Un concuñado habló del «pituto» y complicó a Carrascosa y su familia
BUENOS AIRES (DyN).- Un cuñado de María Marta García Belsunce admitió ayer que participó de una reunión en la escena del crimen para desentrañar qué era el famoso «pituto», antes de tirarlo al inodoro, y confió que otro familiar presente afirmó «que podía ser una bala», con lo cual complicó la situación del viudo Carlos Carrascosa y de algunos parientes de la víctima.
Horacio Zarracán, esposo de María Laura García Belsunce y concuñado del acusado Carrascosa, detalló que en aquel cónclave en el baño donde asesinaron a María Marta estaban, además de él y el viudo, Horacio García Belsunce (h), John Hurtig -hermano de la socióloga- y Constantino Hurtig, marido de la madre de la víctima. «Alguien de los (cuatro) que estaban conmigo en el baño dijo que podía ser una bala… no recuerdo quién», sorprendió el testigo al declarar ante el Tribunal en el juicio a Carrascosa por el crimen de su esposa.
Ha sido la primera vez en este debate que un testigo presencial se refiere al «pituto» como «una bala», pues antes otro testigo, Balbino Ongay, declaró que Constantino Hurtig le comentó sólo sospechas de que aquel elemento podría ser «un casquillo», o una vaina servida. Además llamó la atención que un testigo aportado por la defensa relatara aquel diálogo, porque así comprometió más la situación de Carrascosa en el presunto encubrimiento del crimen, junto a la de los otros familiares también procesados por el mismo supuesto delito y a la espera de ir a juicio oral.
Zarracán describió al sexto plomo que no llegó a perforar la cabeza de María Marta, o para ellos «pituto», como «una cosa chata llena de puntas que no tenía ningún sentido», de «color gris, medio plateada», y recordó que «Carrascosa dijo que era algo de lo que habían dejado tirado los médicos» asistentes de la víctima. «Yo dije que para mí era cualquier cosa y que no tenía ni idea», subrayó.
También detalló que Horacio García Belsunce sujetaba el elemento con sus dedos, provisto de un papel para no tomar contacto directo, y evocó que luego de la conversación grupal «vi la mano de Horacio dejándolo arriba de la mesada del baño», con lo cual él se excluyó de la escena en que arrojaron el plomo al retrete.
El testigo evocó además que luego de la reunión en el baño, producida unas tres horas después de la muerte, y ya durante el velatorio, «escuché a John que hablaba con Horacio y dudaba de que haya sido un accidente, pero yo me mantuve al margen» de aquella conversación. «No tenía duda de que había sido un accidente», dijo.
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