«Pican grandes truchas, pero hay que pescar con cuidado»: el Limay Medio, en su máximo nivel en 15 años

El embalse de El Chocón creció tanto que se metió unos 12 km en el delta de la desembocadura e impide que el río avance hacia el lago. El guía Pablo Oscar Blasco tuvo que abandonar su refugio y describe aquí el panorama, por qué hay más chances de pescar, qué cañas, líneas y moscas recomienda usar y las precauciones que hay que tomar.

Pablo Oscar Blasco y una gran trucha marrón pescada en el comienzo de la temporada en el río que corre entre Neuquén y Río Negro al norte de la Patagonia. «Hace 15 años que no estaba tan alto», dice el guía.

Por estos días, si quiere acercase a su refugio a orillas del Limay Medio, el guía de pesca Pablo Oscar Blasco tiene que hacerlo en lancha. Es que el río está crecido como hace mucho no veía y cuando se dio cuenta de la que se venia sacó todo lo que pudo, las carpas y los colchones, pero la madera de las paredes ya sabe que se le va a pudrir. «La última vez que estuvo así fue hace 15 años», recuerda. Por eso, para seguir trabajando, tuvo que alquilar una habitación a un kilómetro en el camping Media Luna, ubicado sobre el brazo más cercano a Neuquén del río que corre entre esa provincia y Río Negro al norte de la Patagonia. «Tremendo de alto está», dice asombrado.

Enero 2024. Así está el refugio del grupo Limay Medio desembocadura ante el avance del agua. Foto: Pablo Oscar Blasco.

Noviembre 2021. Esta zona con carpones a metros del refugio de Limay Medio Desembocadura hoy está tapada por el agua.

Indispensable: chequear las erogaciones de la represa Pichi Picún Leufú

Pablo nunca sale sin chequear en la AIC los caudales salientes programados de la represa Pichi Picún Leufú aguas arriba y siempre aconseja a los pescadores que lo hagan. «Una erogación fuerte puede cambiar el panorama en segundos y sorprenderte pescando en un isla o en un brazo que después es difícil volver, perdés las referencias, por ejemplo las piedras que viste antes ya no están», explica. «A veces suena la sirena que anuncia esa erogación, a veces no. Lo mejor es siempre prevenir», agrega.


Pablo sale a pescar con su inseparable compañera.

Y también chequea los niveles del embalse Ramos Mexía generado por la construcción de central hidroeléctrica El Chocón aguas abajo. Ayer, por ejemplo, el nivel estaba en 380,4 metros, cuando el máximo es de 381,5. «Después de tantos años de sequía nos habíamos desacostumbrado. Sabíamos que esto podía pasar, pero igual nos sorprendió. El 2023 fue un año nevador, con muchas lluvias y si a eso le sumás las erogaciones para generar energía con tanto calor, el resultado es lo que estamos viendo», explica.

Esas cifras se traducen en esta realidad para el guía de pesca y sus amigos: en vez de avanzar el Limay Medio para desembocar en el embalse como siempre, es el lago el que avanza y se mete unos 12 kilómetros en el delta que generó esa desembocadura. Además de inundarles el refugio y complicarles la vida a los crianceros que están más cerca del río con su secuela de sus ovejas y chivas aisladas y de las liebres que no tienen como escapar, la situación alteró el panorama para los pescadores que eligen probar suerte en esta zona.


La contracara: más oportunidades de pescar truchas

En medio de la temporada, la paradoja es que con el Limay Medio en estas condiciones hay más chances para los pescadores de irse con una sonrisa. «Es que con el lago tan alto entran las percas y los pejerreyes y detrás las truchas», explica el guía.


Truchas pescadas y devueltas los últimos días de diciembre.

Por estos días, recomienda usar equipos livianos: cañas numero cinco, seis o siete, líneas de flote, truchas que imiten alevinos de percas y pejerreyes.

«El año pasado veíamos pasar a las truchas en correderas donde el agua nos llegaba a los tobillos. Ahora hay mucha más agua y muchas más truchas, tienen mucho alimento», agrega. ¿Y cuándo cree que bajará el nivel del río? «Pienso que en febrero, cuando afloje la necesidad de generar energía por el calor» responde Pablo.

Más información: instagram.com/pabloblasco_fly


El Limay Medio: buen pique y dificultad para acceder a las costas

Días atrás, el instructor de pesca con mosca Matías Fernández Carro había brindado un panorama similar.

Con el embalse de El Chocón en un nivel alto, en la desembocadura del Limay Medio están entrando muchas truchas a cazar pejerreyes. Ese es el alentador panorama para los pescadores de estos días que describió el instructor. «Con esas corridas de marrones y arcoíris que se alimentan, el Limay Medio se va a poner cada vez más activo. Sería bueno que los guardafaunas de Picún Leufú en Neuquén y Naupa Huen en Río Negro trabajen en conjunto para evitar desmadres«, señaló.

Entre las charlas de pescadores, es frecuente que deriven a tres temas: la preocupación por el impacto de las represas y las erogaciones en el ambiente, la seguridad en caso de cambios bruscos en el caudal y por lo complicado que es acceder a las costas de los 95 km del Limay Medio para hacer lo que más les gusta, pescar.

En cuando al acceso de los pescadores a la costa del Limay Medio, son muchos quienes levantan su queja por los problemas que enfrentan para entrar. Del lado neuquino hay que pagar en dos campings por el acceso, una única vez, no importa la cantidad de días. Se trata de Fortín Nogueira del lado de la represa y Media Luna del lado de la desembocadura.

«Solo queda libre el puente de Pichi Picún Leufú. Y del lado rionegrino, ya sea entrando desde Cerro Policía o Naupa Huen, hay que pagar en los campos, depende de lo que cobre cada uno. También se puede entrar en lancha remontando desde El Chocón, pero hay que tener una y saber usarla con caudales bajos y alto. Es complicado, es cierto. Los pescadores tenemos que tratar de conseguir que haya más accesos del lado de Neuquén», agregó Matías.


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