mañana, disponer de agua potable, de adecuados desagües cloacales, calefacción en el invierno, buena conectividad. Hogares donde poder compartir un desayuno saludable. Luego salir a nuestras actividades desde nuestro barrio.

Collage digital: Gonzalo Maldonado, de «Río Negro»

Soñamos con padres, madres, jóvenes con trabajo remunerados con salarios dignos.

Niños y niñas concurriendo a escuelas públicas compartiendo con chicos de distintos estratos sociales, con chicos con capacidades diferentes, donde la diversidad de género o “las diferencias” no son motivo de bullying…accediendo a tecnología de última generación y con conectividad en la escuela y en la casa.

Soñamos una ciudad sin trabajo infantil.

En el andar hacia el trabajo, la escuela, el club; recorremos las calles, e imaginamos el andar de mi comunidad en la proximidad de sus hogares; cada padre, madre, niño y abuelo concurriendo en los a espacios barriales, compartirendo actividades culturales y de encuentro social.

Que tengamos tiempo de recreación, para poder pasear por nuestras bardas, costa de ríos, por senderos y espacios de calidad, bien diseñados y construidos para esas actividades, accesibles. Que podamos tener lindas plazas cerca de la casa, con buena sombra en el verano, juegos, bancos, espacios para nuestras mascotas. Bancos, espacios de césped para sentarnos a compartir unos mates con los amigos.

Que estén bien iluminados, limpios y seguros.

Soñamos con movilizarnos en la ciudad desde nuestras casas caminando o en transportes sustentables, públicos, sin necesidad de usar el auto particular, de esa forma ya no escucho la cacofonía y no sentimos los olores de los autos de hoy.

Los niños pueden ir y volver a la escuela seguros, por caminos escolares diseñados y gestionados para su seguridad vial y su seguridad personal, pudiendo los papas sentirse tranquilos en sus actividades.

Soñamos una ciudad accesible a personas con discapacidad, con espacios diseñados y construidos con criterios accesibles. Con actividades labórales, culturales, recreativas en las que podamos encontrarnos en planos de igualdad.

Soñamos una ciudad sin discriminación por condición sexual, con igualdad en el acceso a la ciudad sostenible en la integralidad de sus aspectos.

Gabriela Álvarez, arquitecta

Mariana Vilo, geógrafo

Sergio Lardies, arquitecto

Miembros del Grupo de Diálogo Norpatagónico


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