Un soberano absoluto

El coronavirus se abrió paso por sí mismo y es soberano absoluto del presente. El resto es desconcierto y es perplejidad.

En Río Negro, el gobierno se aferró al camino de la Nación. Su sociedad actúa reacia e incrédula. Requeriría de una mayor dosis de fidelidad social.

Lo sanitario es el núcleo actual. El ministro Fabián Zgaib juntó en Cipolletti a los jefes de los hospitales. No fue necesario avanzar en los riesgos del sistema si los contagios se desbordan.

Salud acusa 152 camas con respiradores (un centenar del sistema privado). Una avalancha de internaciones lo transformaría en insuficiente. El gobierno dispone de proyecciones y un plan de derivaciones, incluyendo la utilización de hoteles.

La Provincia salió a comprar un centenar de camas, que llegarían enseguida, pero sus respiradores se entregarán en forma progresiva, completándose en mayo. También se hizo un pedido similar a Nación, con pocas expectativas. Esos insumos exigirán unos 180 millones, algo parecido requerirán los módulos alimentarios que reemplazan a los comedores escolares.

Son erogaciones extraordinarias en un panorama de derrumbe económico. Esta necesidad se filtra. Así, los gobernadores se lo plantearon el jueves al presidente. Al otro día, se realizó una teleconferencia de ministros de Economía con el secretario de Interior, José Lepere. Participó Luis Vaisberg. Nación escuchó de las necesidades provinciales y prometió decir cuáles serán sus colaboraciones en los próximos días.

Gobierno tiene una lista de 1.600 rionegrinos que recién regresaron del exterior. No alcanzará ningún despliegue del Estado si no hay un fuerte compromiso ciudadano.

Desde el inicio, Río Negro centró su accionar en un Comité de Crisis, presidido por la gobernadora Carreras e integrada por los otros Poderes. Medidas aferradas a las instrucciones nacionales, y ocupado también en los aislamientos. Para eso, hace una semana, se acordó un instrumento, que Salud formalizó y se hizo del control. Su texto recayó en la presidenta del STJ, Liliana Piccinini; el procurador Jorge Crespo y el ministro de Seguridad, Gastón Pérez Estevan. Allí se establece que, frente a la resistencia de la cuarentena, habrá detención policial y luego se notificará a la Fiscalía, que cumplirá con su prevista acusación concluido el aislamiento. Exclusividad sanitaria.

En principio, sus acciones fueron reflejos de denuncias ciudadanas.

En tiempo del coronavirus, el 911 quedó atestado por consultas médicas pero, poco a poco, se generalizaron las acusaciones vecinales. La central recibió el miércoles 280 llamadas, casi el 43% fueron para informar a quienes regresaron del exterior y, presuntamente, no estaban aislados. Desbordada y única, esa fuente siempre fue y es riesgosa.

En la primera quincena, Interior envió la nómina de viajeros solo durante dos días. Gobierno recientemente recibió la lista de rionegrinos que regresaron entre el 1° y el 17 de marzo de países de riesgo. El número sorprendió: casi 1.600 (unos 600 de Bariloche). Desde entonces, parte del despliegue recayó en la notificación de esos aislamientos. Nada alcanza si no hay consciencia ciudadana. Existió una multa ejemplificadora de Salud a un médico viedmense, a pesar de la fragilidad del proceso, pues el diseño formal se completó en los últimos días.

En otro encuadre, el viernes se concretaron decenas de detenciones, originada en vecinos reacios a cumplir con la obligación social dispuesta por Nación.

Esa flaqueza o torpeza ciudadana se potencia en algunos funcionarios, que fueron al exterior y regresaron para retomar sus labores públicas sin recaudos. Por caso, el director de la Filarmónica, Martín Fraile volvió de España y Marruecos al comenzar marzo para encabezar recitales en Bariloche. La policía concurrió este lunes a Cultura y lo obligó a quedarse en su casa. No se llegó a tanto, pero la titular de la Agencia de Adicciones, Mabel Dell Orfano volvió de Estados Unidos también en el inicio del mes. Tarde, pero ella si se resguardo, pero antes estuvo en la Corrida de Cipolletti, incluyendo proximidad con la gobernadora.

No hay espacio para la dejadez ni para la negligencia.