Docentes de Cerro Alto reclaman por la falta de agua
La escuela hogar continúa sin suministro y los chicos que asisten llevan varios días sin clases. Pidieron alternativas hasta lograr una solución definitiva.
Docentes de Cerro Alto reclaman por la falta de agua
La falta de agua en la escuela hogar del paraje Cerro Alto es una preocupación latente en el cuerpo de docentes. El 20 de abril el Consejo de Educación definió la suspensión de las clases hasta encontrar un nuevo pozo para garantizar el suministro.
Cansados de la falta de respuestas oficiales los maestros enviaron una nota al delegado regional para que asumiera los “compromisos” que el funcionario provincial contrajo con la comunidad educativa.
El reclamo, que fue acompañado por la Unter, detalla dos alternativas conversadas durante el último encuentro con padres y vecinos del lugar. La primera de ellas consistía en solicitar una cisterna al intendente de Jacobacci, además del traslado de agua potable, y la otra era gestionar espacios en la escuela de Corralito para garantiza la continuidad del ciclo lectivo.
La semana pasada el delegado de Educación para la zona andina, Alberto Luce, reconoció que las dificultades con la histórica fuente de agua obligaron a consultar a un rabdomante que pudiera indicar el sitio preciso para realizar una nueva excavación.
El funcionario también dijo que la solución no sería “inmediata” frente a los tiempos administrativo del Estado.
El pozo que después de varios años terminó por secarse facilitaba casi 6.000 litros diarios para la escuela. La problemática con los pozos se transformó en una constante en esa región, por lo que se aguarda por una reserva subterránea que pueda cubrir esa necesidad.
Una escuela de Cerro Alto llamó a un rabdomante para encontrar agua
La escuela hogar 152 de Cerro Alto está cerrada desde hace diez días porque se secó sin aviso el pozo que les suministró agua durante años, un problema que afecta también a otras casas del paraje.
El problema generó desconcierto en las autoridades de Educación, quienes a falta de otra alternativa decidieron consultar a Jorge Mogensen, un rabdomante domiciliado en Bariloche.
Mogensen concurrió al lugar (ubicado a unos 40 kilómetros de Alicura) observó el entorno, puso en funcionamiento su plomada y marcó el sitio ideal para excavar el nuevo pozo.
“La plomada permite encontrar el agua en el subsuelo y marca también la profundidad y la cantidad. Tiene 100% de efectividad” aseguró Mogensen. Extraer agua otra vez no será tarea fácil porque que la napa, según el rabdomante, “está a 15 ó 16 metros”, casi el doble que el pozo inutilizado.
Mogensen aclaró que no cobra por su trabajo y atribuyó la falta de agua a “un fenómeno natural”, ya que los depósitos subterráneos “se corren o descienden como producto de los cambios climáticos y también de los pequeños sismos” que afectan a la región.
El delegado del Consejo Provincial de Educación para la zona Andina, Alberto Luce, dijo que ahora deberán perforar donde les indicó el rabdomante y que la solución no será inmediata, porque corren los tiempos administrativos del Estado.
El pozo fallido daba entre 4.500 y 6.000 litros diarios, que es lo que necesita la escuela. De modo que necesitan otra fuente que garantice por lo menos ese volumen.
Mientras tanto los alumnos de la escuela de Cerro Alto no perderán clases porque ya fueron reubicados en forma provisoria en la escuela de Villa Llanquín, a orillas del río Limay.
El delegado del CPE aseguró que acompañar a Mogensen “fue una experiencia muy interesante”, porque les enseñó cómo se usa el péndulo, y pudieron ver cómo reacciona al acercarlo al suelo en los sitios donde existe agua. Quedó convencido de que la información del experto “es veraz” y algunos lugareños también dieron por seguro que tiene razón.
Mogensen es nativo de Bariloche, fue empleado del Correo y actualmente está jubilado. En su juventud realizó estudios de antropología y de historia, pero nunca terminó las carreras.
Dijo que su saber como rabdomante “es genético” y le viene por transmisión familiar, ya que su abuelo y su padre tenían la misma facilidad. “No es con cualquiera, es con los primogénitos -aseguró-. Ahora mi hijo empezó y creo que mi nieto también va a poder”.
Dijo que también sabe usar la horqueta, pero prefiere evitarlo porque es “más incómoda”. Señaló que el péndulo “tira y lleva hacia el lugar” donde hay agua. A veces señala dos sitios separados por unos metros “y en el centro de las dos mediciones es donde está la veta”.
La técnica que tiene siglos de historia
La rabdomancia -también conocida como radiestesia-, es una técnica por la cual ciertas personas detectan radiaciones que para otras pasan desapercibidas. Tiene siglos de historia y su empleo más difundido es para la búsqueda de agua en el subsuelo.
Se puede practicar con una rama en forma de horqueta o con una plomada con agua. Jorge Mogensen, el rabdomante barilochense, prefiere este último método porque también aporta información sobre profundidad y dirección de la escurrentía, algo que la varilla no garantiza. “El péndulo se mueve porque el agua busca el agua”, explicó con simpleza.
Su habilidad es muy apreciada en la zona de estepa, donde el agua es un recurso escaso y muy valorado. Dijo que al buscar agua en un terreno abierto lo primero que hace es observar el suelo. La existencia de zonas húmedas y de ciertos árboles como el maitén le sirven de orientación.
Después deja colgar la plomada hasta que en algún punto “el péndulo empieza a girar en círculos”. Allí existe agua subterránea. “Estimo la cantidad y la profundidad por el movimiento del péndulo -dijo Mogensen-. Cualquiera que lo ve se da cuenta cómo marca, y es difícil errarle”.
“La plomada permite encontrar el agua en el subsuelo y marca también la profundidad y la cantidad. Tiene 100% de efectividad”.
Jorge Mogensen, rabdomante radicado en Bariloche.
Datos
- “La plomada permite encontrar el agua en el subsuelo y marca también la profundidad y la cantidad. Tiene 100% de efectividad”.
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