Verano en la Patagonia: de Punta Perdices a Las Grutas, cinco playas imperdibles

Nos vamos al mar en Río Negro y Chubut para recomendarte playas en un viaje que incluye a Las Grutas, San Antonio Este, Playas Doradas y el Camino de la Costa. Razones para elegirlas, cómo llegar y qué servicios ofrecen. ¿Venís a recorrerlas?

El verano se vive a pleno en la Patagonia. Y en la región hay playas dignas de conocer, ideales para agendar y proyectar una escapada o un derrotero que las incluya a todas. Aquí los datos para tener en cuenta, y descubrir dónde están y con qué servicios cuentan.


Punta Perdices, paradisíaca playa de San Antonio Este a 65 km de Las Grutas en la costa de Río Negro. Fotos: Martín Brunella.

El caribe de La Patagonia, como se conoce a esta playa, es una opción ideal para los que quieran conocer un paisaje diferente entre las postales que ofrece esta región. 

Sus aguas transparentes y la costa blanca la hacen parecida a esas postales de ensueño de otras playas lejanas, aunque aquí en lugar de fina arena haya un manto de delicadas conchillas y canto rodado. 

Está en el Puerto San Antonio Este, ubicado a 65 km de Las Grutas por ruta 3, y, al ingresar a la aldea pesquera, hay que seguir hasta el Mirador Norte, y desde allí andar un trecho corto hasta enfrentar, de lleno, este paisaje único. 

Es un balneario agreste que no cuenta con servicios, aunque el parador más cercano, llamado Serena, está a escasa distancia y tiene una cafetería. También ofrecen alquiler de tablas de stand up y de kayaks y, además, excursiones náuticas. 

En el lugar, ahora, no puede acamparse, y tampoco circular con vehículos sobre el manto de conchillas que se extiende a lo largo de la costa, para evitar que se pulvericen y que la Naturaleza se degrade. 

El sitio es uno de los más populares del Golfo San Matías, por su belleza agreste y ese perfil tranquilo que invita al relax. Caminar mirando las suaves ondulaciones de la playa, escuchar el sonido crujiente de las conchillas que sepultan la arena y darse refrescantes chapuzones es la mejor opción. 

Por otra parte, aunque ahora sean muchos los visitantes que la eligen, Punta Perdices es uno de esos sitios que permite una conexión total con el entorno, y hace que parezca realidad la fantasía de abstraerse frente al mar por un momento, olvidándolo todo, para gozar a pleno del presente, sin urgencias ni preocupaciones. 


El Sótano, al sur de Las Grutas. Fotos: Martín Brunella

Es la playa ubicada más al sur de Las Grutas, en ese recorrido por costas calmas y agrestes que invitan a pensar que las playas vírgenes existen. 

Para llegar hay que comenzar un trayecto que se inicia en el balneario Piedras Coloradas, que está a 5 km del centro de Las Grutas. Una vez en esa dirección, a la que lleva un sendero de arena y ripio, es imposible perderse. Es que este lugar es el último que se recorre antes de llegar a Fuerte Argentino, esa enorme meseta ubicada a 42 km del casco urbano. 

Su nombre, como tantos que designan otras playas, está cargado de historias. Ocurre que allí los recolectores costeros de pulpitos dejaban sus capturas, en las cuevas que se forman en los acantilados que bordean esa costa. La frescura de esas cavernas aseguraba que los pulpos permanecieran intactos antes de ser comercializados. 

Ahora, esas grutas son el lugar ideal para una simpática selfie.  

La playa es calma y carece, como todas las del sector, de servicios. El lugar más cercano para reaprovisionarse es Las Coloradas, así que es conveniente viajar con todo lo necesario para pasar el día.  

Para aventurarse además se requiere un vehículo adecuado, porque puede complicarse la ruta, debido, justamente, a la ausencia de asfalto. 

Lo demás será puro disfrute y descubrir las posibilidades de una playa en la que también se dan excelentes piques y es ideal, por eso, para la pesca de costa. 


Bahía Creek, en el Camino de la Costa. Fotos: Marcelo Ochoa

El Camino de la Costa, entre el balneario El Cóndor y la ruta de acceso al puerto de San Antonio Este, ofrece muchas alternativas para disfrutar de lugares -en su mayoría vírgenes- que ofrecen amplias playas, inmensos médanos y flora y fauna características de la región Patagónica.

Bahía Creek es uno de los sitios más recomendados, con una incipiente villa y cada vez más residentes y visitantes.

Ubicado en uno de los extremos del Golfo San Matías ofrece la tradicional costa de acantilados patagónicos, grandes playas con poco declive y una de las zonas de médanos más grandes de Sudamérica. La práctica de actividades náuticas a vela está en crecimiento.

Está a 135 kilómetros de Viedma y se puede llegar a través de la ruta Provincial N° 1, que tiene 60 kilómetros asfaltados hasta La Lobería y otros 70 de ripio y arena; y una segunda opción son los poco más de 100 kilómetros que la separan de la capital provincial por la ruta Provincial N° 51, todos de ripio, por la zona de la Cuchilla.

Tiene una pequeña población estable, pero el número aumenta considerablemente durante los fines de semana y, en especial, en la temporada de verano porque son permanentes las construcciones de viviendas para uso recreativo y está en proceso un nuevo loteo.

La villa todavía no cuenta con servicios públicos, el agua se obtiene de perforaciones -algunas comunes- y para proveerse de energía los residentes optan por paneles solares o pequeños equipos electrógenos.

En el lugar hay una proveeduría y también funciona un hostel, con buena aceptación entre los jóvenes, que ofrece habitaciones dobles y cuádruples y un domo, todos con baños y cocinas compartidos, y un comedor con platos típicos de la zona. Además, funciona un cámping en el viejo refugio del Club de Pescadores donde, entre otros servicios, cuenta con agua caliente, espacios para carpas y casillas y un salón comunitario.

El municipio, a cargo de la zona desde la ampliación del ejido municipal en 2015, presta el servicio de recolección de residuos a través de un concesionario y está realizando un relevamiento para avanzar en un futuro ordenamiento territorial.


Playas Doradas y sus arenas interminables. Foto: Martín Brunella

Una costa dorada que relumbra al sol y parece no terminar nunca. Ésa es Playas Doradas, un balneario ubicado a 32 km de Sierra Grande, una tranquila localidad del este rionegrino

Sus playas realmente son muy amplias y se extienden a lo largo del casco urbano, que está compuesto por una oferta considerable de complejos y departamentos, un hotel, un cámping y varios lugares plagados de propuestas gastronómicas. 

El paisaje no muestra acantilados que obstaculicen la visión del mar, que impresiona al presentarse en toda su inmensidad. Esta característica, además, hace que toda la costa sea ideal para la práctica de deportes de viento, como el carrovelismo y el kite surf. 

Pescar desde la orilla también es una de las grandes diversiones de aquellos que aman los buenos piques, que aquí encontrarán siempre un tesoro de especies variadas. 

Pero más allá de las opciones el disfrute del lugar es el mejor plan, porque, para los que buscan balnearios tranquilos para recorrer sin apuro y dejar pasar el tiempo a puro rélax, no habrá mejor sitio. 

Además, se puede visitar Sierra Grande, y realizar trékking por las sierras que bordean el pintoresco poblado, que décadas atrás floreció con la actividad minera. 

Volviendo a Playas Doradas, uno de los balnearios imperdibles es Las Casitas, ubicado en el punto más alejado de la zona céntrica y bordeado de un delicado perfil rocoso que ofrece el reparo ideal para disfrutar de bellos atardeceres. 

Con respecto a las distintas modalidades de alojamiento, hay precios para todos los bolsillos, e inclusive funciona un cámping. En el caso de una familia tipo (una pareja y dos chicos) un departamento se consigue desde $4500 hasta $8000 diarios, dependiendo de los servicios ofrecidos y la cercanía con el mar. 


Puerto Madryn vive de cara al mar, Fotos: Ente de turismo de Puerto Madryn

Las playas céntricas de Puerto Madryn, la bella ciudad costera de Chubut, son una delicia para aquellos que amen el mar y la vida al aire libre. 

Se despliegan frente al centro de una localidad que se caracteriza por contar con turismo durante todo el año, debido a su enorme calendario de fauna, que logró convertir en uno de los grandes atractivos. Es que, desde ballenas francas hasta delfines, orcas y elefantes marinos, todos los personajes acuáticos dicen presente en este sitio, que sabe explotar al máximo esta faceta y convirtió las experiencias que se viven con ellos en el mejor plan. Por eso los operadores del lugar ofrecen desde avistajes de estas especies hasta buceo con lobos marinos

Pero más allá de esta característica, el enorme movimiento que tienen los balnearios céntricos es lo que llama la atención de muchos amantes del mar. Los paradores que se suceden a lo largo de la costa ofrecen todo lo que se necesita para sacarle el jugo al paisaje. Es que se pueden alquilar equipos y tomar clases de las disciplinas deportivas más diversas (kite surf, buceo, windsurf, kayaks, stand up paddle). O permitirse un relax y, con las olas de fondo, disfrutar de la mejor coctelería y gastronomía.  

Este rubro es uno de los más apreciados, porque en cada rincón que bordea la arena sorprende la frescura de los mariscos y pescados, la variedad de las cartas y la decoración hipnótica que hace que sea más placentera la propuesta gourmet. 

La costanera también está llena de vida, tanto de residentes como de turistas. Parejas tomando mate, niños con skates o rollers, adultos circulando en bicicleta. 

El muelle y su actividad es otro de los grandes imanes. Incluso allí llegan, cuándo están habilitados para el ingreso, los cruceros con viajeros de distintas partes del mundo, para disfrutar de la costa, de los paisajes y de la enorme diversidad de ofertas de experiencias. 

Ser parte de ese enorme movimiento es lo que vuelve únicas las playas de Madryn, que están a un paso de todo y plagadas de emociones. 


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