La hora de destapar el curanto en Colonia Suiza

A 25 km del centro de Bariloche, la tradición convoca a locales y visitantes que se maravillan con las carnes y verduras cocidas sobre piedras calientes.

Cuando el “Gringo” corre la tierra, aparta las hojas de maqui y destapa completamente el hoyo, emana el aroma de las carnes y verduras cocidas sobre piedras calientes. El sabor, con un dejo ahumado, hace tan particular al curanto que se convirtió en un menú al que se le rinde culto cada verano con una fiesta nacional.

“No es ahumado, tiene un leve gusto a humo pero no es tan fuerte, no tiene ningún aderezo, es totalmente natural y con el producto final la gente se queda maravillada”, dice el popular hombre del curanto de Colonia Suiza, Jorge Rubén Nielsen Goye, más conocido como el “Gringo”, que cada miércoles y domingo cocina esta delicia en la tierra con las enseñanzas que su tío abuelo Neutral Goye le dejó.

El curanto es una tradición a 25 kilómetros del centro de Bariloche aunque tiene sus orígenes en Chile donde lo hacen con productos del mar. Por eso Neutral Goye -junto a Manuel Cancino Ojeda- lo adaptó con carnes rojas en 1942 y desde entonces se convirtió en un menú que trascendió hasta lograr hace 17 años tener su propia fiesta popular.

El curanto consiste en calentar piedras con leña encendida en una superficie en la tierra no muy profunda, de 20 a 25 centímetros. Una vez calientes las piedras, se colocan hojas de maqui, carnes, verduras, se cubre de hojas nuevamente. Luego una bolsa de arpillera limpia para concluir tapando el hoyo con tierra.

Después de una hora u hora y cuarto, se descubre y se distribuye en bandejas para los cientos de comensales que esperan su porción que contiene carne vacuna, cordero, chorizo y pollo, papas, zanahorias, batatas, zapallo con arvejas y queso, y manzanas. Es el momento cúlmine para los turistas y residentes que se agolpan junto al hoyo para tomar fotografías y filmar con sus celulares.

Los días de verano, que son un boom de turistas en Colonia Suiza, Nielsen prepara unos 120 kilos de carne y la misma cantidad de verduras para completar unas 100 porciones.

En la feria artesanal los comensales pueden sentarse en un espacio cerrado del salón comunitario de la Junta Vecinal y al aire libre en alguno de los 25 mesones que se comparten y forman parte de ese espíritu comunitario que se vive en la feria.

La cocción del curanto se complementa con la variedad de menús que ofrecen distintos puestos en la feria artesanal. El abanico es amplio y va desde empanadas, sandwiches, panchos, papas fritas, hamburguesas de cordero o vegetarianas, trucha al disco, deliciosas tortas y postres.

Además hay cerveza producida por lugareños de manera bien casera y productos artesanales de todo tipo.

Frente a la feria también se generó un espacio nuevo llamado “El Conventillo”, con un paseo gastronómico y de artesanías también diverso.

“Colonia Suiza es el único lugar cerca de Bariloche con un paseo gastronómico y turístico”, resaltó Nielsen, un amante de su tierra y promotor de la belleza natural del poblado que tiene unos 300 habitantes, rodeado por cerros, arroyos y el lago Moreno.

El Gringo: “No tiene aderezos, es totalmente natural”.
Alfredo Leiva

¿Cuánto cuesta?

Dejo ahumado. “Pero no es tan fuerte”, aclara el cocinero.
Alfredo Leiva

Las carnes y verduras del curanto se colocan a las 12 y se descubren cerca de 13:30. El ritual se repite miércoles y domingos.

Malabares. Frente a la feria artesanal, hay otro paseo.
Alfredo Leiva

Aquellos suizos que llegaron en 1895

Cinco familias de colonos suizos salen de su país en 1883 en busca de mejores oportunidades. Se instalan cerca de Temuco, Chile, hasta 1895 cuando deciden radicarse en la zona de Bariloche alentados por un plan estatal para poblar la región.

Los primeros pobladores se dedican al trabajo y cultivo de la tierra, la ganadería y posteriormente la industria maderera.

En los últimos 30 años se potenció como poblado turístico, manteniendo su impronta tranquila, sus calles de tierra y casas históricas.

En 1987 se desarrolló la feria artesanal y el paseo se convirtió en un atractivo para los visitantes.

Hoy se puede llegar desde Bariloche en vehículo particular o en la línea 10 del TUP que tiene seis frecuencias diarias. También la empresa Mi Bus dispuso un “rondín” que sale cada hora y traslada a la gente hacia o desde el kilómetro 18 de Bustillo.

Trucha al disco. Otra de las opciones gastronómicas.
Alfredo Leiva

Hamburguesas de cordero. Siguen las tentaciones…
Alfredo Leiva

Cerveza artesanal. Aquí, el puesto de El Navegante.
Alfredo Leiva

Datos

$ 600
La porción de curanto para dos personas, nutrida con todas las carnes y verduras.
Las carnes y verduras del curanto se colocan a las 12 y se descubren cerca de 13:30. El ritual se repite miércoles y domingos.

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