¿Tarifas reales o mentirosas..?

Cuando a uno le aumentan las tarifas de cualquier servicio, es el Estado quien le dice que esto es un hecho natural en una economía que mueve sus variables constantemente (salarios, inversiones, etc).

En todo razonamiento que se haga está involucrada necesariamente nuestra conveniencia, algo que ni los empresarios, ni los gobernantes, ni los ciudadanos podemos dejar de lado. El empresario busca mayor renta, el ciudadano pagar lo menos posible para proteger más sus ingresos, y el gobierno (dependiendo de su inclinación política), le dará mayores ventajas a unos y se las quitará a los otros. Esto sucede aquí, y en cualquier parte del mundo.

Me puse a pensar entonces en temas que tienen que ver con los bienes comunes del pueblo, de la Nación, aquellos llamados “recursos naturales”, los que provienen de la naturaleza que nos rodea, algo que no se siembra, no se fabrica, algo que se agota y no tiene reposición.

Desde un pensamiento popular, se promueve a manejar los recursos naturales por parte del Estado y distribuirlos desde el mismo Estado, en muchos casos también con la compañía de los privados, a los cuales les da un manejo porcentual, y a su vez los subsidia. Esta es la palabra que pone nerviosos a muchos … “subsidio”.

El concepto dice que todos los servicios (que generen renta segura), deben manejarlos los privados, y el Estado acordar con ellos para fijar las tarifas.

Desde los 90 se privatizaron casi todos los servicios, agua, gas, petróleo, electricidad, minería, todo está en manos de empresas privadas.

Supongamos entonces que la empresa privada tiene entre su costo operativo y su “ganancia” mínima (que siempre es de millones de dólares) un valor de 1000 pesos por año.

En un esquema de libre mercado el Estado casi no “debería” subsidiar a las empresas, sino regular sus tarifas, y que socialmente sean posibles de pagar por todos los habitantes. A lo sumo subsidiar a los más vulnerables e instituciones de bien público, y que de los 1000 pesos, 900 se los aportásemos los habitantes y 100 el Estado; en cambio en un esquema popular, 100 pesos aportaríamos nosotros y 900 el Estado.

Si bien el ejemplo es exagerado en porcentajes, sólo quiere hacer que visualicemos qué nos sucede a cada habitante con estas políticas, ya que en un caso pagamos 100 pesos y en otro 900.

Ahora bien, desde 1990 a la fecha las obras de energía que se han llevado a cabo en Argentina no tienen ningún correlato con las necesidades del país: se sigue cortando la luz, faltan petróleo y gas, y el agua escasea en verano en muchas partes del país, sin referirme a la minería, que realmente merece un párrafo aparte, porque todo lo que consumimos de parte de la tecnología necesita de aquellos minerales que se van del país sin pagar casi nada… y vuelven a entrar al país en forma de plaquetas electrónicas o componentes…

Mi conclusión es que las empresas privadas, tanto con una política “liberal” o con una política “popular” han recibido siempre el mismo dinero, o sea los 1000 pesos que ellas decían necesitaban para funcionar, y esto no ha dado ningún efecto positivo en obras, en cuanto a su contrapartida en inversiones, inclusive en lo que se refiere a energías alternativas.

Este simple ejemplo tiene luego otro ingrediente, y es que las empresas cuando son dejadas con una libertad como la que se les quiere dar ahora dicen que para invertir necesitan no los 1000 pesos, sino 1500… o sea que la suba de tarifas seguirá hasta que los “privados” consigan aumentar su recaudación de manera tal que puedan (según ellos) hacer sus prometidas inversiones.

Yo me pregunto, si desde los 90 ahora no lo han hecho… por qué lo van hacer ahora…?

Si queremos que los privados “sigan” manejando lo que es de todos… bueno… que las reglas de juego cambien… Primero las inversiones… después los aumentos… que charlaremos detenidamente, en especial eso de llevarse las ganancias al extranjero de cuestiones no renovables como nuestros recursos naturales, porque cada dólar que se llevan es como llevarse un árbol, un río, o un yacimiento al exterior, y si realmente queremos a nuestro país no deberíamos dejar que lo sigan haciendo.

Jorge L Fernández Avello

DNI: 12.862.056

Desde los 90 se privatizaron casi todos los servicios, agua, gas, petróleo, electricidad, minería, todo está en manos de empresas privadas.

Jorge L Fernández Avello

DNI: 12.862.056

Datos

Desde los 90 se privatizaron casi todos los servicios, agua, gas, petróleo, electricidad, minería, todo está en manos de empresas privadas.

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