Un viejo guerrero de la Regata del río Negro la correrá junto a su hijo

“Dale, apurate, ponete la remera”. “Mirá, mirá, no le entra”. Un grupo de palistas tuvo la osadía de gastar a Ariel Basualto (42 años), uno de los viejos guerreros de la Regata del Río Negro, que mañana afrontará el desafío de correrla junto a su hijo Martín (17).

La posibilidad llegó de golpe, porque el menor de la dinastía estuvo casi siempre lejos de los remos: “Hubo una etapa en la que dejé de competir y él era chiquito. Empezó con la escuela de canotaje, pero después se dedicó a hacer otras disciplinas. Siempre le di la libertad de elegir el deporte que quiera, pero obviamente me encanta que reme”, afirmó Ariel.

Esta será la duodécima Regata para el palista y entrenador de Ceppron, que tiene un récord de aquellos, ya que suma seis victorias: tres seguidas en K-1, dos en junior y una en K-4 (la única que se hizo en la historia de la prueba).

La diferencia de edad se percibe a la hora de hablar y Martín sabe que además su padre, Ariel, es un referente de la actividad. “Psicológicamente estoy asustando. Todos nos dicen que no estamos bien entrenados, pero la vamos a pasar bien y nuestro refuerzo pasa por ser padre e hijo”, largó el joven deportista.

Más suelto, dijo: “Lo hablamos en casa y el objetivo es llegar a Viedma para comer el asado”.

Martín, tal vez arrepentido de haber pasado por otros deportes, cerró: “Fue idea mía correr la Regata, porque el año que viene me voy de Neuquén y creo que puede ser una gran despedida”.

Basualto-Basualto será uno de los ocho botes que presentará Ceppron, el más numeroso de Neuquén, que tiene a la dupla Franco Balboa-Iván Balboa como gran favorito.

“Franco viene de un año bárbaro y para mí es un orgullo acompañarlo en esta etapa de su carrera. Cumplió al pie de la letra con las etapas y llegó al campeonato del mundo”, comentó Ariel.

De cara a la carrera, comentó que “a ellos [los Balboa] les pasa algo similar a lo nuestro. Para Franco será un placer remar con su hermano y seguramente dará pelea adelante”.

A pesar de tantas batallas, Basualto se emociona cuando habla de la Regata: “Nos mueve mucho, nos une como río, por más que es el en el Negro, sabemos que está formado por el Limay y el Neuquén y el folclore es hermoso. Hay una rivalidad sana, de ver cuántas victorias tiene Río Negro y cuántas Neuquén… Estoy seguro de que será una carrera espectacular”, cerró.

Como decían sus alumnos, la remera ya no le queda como antes. Pero Ariel se lo toma en broma: “Pegada al cuerpo, se llama”.

La unión del grupo,

un aspecto vital

Mario Rosas, que en esta ocasión correrá en K-1 senior, es otra de las cartas fuertes que jugará Ceppron en la Regata del Río Negro.

Será la octava competencia para el neuquino, que llega confiado a la largada de mañana, en la Isla Jordán.

“Se que hay botes muy fuertes, pero hicimos una gran preparación, planificada desde hace varios meses, y estamos confiados”, afirmó.

Para Mario, la fortaleza del grupo es vital. “En el club somos muy unidos, nos hospedamos en casas que ya tenemos alquiladas, la pasamos muy buen y eso es clave para hacer una buena regata”, afirmó.

Agustín Montecino, que correrá con Joaquín Carbonell, tendrá la chance de medirse con los top. Son Sub-23, pero como este año sacaron la categoría competirán en séniors. “La idea es llegar en una buena posición y para eso queremos ir siempre con el pelotón de punta. Sabemos que tendremos rivales de mucha experiencia, pero vamos a pelear”, avisó.

La idea de correr juntos fue de Martín y Ariel se prendió. El menor de la familia había practicado otros deportes, pero se embaló con los remos y van a cumplir un sueño.

Data

básica

Los Basualto en su segunda casa: Ceppron. Ariel vuelve para darse el gusto de correr con “el nene”.

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