Una vidriera con las luces muy apagadas

El equipo de Basile repitió errores y perdió. El DT rescató que pudo evaluar a los jugadores.

Ver jugadores. A eso dijo Alfio Basile que se dedicó durante la derrota de la selección argentina ante Noruega (1-2), ayer en Oslo. Si fue así, entonces el partido habrá sido positivo. Porque si de fútbol se trató, entonces las cosas no lo fueron tanto.

Como sucediera en los primeros amistosos del ciclo Basile, el seleccionado argentino fue un equipo sin coordinación, inseguro, con escasez de volumen de juego y sin figuras que desequilibraran en algún momento.

Argentina tuvo mayor posesión del balón y el campo, pero ante la falta de ideas para progresar en ataque (sólo mostró las permanentes subidas de Zanetti por derecha y algunos encuentros entre Messi y Saviola) se vio limitado y casi nunca llegó al arco contrario con jugadas elaboradas.

Sobre los 10 minutos del primer tiempo, Mascherano le cometió un penal a Riise y la falta la canjeó por gol Carew, con un fuerte disparo a la derecha de Ustari, que sin embargo, logró tocar el balón.

En el primer tiempo tres llegadas de Diego Milito, un disparo y dos cabezazos, fue el delantero que más cerca estuvo del empate, en especial por el aporte de Zanetti. Lionel Messi casi no pudo hacer prevalecer su habilidad, dado que en cada intervención tuvo a tres rivales encima.

En el complemento, ingresaron Javier Saviola y Federico Insúa, por Lavezzi y Luis González, lo que le dio un poco más de volumen de juego. Insúa tuvo el empate, pero casi a los pocos minutos, Carew le ganó en el salto a Burdisso y Garay y ante una floja salida de Ustari puso el 2-0. Argentina se fue con todos sus argumentos a terreno noruego.

Un remate cruzado de Saviola, otro de Maxi Rodríguez y un cabezazo de Burdisso insinuaban el descuento, que llegó a poco del final con una jugada preparada, a la salida de un córner, que terminó con un fortísimo disparo de Maxi.

En los últimos minutos Argentina insistió con más ganas que ideas y sólo un disparo de Messi fue lo más claro que mostró el equipo de Basile para alcanzar una igualdad que nunca llegó.

Más allá de los dos goles, Carew resultó la figura de la cancha porque con su inteligencia y ubicación complicó durante su permanencia en la cancha a una endeble defensa argentina que, aún con superioridad numérica, nunca pudo pararlo. (DyN/AR)


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