Un empresario local quiere recuperar el icónico edificio de Aerolíneas en Bariloche

La línea aérea cerró la atención en esas oficinas cuando comenzó la pandemia. Una chocolatería quiere alquilar la estructura para hacer en ese espacio un café.

El edificio céntrico que sirvió de sede durante años en esta ciudad a la empresa Aerolíneas Argentinas permanece vacío y en desuso desde el comienzo de la pandemia y una empresa local dedicada a producción de chocolates y repostería expresó su interés en alquilar las dependencias para montar allí un nuevo punto de comercialización.

La iniciativa apunta a desarrollar una confitería y cafetería con mostradores anexos para la venta de chocolates en el amplio espacio de la planta baja, sobre unos 500 metros cuadrados. La empresa transmitió la idea al municipio, en el intento de asociarlo para que se integre al aprovechamiento con un centro cultural.

Aerolíneas tiene emplazada desde 1980 su oficina central y boca de ventas barilochense en la esquina de Mitre y Villegas. La empresa Frantom tiene actualmente su propio local enfrente, en la esquina sureste, y pretende mudarse al señorial edificio de piedra y madera, que mantiene la cartelería de la empresa aérea, pero presenta un visible deterioro. Sus veredas albergan por estos días a varios artesanos y vendedores ambulantes, que paran allí amparados en la inactividad del edificio.

Gabriel Di Tulio, propietario de Frantom, explicó que la propuesta surgió en plena pandemia -“antes de que empiece la reactivación”-, y que estableció un contacto con Aerolíneas con intercambios de mails, pero no pasó de allí. “No hubo respuesta firme hasta ahora, ni negativa ni positiva”, afirmó.

En Mitre 185 está el edificio icónico de Aerolíneas Argentinas, en pleno centro de Bariloche. Foto: Chino Leiva

Señaló que pusieron en conocimiento al municipio sobre la propuesta con la intención de que se sume. Y también porque, a su entender, debe existir un interés del gobierno comunal para la revalorización del edificio, que forma parte del patrimonio arquitectónico de Bariloche.

“Es una pena que esté así, abandonado -dijo Di Tulio-. Es una esquina que debería estar llena de luz y de actividad”. Por eso la propuesta de involucrar al municipio apunta a “generar espacios multifuncionales, como centro de encuentros, charlas y eventos culturales”, amplió el empresario.

El actual estado del inmueble es uno de los obstáculos, porque tendría problemas de agua, de gas y falencias graves en los techos, con filtraciones que demandan una importante obra de recuperación. Otro dato de peso, reconocido por el titular de Frantom, es que el edificio no puede ser modificado en su fachada, porque desde 1998 está declarado como monumento histórico. “No es que se pueda hace un shopping”, explicó.

Según el empresario, su propósito es recrear una cafetería con vidriera a la calle de tamaño importante, que pueda convertirse en un clásico de Bariloche “como las que hubo alguna vez y fueron desapareciendo”. Hoy entre las cafeterías más grandes y reconocidas están Rapa Nui y Del Turista, pero según Di Tulio no tienen el perfil que él quiere desarrollar porque “funcionan en el interior de los locales, subordinadas a la venta de chocolate que está al frente”. Su intención es que sea al revés.

El propietario de la chocolatería Frantom cree que es un despropósito que el local de Aerolíneas esté vacío. Foto: Chino Leiva

Señaló también que desde el punto de vista comercial la parálisis del local de Aerolíneas es perjudicial para toda esa zona, que es un atractivo clave del Bariloche turístico. Explicó que no solo llama la atención de día, por lo descuidado, sino que de noche el gran edificio queda a oscuras. “Es un problema para todos que ese local esté muerto. Con el banco Nación que está enfrente y de noche tampoco tiene movimiento, son un corte para Mitre, para que funcione como paseo”.

Di Tulio dijo que su proyecto quedó en suspenso por la falta de respuesta de Aerolíneas. Señaló que hasta ahora no tuvieron una “devolución” concreta sobre la cual trabajar y menos aun se adentraron en la posible ecuación económica, en la que debería estar contemplada la cuantiosa inversión para recuperar las instalaciones.

Cuando Aerolíneas Argentinas fue privatizada y quedó bajo control de capitales españoles el edificio fue puesto en venta y se barajó la posibilidad de que recale allí una cadena de comidas rápidas. En aquel momento se habló de una valuación de 2 millones de dólares.

No tardaron en levantarse voces en contra y los concejales aprobaron en 1998 una ordenanza que lo declaró monumento histórico, arquitectónico y urbanístico de Bariloche. Hubo quienes criticaron que se le otorgue ese estatus a un edificio que tenía una antigüedad de apenas 18 años. Pero la ordenanza subraya que no es una cuestión de tiempo y destaca que la sede de Aerolíneas es una muestra valiosa de la “arquitectura representativa de la ciudad”.


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