‘Ya no somos ciudadanos de segunda’
Escena
WASHINGTON (AFP).- En medio del júbilo, Olivier y Alex abrazan se abrazan tras conocer el fallo de la Corte Suprema en favor del matrimonio homosexual. El sol de plomo no impide un estallido de vivas, gritos de alegría y “gracias” en la explanada . “¡Es extraordinario!”, dice Olivier Basdevant, un francés de 45 años, tras abrazar a pareja, Alex Kaplan, de 33, ambos residentes en Washington. Están casados desde hace tres años y gracias a la decisión de la Corte “Alex podrá apoyarme en Estados Unidos para tener la residencia. Estamos por adoptar (un niño) y podremos darle a nuestra familia la estabilidad ”, afirma. Cientos de personas aguardaban ayer ante la sede de la Corte con pancartas “Cásense con quien quieran” o banderas gays multicolores. Entre ellos, Jeffrey Bisch, de unos sesenta años, del vecino estado de Virginia. Lleva un cartel para los nueve jueces: “Permitan que mi hijo Dustin Lance se case”. “Mi hijo es un militante gay”, dice . “Es una locura. No podemos decidir a qué categoría de seres humanos pertenecemos para poder casarse! ¿Por qué no podemos tener todos los mismos derechos?” Caroline Hunt, 26 años, y Amanda Klinger, de 29, casadas, están exultantes y muestran su pancarta que dice: “Nuestro matrimonio acaba de ser 1.138 veces más legal”, en referencia a las 1.138 ayudas públicas (jubilación, impuestos, salud, etc.) de las cuales estaban excluidos los homosexuales. “Buenísimo, ya no somos más ciudadanos de segunda clase”, aseguran. A miles de km de allí, en San Francisco, donde vive la mayor comunidad gay del país, el alcalde Ed Lee dice sentirse “feliz de que el amor triunfe sobre la ignorancia” ante 400 militantes que aplauden y se abrazan.
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