Un testigo de los disparos no identificó al agresor de Yanina Muñoz

Un testigo de los disparos no identificó al agresor de Yanina Muñoz

Yanina Muñoz ingresó al tribunal con ayuda de sus muletas. El ataque a balazos, del que fue víctima en mayo, dejó secuelas irreversibles en una de sus piernas. Ayer se sentó frente a los jueces y volvió a recrear aquella noche en la que un hombre decidió dispararle en ocho oportunidades.

El encargado de presentar el caso fue el fiscal Martín Lozada, quien insistió en demostrar que la expareja de la víctima, Pablo Jesús Cáceres, fue el autor del ataque que se perpetró en el barrio Ada María Elflein.

“Se trató, a no dudarlo, de un ataque que fue la continuación de otros tantos consumados previamente”, explicó Lozada acerca del vínculo que une a Cáceres y Muñoz, quienes además tienen una hija en común.

El abogado defensor, Horacio Brucellaria, presentó cuatro testigos para demostrar que Cáceres no se encontraba en el lugar del ataque, se refirió a la existencia de “otro tipo de cuestiones” que no se habrían investigado y vinculó a la víctima con un problema de drogas.

Los protagonistas

Pablo Cáceres fue el primero en dirigirse al tribunal compuesto por Héctor Leguizamón Pondal en la presidencia, María Evelina García Balduini y Juan Martín Arroyo. Se defendió de las acusación fiscal diciendo que el 26 de mayo llegó a su casa después del trabajo y esperó la cena mientras miraba televisión.

Cáceres dijo que escuchó los disparos y que se enteró de lo ocurrido con Muñoz al otro día por el comentario de un vecino, quien también le avisó que lo señalaban como autor del hecho.

Ante las preguntas de las partes añadió que es pensionado y tiene una invalidez parcial. Dijo que Yanina Muñoz lo engañó con otro hombre y que, tras la separación, la mujer los hostigó y amenazó en varias oportunidades.

Yanina Muñoz recordó que esa noche estaba conversando con Pablo Sosa, una amigo en común con Cáceres, y que éste le aviso de la llegada de su expareja. Explicó que el hombre comenzó a dispararle tras decirle “hija de puta te voy a cagar matando, vos mataste a mi mamá”, y que ella solo pudo esconderse detrás de un nicho de gas.

La víctima dijo que la relación con Cáceres fue normal hasta que nació su hija. Comentó que luego comenzaron los golpes y que incluso fue “denigrada” ante los amigos de la expareja.

Los testigos

Entre los testigos estuvo Pablo Sosa, quien no pudo asegurar que la persona que atacó a Muñoz fuera Cáceres, “tenía una capucha y un pañuelo” dijo. Sin embargo coincidió con la víctima en la primera amenaza que gritó el agresor.

Un agente de la Comisaría 28 ratificó la existencia de denuncias por amenazas y hostigamientos, pero dijo que eran recíprocas entre las partes.

La actual pareja de Cáceres, Ayelén Zapata, se refirió a las amenazas de Muñoz a través de llamados telefónicos y mensajes. Entretanto, una mujer que dijo estar comprando ropa en la casa de la pareja confió que el acusado estaba en ese lugar al escuchar el sonido de los disparos.

El juicio continuará mañana desde las 9, y se esperan los aportes de los testigos que introducirán las pruebas del caso, así como la lectura de los informes periciales.

La acusación del fiscal

El fiscal Jefe, Martín Lozada, dijo que el hecho ocurrió en uno de los pasillos del edificio 19 de Barrio Elflein entre las 22:35 y las 22:45 de la noche del 26 de mayo de 2017. Pablo Cáceres se aproximó a Yanina Muñoz, quien se encontraba fumando un cigarrillo junto a un amigo, y que armado con un rifle calibre 22 efectuó al menos ocho disparos. Los primeros desde una distancia de dos metros y los restantes a no más de medio metro.

Lozada explicó que seis de esos disparos “hirieron gravemente” a Muñoz, quien sufrió la fractura del fémur de su pierna izquierda, lo que le impidió realizar sus tareas habituales por un plazo que superó los 30 días.