Vaca Muerta duplicó los desarrollos en seis meses

Desde diciembre del año pasado a la fecha cuatro bloques pasaron a la etapa de actividad masiva. El nuevo foco de las operadoras es la producción de shale oil. El gobierno de Neuquén espera cerrar el año con otros dos anuncios.

En mayo de 2011 se perforó el primer pozo con destino a Vaca Muerta y la historia del shale argentino comenzó a escribirse. La roca generadora que hacía décadas se conocía recién podía ser explotada a valores comerciales por los avances tecnológicos.

En los siguientes siete años la actividad marcaría la traza de la curva de aprendizaje, la optimización de recursos y el achique de costos tan buscado.

Hasta fines del año pasado eran sólo cuatro los desarrollos que habían superado la fase de estudio y exploración, más conocida como fase piloto, para acelerar su actividad en un desarrollo masivo o intensivo.

De esos cuatro desarrollos masivos tres correspondían a YPF junto a socios. El primero fue Loma Campana junto a Chevron, luego vinieron El Orejano junto a Dow y Rincón del Mangrullo junto a Pampa Energía en una producción principalmente orientada al tight gas y no a Vaca Muerta.

En números

2.000
millones de dólares anunció ExxonMobil que destinará a la producción de Bajo del Choique – La Invernada.

La petrolera del grupo Techint, Tecpetrol, sumó el cuarto desarrollo masivo con su área Fortín de Piedra que en menos de dos años se convirtió en el principal bloque productor de gas del país.

Pero en los últimos seis meses Vaca Muerta sumó cuatro desarrollos masivos y duplicó así la actividad que le había costado siete años alcanzar.

En números

2.336
millones de dólares es la inversión que YPF y Petronas realizarán en el desarrollo de La Amarga Chica.
34
son las concesiones no convencionales otorgadas sobre Vaca Muerta.

A principios de diciembre del año pasado fue nuevamente YPF la compañía que anunció el paso a desarrollo intensivo de La Amarga Chica junto a la malaya Petronas. A fines de ese mismo mes Shell Argentina dio a conocer que avanzó a la fase de actividad industrial tres de sus bloques: Cruz de Lorena, Sierras Blancas y Coirón Amargo Sur Este.

Este martes se dio el octavo anuncio de pase a la fase de plena actividad de parte de la norteamericana ExxonMobil para el área Bajo del Choique – La Invernada, un bloque que por su ubicación en la zona norte marca una extensión de la zona caliente de Vaca Muerta.

La particularidad de estos cuatro últimos anuncios es que, a diferencia de los primeros desarrollos, persiguen la producción de petróleo, atraídos no sólo por un precio internacional alto y la posibilidad de exportar una mayor producción, sino también por el achique de los costos que hoy fija el break even del barril menos de 50 dólares.

Las concesiones no convencionales y los compromisos de inversión y actividad

El pase a la fase de desarrollo masivo de un bloque es uno de los requisitos fijados por el gobierno de Neuquén a la hora de otorgar una concesión sobre Vaca Muerta.

La operadora que accede a un área tiene prefijado un plan de estudio o piloto, que en promedio se extiende por tres años, y que finalizado debe avanzar hacia la siguiente fase que es precisamente la de la explotación.

Algunas operadoras, como es el caso de Shell y Tecpetrol, resolvieron acelerar sus actividades antes de finalizado ese plazo de estudio, en función de los buenos resultados obtenidos.

Sin embargo, otras compañías se encuentran con los días contados para definir si pisan el acelerador o, por el contrario, se enfrentan a la posibilidad de perder la concesión.

De las 34 concesiones que hoy existen una docena se encuentran muy cerca de llegar a su fecha máxima.


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