Vélez, o cómo ser un equipo en serio
Vélez es un equipo en serio. Hizo de lo colectivo su razón de ser. Tuvo bajas por lesión y transferencias, pero su estilo no se modificó, los resultados tampoco.
En tiempos de frenesí táctico, el equipo de Miguel Russo juega siempre igual: cuatro defensores, tres volantes, un enganche y dos delanteros. A veces los nombres cambian, pero no alteran el juego.
Entonces, la estabilidad tiene sus beneficios. Leandro Gracián se conecta sin chispazos con Lucas Castromán y lo que resulta es un juego con mucha velocidad y alta precisión.
Anoche, en el Morumbí, toda una fortaleza para el fútbol argentino, Vélez no ganó, pero hizo lo que debía: desactivó el asedió del Cruzeiro, mantuvo con inteligencia el partido siempre a su alcance y marcó un gol, que se duplicó por ser de visitante. Saber hacer simple lo complejo, como todo buen equipo.
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