Un nido de amor que marcó a Neuquén: la casa de Bouquet Roldán

La propiedad quedó ubicada dentro del predio de Ciudad Deportiva. Hace un mes comenzó su puesta en valor, albergando actividades folclóricas.

Carlos Bouquet Roldán fue enviado al Territorio Nacional de Neuquén para hacerse cargo de la gobernación y él no sólo hizo eso sino que comenzó un ambicioso proyecto que consistía en trasladar la capital desde Chos Malal hasta el caserío del Confluencia en el que paraba el tren.

En medio de un pozo depresivo, habiendo sufrido la muerte de su único hijo y siendo abandonado por su esposa, Bouquet Roldán se enamora de una joven 30 años menor que él, hermana de su tenedor de libros, Sara Rodríguez Iturbide.

Tras un tiempo de relación y con la negativa de la familia de ella, Bouquet Roldán y Sara deciden mudarse a lo que es hoy la ciudad de Neuquén y se radican en una chacra ubicada al sudoeste del territorio donde él planeaba construir una gran ciudad.

La casa era pequeña tan solo tenía un alero de entrada, un living comedor, un baño, un dormitorio y una cocina, construida con ladrillos franceses y de estadounidenses que llegaban en el tren.

Se radicaron ahí el 12 de septiembre de 1902, dos años después la ciudad de Neuquén ya estaba lista para fundarse y Bouquet Roldán decidió que fuera el 12 de septiembre para rememorar su amor con la joven Sara.

La chacra fue bautizada por el gobernador como La Siren, el seudónimo que él usaba para firmar sus poemas y coincidencia o no, hoy el barrio en el que se encuentra se llama “La Sirena”.

En 1906, el gobernador de Neuquén fue designado como Administrador Nacional de Aduanas y se mudó a Buenos Aires.

Durante un tiempo siguió viniendo a pasar unos días a La Siren pero luego, al no tener descendencia, la chacra y la casa pasaron a ser propiedad del Ejército argentino.

Más cerca en el tiempo la casa ubicada en calle Lanín al 1765 fue ampliada y utilizada por el Ejército, pero luego cayó en el abandono.

A principios de los 2000 el Ejército nacional cedió 127 hectáreas al gobierno provincial y en una parte de ellas se construyó la ciudad deportiva.

En esa porción de territorio se encontraba La Siren, aunque pocos sabían de que se trataba.

La cercanía con la Escuela Superior de Bellas Artes, la transformó en un lienzo gigante y la casa fue dotada de colores y arte por afuera, aunque permanecía totalmente abandonada por dentro.

“Con la casa comenzamos a trabajar al principio de la gestión. Las oficinas de la subsecretaría funcionaban en Ciudad Deportiva y entonces empezamos a averiguar y descubrimos que efectivamente era la casa de Bouquet Roldán”, señaló Carlos Cide , director provincial del patrimonio cultural.

Es que actualmente desde la subsecretaría están trabajando para poner en valor el edificio y planean que allí funcione, una vez por mes, un patio folclórico. Es más el anexo que fue construido detrás del edificio original fue cedido a la agrupación de danzas folclóricas “Nuestros mayores” que serán, en parte, los encargados de darle valor al edificio histórico.


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