Discapacidad, abuso y educación sexual

“Río Negro” denunció ayer la situación de fragilidad en la que viven niñas y jóvenes con discapacidad. El informe abordó el caso de una menor de Roca que desapareció, fue encontrada en Neuquén y contó que había estado en un prostíbulo. Está embarazada, tiene 15 años y es alumna de la Escuela Especial N° 1, que atiende a una población con discapacidad mental. En el mismo establecimiento hay otra menor de 14 años embarazada y, según docentes consultados, hubo al menos cinco casos de alumnas “captadas” por redes y abusadores.

Mirta Marina es Coordinadora del Programa Nacional de Salud Sexual Integral, que depende del Ministerio de Educación de Nación. Consultada por los embarazos de alumnas de una escuela especial de Roca, afirma que las distintas instituciones estatales deben asumir un rol más activo a la hora de proteger a los más vulnerables. Sostiene que la sexualidad de esta población debe ser abordada desde “políticas públicas” y la educación sexual para alumnos de escuelas especiales debe estar garantizada por el Estado. Asegura que los nuevos manuales de Educación Sexual que ya llegaron a Río Negro, son también para alumnos de este tipo de colegio.

– ¿Cómo es la educación sexual para niñas y niños con discapacidad?

-Nosotros estamos trabajando desde el 2006, desde la promulgación de la Ley 26.150 que hace obligatoria la educación sexual en las escuelas, con una perspectiva inclusiva, como dice la ley. Porque contempla a “todos los educandos del sistema educativo”, así que nosotros trabajamos para que la educación sexual se aplique en todos los niveles educativos, en todas las modalidades, y la educación especial sería una modalidad educativa. Lo que hacemos desde el Ministerio es trabajar con estas escuelas o las direcciones de educación especial de las provincias a través de los niveles. Por ejemplo: si hacemos un encuentro para trabajar sobre educación sexual en el primario, invitamos a los docentes de educación especial. No planteamos una educación sexual diferente para alumnos diferentes sino una adaptación en función de las discapacidades, una adecuación de la manera de trabajar pero no de los contenidos, de acuerdo a las posibilidades de las chicas y los chicos.

-¿La ley contempló al universo de personas con discapacidad?

-Hay cosas que la ley dice y cosas que no dice, pero que de alguna manera le hemos hecho decir a los que se encargaron de la confección de la ley como a los encargados de su reglamentación y a aquellos que elaboraron los lineamientos curriculares, los contenidos básicos que se aprobaron en el Concejo Federal. La ley no habla específicamente de personas con discapacidad, pero en su artículo 1 dice “todos los educandos” y nosotros entendemos que ese “todos” es bien inclusivo. Cuando avanzamos en los lineamientos, el grupo de trabajo puso especial énfasis para que no quedasen afuera alumnos con discapacidad y alumnos de culturas ancestrales, porque no faltó quien pensara que los pueblos originarios, como tienen otra cultura, no tienen que tener educación sexual o que las personas con discapacidad no la necesitan o no la van a entender.

-¿Cómo están trabajando desde el ministerio la propuesta de Educación Sexual Integral para Escuelas especiales?

-La idea primera es trabajar con los docentes y las familias de los chicos con discapacidad. Cuando abordás el tema discapacidad / sexualidad te encontrás con frecuencia con un supuesto fuerte que implica pensar a las personas con discapacidad como seres asexuados, que no tienen sexualidad; o bien, rápidamente se pasa a una idea opuesta que dice que los niños y jóvenes con discapacidad (sobre todo mental) son “hipersexuados” y que trabajar con ellos plantea un problema porque la educación sexual puede despertar quién sabe qué cosa en ellos. Estamos trabajando en fortalecer la idea de que la educación sexuales para todas las personas, con o sin discapacidad, que todas las personas tienen derecho a vivir su sexualidad plenamente y que la educación garantiza estos derechos.

-¿Cómo trabajan con las provincias de Río Negro y Neuquén?

– Estamos trabajando para que en las provincias se tenga especial cuidado en incluir la prevención del embarazo en edades tempranas también en escuelas especiales. Hace unos días hicimos un Congreso de Educación Sexual en Santa Cruz, donde se trabajó con docentes de toda la provincia, entre ellos docentes de educación especial. Hicimos un taller e indagamos entre los docentes qué pensaban de la discapacidad y la sexualidad. Una profesional de Caleta Olivia contó una experiencia de trabajo con personas con discapacidad y vimos que abordan los mismos temas que la escuela común: el cuidado del cuerpo, la autoestima, la posibilidad de decir no ante presiones, la información sobre anticoncepción.

Específicamente, en Neuquén hemos arrancado hace 15 días. Esto no quiere decir que la provincia nunca trabajó estos temas sino que se está trabajando por primera vez en articulación con Nación. Nosotros elaboramos los materiales y los vamos a distribuir en todas las provincias, pero algunas nos han pedido que los materiales se distribuyan desde las provincias.

– ¿Es el caso de Río Negro?

– Sí, el Ministro pidió los materiales para distribuirlos en la provincia. Los manuales fueron enviados. Todas las escuelas tienen que contar con el material que elaboramos a fines de agosto.

– En Río Negro se carece de herramientas específicas para trabajar con alumnos con discapacidad ¿A qué obedece esto?

– Sí, es verdad. Estamos elaborando materiales específicos para ciertas discapacidades específicas, como material el Braile, etcétera. Pero no se trata de abordaje específico sino de herramientas específicas porque -insisto- este Ministerio sostiene que la Ley de Educación Sexual Integral también es para alumnos con discapacidad.

– ¿Considera que el rol de las escuelas especiales debe ser distinto al de las escuelas comunes al respecto? Hablamos de una población vulnerable, susceptible a abusos y embarazos no deseados; pensemos que en muchos casos estas escuelas no tienen docentes con formación especial.

– Eso es una dificultad muy importante. Para enseñar educación sexual a personas con discapacidad hay que saber enseñar a personas con discapacidad; esa condición es tan necesaria como saber enseñar matemáticas o lengua a personas con discapacidad. Es cierto que las personas con discapacidad son más vulnerables a situaciones de maltrato y abuso y esto hace repensar el rol de la institución. Son más vulnerables en el seno de sus familias, en otras instituciones, en la calle, en el club, en el barrio; hasta hay una concepción, una representación que dice que pueden ser más fácilmente abusadas; se trata de personas que corren más riesgo de sufrir situaciones de maltrato y de abuso, por eso es más importante trabajar con ellos preventivamente y las escuelas especiales deben ser permanentemente conscientes de ello.

– ¿Educación de Nación capacita específicamente en estas problemáticas a las provincias?

– Es cierto que hay iniciativas que dependen del gobierno provincial, también es cierto que nosotros estamos dispuestos a acompañar desde este Ministerio; lo venimos haciendo con un montón de provincias donde se acompaña en capacitaciones y recursos humanos. Por ejemplo, hace 3 años que damos un curso virtual para institutos de profesorado. En síntesis, lo que ofrecemos está a disposición de todas las jurisdicciones.

– Desde Educación trabajan articuladamente con Salud; muchas escuelas recurren a médicos para dar educación sexual.

-Sí, trabajamos articuladamente con Salud. Tenemos una historia desde antes del Programa de Educación Sexual Integral; trabajamos en temas de prevención del SIDA, de embarazo adolescente, etcétera. Creemos que este es un trabajo en el que tienen que estar juntos Salud y Educación, aunque con un rol diferente. No creemos que la educación sexual sea una tarea de médicas y de médicos que van a las escuelas a dar charlas; creemos que eso se tiene que ir superando, ya sea en escuelas comunes o en especiales. Salud tiene que acompañar mucho a los docentes para brindarles conocimientos, porque son ellos los que están frente a la clase cotidianamente. El alumno tiene otro vínculo con el docente, construye una relación de confianza y hay que aprovecharla.

– ¿Y cómo trabaja la escuela especial cuando se está ante alumnos que no pueden asumir una “sexualidad responsable”?

– Qué pasa ante estos casos es un tema de política pública que incluye a otras esferas, a otros organismos. Lo que podemos trabajar desde la escuela es garantizar conocimientos mínimos sobre cuidados de sí mismo y de los otros… La posibilidad de asumir la sexualidad dependerá de cada caso concreto; a veces se trata de ver cómo asumirla cuando no se puede expresar -por ejemplo- mediante la genitalidad; pero en estos casos es tema de especialistas, de trabajos interdisciplinarios en los que también debe participar la institución educativa.

ENTREVISTA:

Mirta Marina

Susana Yappert


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