Una florería que se volvió un clásico de la región

Instalada en Roca desde el 1° de enero de 1980, la florería Decora lleva más de cuatro décadas asesorando y atendiendo las consultas de la población regional. No solo eso, también distribuye varios viveros en la provincia.

Un 1 de enero de 1980, Carlos Alberto Puebla (al que todos conocen como Tito) comenzó con el rubro de la florería y plantas del interior.


La emblemática Florería Decora, ícono indiscutible de Roca, cumplió 41 años atendiendo al público de la ciudad.

En aquellos tiempos solo habían tres floreras en Roca: García, la florería del cementerio y Decora. Después, con el tiempo, se instalaron más.

“La florería ya estaba funcionando y el propietario de ese entonces se iba de la ciudad, y tuve la oportunidad de comprarla. En ese entonces solo se vendían flores y plantas de interior”, cuenta el dueño a RÍO NEGRO.

En esta empresa familiar tienen muy bien distribuidas las tareas. Su esposa, Olga Ávila, se dedica a la parte contable; mientras que Tito se dedica a las compras, distribución y abastecimiento, además del cuidado que las plantas requieren día a día.

Una amplia variedad de opciones, en épocas donde la jardinería vive una segunda primavera.


Por su parte, el staff se completa con los colaboradores Norma y Sergio, que ayudan en la atención al público y la venta de plantas.

Desde hace 15 años, debido a las circunstancias económicas del país, decidieron anexar el vivero; aunque siempre fueron conocidos como florería.

Después de la década del 90 la venta de flores decayó bastante. “En la época del 1 a 1 era mas barato comprar un electrodomésticos para regalar que un ramo de flores”, acota Puebla, el dueño del local.

“Es un rubro que fue cambiando y como comerciante uno debe adaptarse”, añade Tito, haciendo referencia a una gran cantidad de costumbres que tenía la gente años atrás y que hoy en día se dejaron de practicar. No solo eso: eran prácticas que aseguraban semanalmente las ventas.

Para cualquier interesado, siempre hay asesoramiento disponible a la hora de decorar el jardín.


Por ejemplo, antiguamente “las señoras iban todos los sábados a comprar flores para llevar a sus difuntos y esa costumbre se dejó de hacer” comenta Tito, al tiempo que asegura que lo que no vendían en la semana lo aseguraban los fines de semana. Era una tradición visitar la florería cada sábado o domingo por la mañana, y luego ir al cementerio a limpiar los panteones y colocar flores nuevas decorando los espacios o sepulturas.

Otra costumbre que se va perdiendo con los años es el pedido de ramos de novia con flores naturales o los decorativos centros de mesas. Ya no son tan solicitados como antes, en primer lugar debido a los costos, y luego por una cuestión lógica: muchas cosas van cambiando en cuanto a lo que tiene que ver con diseños y modas.

Ahora, si bien la flor se sigue utilizando para la comercialización, se la emplea más para regalos: aún es un obsequio personal y cargado de sentimientos. Esta costumbre de obsequiar un ramo de flores aún persiste en gran parte de la sociedad, sobre todo en fechas claves de celebraciones, como el “Día de los Enamorados”, el Día de la Primavera, el Día de la Madre, y varios otros.


Vender y distribuir a otras ciudades



“En este rubro tratamos de cubrir todas las necesidades y pedidos que la gente requiera, ya sea desde las orquídeas para el interior de la casa hasta los frutales que vendemos al por mayor a distintas zonas de chacras. Abastecemos a muchos viveros y florerías de toda la región y también atendemos las demandas de viveros y florerías de San Martín de los Andes, San Carlos de Bariloche y Villa La Angostura. Uno se debe de extender para poder afrontar la situación”, indica el experto.

Según Puebla, si bien no realizaron delivery, el 2020 no ha sido un año malo para el rubro de la florería.

El vivero cuenta con un staff permanente de asesores que lo mantienen en gran estado.


Al estar encerrada por el aislamiento, la gente debía buscar actividades para desarrollar en la casa. Y justamente una de las actividades en las que más incursionó la gente fue dedicarse de lleno a arreglar el jardín o cualquier espacio verde.

Todo esto mantuvo entretenido y activo el trabajo en el vivero. Algo similar ocurrió con la venta de plantas para regalar: “En el 2020 solo dos meses los colaboradores no acudieron a realizar tareas, pero uno tiene que venir todos los días para regar y atender las plantas. Solo nos faltó la presencia de las flores que no mandaban de Buenos Aires”, señaló Tito, que añadió que “cuando empezaron a funcionar los transportes, recién ahí se reactivó”.


El trabajo artesanal en la florería



Algo común de realizar en la florería es el armado de coronas. Alambrar cada flor cuidadosamente, sin romperla y sin que pierda la postura, es un trabajo que se realiza artesanalmente. “Uno solo tiene el armado de paja y el resto es toda la decoración de forma manual”, explica Tito.

La tarea del vivero es hermosa pero también es muy esclava, porque no hay horarios ni días de descanso. Como suele suceder con los pedidos de coronas, aunque antes era cosa de todos los días armar una corona, ahora no siempre debido a los costos, indica el hombre.

“Si bien no se vende como antes respecto a las coronas, se siguen solicitando adornos con flores naturales y totalmente realizados artesanalmente. Gracias a Dios hemos contado con el apoyo de la gente durante todos estos años”, culmina Puebla.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios