Uno de cada tres frutos producidos en Neuquén es orgánico

En más de 2.000 hectáreas se utilizan técnicas de producción libre de químicos. Los mejores precios y la ampliación de este mercado son parte de las claves.

Un tercio de la producción frutícola en Neuquén es orgánica. Así lo confirmaron desde el ministerio de Producción e Industria de Neuquén y marcan que es una cifra que viene en aumento desde los últimos años.

“Hay más gente que se suma simplemente porque hay una demanda importante de este tipo de producto y en el mercado internacional son valores interesantes lo que se paga. Depende si es manzana o pera y las variedades, pero el promedio anda en 30 centavos de dólar”, señaló la directora general de Horticultura y Fruticultura de Neuquén, Mariela Teixe, a la vez que agregó que “hay cada vez más gente preocupada por el ambiente”.

Este sistema propone métodos que no atenten contra el aire, suelo y agua, y la producción de alimentos saludables.

Sostuvo que “el productor orgánico es muy particular porque una vez que empieza se compromete con los cambios y la biodiversidad”.

El aporte en frutas orgánicas a nivel nacional provino la mayor parte de Neuquén con un 42% y lo siguieron Río Negro (35%) y Tucumán (12%). Las dos provincias con frutales de pepita y carozo, y Tucumán con limones y arándanos.

Un informe de coyuntura elaborado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) comunica que en el mercado orgánico durante 2017 las exportaciones de peras disminuyeron un 9% y las de manzanas y arándanos crecieron un 8% y 143% respectivamente.

Indican que Neuquén contribuía con frutales de producción orgánica con valores que rondaban entre el 15 y el 20 por ciento y este último año se elevó al 42 por ciento del total producido en el país.

En Argentina esta actividad que promueve el cuidado el ambiente y alimentos saludables data de 1985 con la creación del Centro de Estudios de Cultivos Orgánicos (Cenecos).

Productores locales

Javier Legaspi es uno de los productores que se volcó por este método amigable con la naturaleza y tiene su chacra en San Patricio del Chañar. Trabaja desde 2006 en sus 12 hectáreas donde cultiva manzanas y en menor medida peras.

“Como la producción está volcada a la exportación nosotros cumplimos con los requisitos que te exigen países como Suecia y Dinamarca. Los consumidores argentinos pueden acceder a la misma calidad del producto no solo a la parte estética sino a la parte de inocuidad”, señaló Legaspi.

Las tareas culturales son complejas para mejorar la productividad en los montes con técnicas orgánicas.

Produce en su lote agrícola 450 mil kilos los cuales 430 mil son de manzana Gala, Red Delicious, y Granny Smith.

Legaspi dijo que optó con esta producción “porque en realidad creo que tenemos una condición agroclimática favorable para producir alimentos seguros en un ambiente donde la seguridad la van a tener también los aplicadores, los que trabajan en el campo, e incluso la familia del trabajador rural que vive en la chacra”.

Destacó que da tranquilidad a la familia del chacarero. “Sus hijos no van a tener una fuente de contaminación originada por la producción y a la vez como es un sistema que se integra al ambiente nosotros estamos produciendo con un impacto ambiental nulo aunque yo hoy a través de otras certificaciones estoy buscando un impacto ambiental positivo ya que en el hemisferio norte se habla de otro concepto que es la agricultura regenerativa”, expuso.

Mercado internacional

Dentro del negocio internacional el país tiene un papel preponderante. Es el segundo productor mundial de productos orgánicos, detrás de Australia.

La funcionaria a cargo del área de Horticultura y Fruticultura dijo que a nivel local “se afianzó y sigue creciendo el cultivo de peras y manzanas”, aunque dijo que desde el gobierno tratan de “incentivar que vuelvan a aparecer otras especies diferentes a lo que es frutal”.

Hoy la provincia tiene 80 establecimientos certificados que se centran en el departamento Confluencia y Añelo con producción orgánica y la funcionaria sumó que hay alrededor de 15 en proceso de transición para adquirir esta categoría.

Teixe mencionó que algunos de los que están en camino son bodegas de San Patricio del Chañar y “un productor de Plottier que hace dulces y está en periodo de transición porque quiere lanzar al mercado un producto orgánico”.

En números

En el país los cultivos con base en técnicas orgánicas datan de 1985 con la creación del Centro de Estudios de Cultivos Orgánicos (Cenecos).

De 47 a 2.000 hectáreas en dos décadas

Se aplican curas selectivas que no eliminan todas las plagas.

Un manejo más riguroso y costoso que el tradicional

“Es más costoso producir de manera orgánica porque tenés menos herramientas químicas ya sea como fertilizantes o como plaguicidas. El manejo es mucho más cuidadoso, más dirigido, no podés hacer aplicación de productos de control total que van a matar todo, sino que necesitás identificar en qué estadio está la plaga, donde está y de qué manera llegás”, reveló Javier Legaspi.

Explicó que para llevarlo a cabo se requiere un trabajo minucioso. “Si se quiere es una labor de mucho mayor precisión, de mayor seguimiento, y por eso se desarrolla en general la producción orgánica en establecimientos más pequeños. Porque hay que hacer un seguimiento casi diario a las plagas”, observó.

Marcó que en el mundo en general se está volcando a lo natura l “y consume más estos alimentos, entonces se puede lograr un precio mayor” y al mismo tiempo señaló que “la fruta siempre es más cara porque es más costosa producirla y no se conserva tanto tiempo”.

Diferenció que sus labores culturales tienen una mayor complejidad. “Por eso la gente que pasa del convencional al orgánico no le termina de ir del todo bien porque no se adapta a ese seguimiento que hay que darle. Tenés que acostumbrarte que va a haber una cierta población de la plaga, que la calidad de la fruta no va a ser inmaculada como si lo es la producción convencional, que no se va a tener el mismo rendimiento”, enumeró.

“Estoy convencido que es una salida para el productor pequeño y mediano, pero hay que tener convicción, no verlo simplemente como un negocio. Y se te plantean un montón de desafíos y si no estas convencido no lo vas a superar. De hecho es común que la gente que entra en la producción se sale porque le aparecen estos problemas”, concluyó Legaspi.

Datos

42%
de la producción orgánica de frutas en el país se cultiva en suelos neuquinos. Río Negro concentra un 35%.
2.044 ha
es la superficie cultivada bajo seguimiento orgánico con frutales de pepita. Se proyecta un emprendimiento de dulces.
En el país los cultivos con base en técnicas orgánicas datan de 1985 con la creación del Centro de Estudios de Cultivos Orgánicos (Cenecos).
En 1997 la provincia de Neuquén tenía 47 hectáreas de frutales que figuraban bajo seguimiento orgánico, según un informe que elaboró ese año Senasa de este tipo de producción en la Argentina. Hoy esa cifra se elevó a 2.044 hectáreas y se pronostica que siga en crecimiento.
Actualmente en el territorio neuquino hay 6.300 hectáreas de producción frutícola de los cuales más de 2 mil hectáreas están bajo seguimiento orgánico cultivadas con manzana, peras, ciruelas, duraznos y nectarinas entre otros. Por lo que el 32 por ciento de los frutales se encuentra con este sistema amigable con el ambiente.
Desde Producción informaron que si bien el principal aporte a nivel nacional es frutícola, entre 2007 y 2010 se certificaron otros cultivos en pequeñas superficies.
La funcionaria provincial aseguró que hubo algunos cultivos certificados orgánicos en muy baja escala y mencionó que hubo colmenas, ganadería, lúpulo y otros “pero porque no ha fraccionado la demanda o porque el productor no
ha visto un diferencial, eso desapareció”.

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