Versiones opuestas por el asesinato de Crededio

CIPOLLETTI (AC).- El hombre acusado de asesinar a Leonardo Crededio aseguró en el juicio que la víctima había entrado a robarle la moto y que tuvo que efectuar los disparos porque estaban amenazando a su mujer y a sus hijos. En cambio, el joven que sobrevivió a la balacera dijo que habían ido a la casa de Victorio Solís a comprar droga y que se generó una pelea porque le querían entregar menor cantidad de la que estaban pagando. Ayer comenzó el juicio que tiene como imputado a Solís, quien está detenido y acusado de asesinar con un revólver calibre 38 a Crededio, también conocido como “Leo Godoy”. El crimen ocurrió en la noche del 15 de marzo en la casa del imputado, en calle Juan XXIII al 700 de Cipolletti. Crededio llegó hasta ese domicilio con un amigo, en una moto, y por circunstancias que se están tratando de esclarecer recibieron dos disparos con el arma que después fue secuestrada. Crededio fue herido en el pecho y su amigo en la espalda. Después quisieron escapar en la moto pero no fueron muy lejos. Enseguida la víctima se desplomó y murió tirada en el asfalto, mientras que el otro corrió a buscar ayuda. Aparentemente, un taxista lo llevó hasta el hospital donde quedó internado. Durante el debate, Solís aceptó declarar y contó al tribunal que esa noche estaba recostado en su habitación porque había sufrido un esguince en el tobillo. Según su relato, su mujer y sus hijos gritaron y cuando se asomó al comedor había dos personas encapuchadas que le apuntaban con armas a su familia. Entonces buscó en la mesa de luz el revólver y gatilló dos veces. Pero el sobreviviente dio una versión diferente. Aseguró que ese día fueron hasta la casa porque en ese lugar “siempre se vendía droga”. Incluso dijo que había ido en varias oportunidades y que una mujer los atendía desde la puerta y entregaba los estupefacientes. En esas circunstancias, Crededio y la mujer discutieron por la cantidad de droga que le estaba entregando y un hombre efectuó los disparos desde el interior de la vivienda. El hombre asesinado, de 35 años, había estado preso por varios delitos. En Cipolletti protagonizó una huida a tiros cuando la Policía lo quiso detener por un pedido de captura de un juzgado de Roca. Luego lo atraparon pero en noviembre de 2010 se escapó del penal. Ayer declaró también una vecina de Solís, en cuya casa se guardó el arma con la que se efectuaron los disparos, la cual fue hallada por la policía en una mochila que también tenía droga. El debate continúa hoy con la declaración de siete testigos.

Miguel Gambera


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