Una toma que hace evidente la emergencia habitacional de Bariloche

Familias a las que no les alcanza para el alquiler, que tienen trabajo y están dispuestas a pagar por la tierra protagonizan la ocupación de tierras que arrancó el fin de semana en el barrio Pilar I. La Justicia abrió una instancia de negociación.

En una precaria casilla de paredes de placas de madera prensada y techo de chapa, piso de tierra, sin baño y sin servicios, Alicio Bustos pasó con su familia el crudo invierno. Soportaron nevadas e intensas heladas. No tenía otra opción. Sin dinero para pagar un alquiler, no podía quedarse en la calle con su esposa, sus hijos y nietos a cargo. Por eso, resolvió instalarse en la toma del barrio Pilar I, ubicado en las afueras de Bariloche.

El espacio donde convive el grupo familiar es tan pequeño que estos días de jornadas templadas aprovechan para comer en un improvisado patio, que despejaron cuando limpiaron una parte del terreno baldío donde abundan los arbustos de mediana altura y la basura.

“Me tuve que venir acá porque no tuve otra alternativa porque no puedo pagar un alquiler”, explicó a “Río Negro”. Es el mismo drama que enfrentan unas 40 familias de Bariloche que están en situación de emergencia habitacional y que forman parte de la toma. Aunque sólo siete instalaron una casilla como pudieron en el lugar. Las otras no pueden hacerlo porque hay una orden judicial de no innovar.

“Yo pagaba 5.500 y desde este mes tengo que pagar 6.500 pesos de alquiler y, lamentablemente, es insostenible”, afirmó Nicolás Villalva.

Algunos vecinos del barrio El Pilar I apoyan a las familias de la toma. Otros están en contra. “Llegaron de la noche a la mañana, no respetaron nada, cortaron alambrados y hay una abogada metida”, afirmó la presidenta de la junta vecinal Irene Mena. Dijo que las 46 familias del barrio hace 40 años que estaban esperando para hacer las mensuras de los terrenos y estaba encaminada una solución, “pero ahora, con esto, todo queda en cero”. “Alguien los está mandando, hay intereses políticos”, sostuvo Mena.

Villalba desmintió que estén mandados por punteros políticos. “Es una medida desesperada”, explicó y aseguró que no cortaron ningún alambrado. “La mayoría de los que estamos en la toma trabajamos y queremos lograr un acuerdo para pagar por los terrenos”, aseguró. Comentó que la mayoría llegó a la toma por comentarios de boca en boca.

Tensión

Hubo momentos de tensión estos días por la presencia policial. El domingo pasadas las 23.30 hubo un incendio intencional de una casilla de madera, que había levantado una enfermera para vivir con su hija, denunciaron Mauricio Bartiva y Alicio Bustos.

Villalba explicó que presentaron un listado de las 40 familias con todos los datos personales al fiscal Eduardo Fernández, porque hay una denuncia penal por el delito de usurpación que presentó el dueño del lote ocupado. Se abrió una instancia de mediación.

“Río Negro” se comunicó con Omar Sisko, que explicó que es el dueño del lote de casi 3 hectáreas tomado, pero se excusó de dar declaraciones. Dijo que el tema está en manos de la Justicia.

Villalba lamentó que cuando fueron a tratar de hablar con la funcionaria a cargo de Tierras y Viviendas del municipio, Laura Zanoni, que estuvo en el barrio no los atendió. Dijo que presentaron una nota al gobernador Alberto Weretilneck, cuando estuvo el fin de semana que se desarrolló la Copa Mundial de Snowboard Cross en el cerro Catedral, pero tampoco hubo respuesta.

Una solución que

acercaron los fiscales

A raíz de la denuncia penal que el dueño del lote, de casi 3 hectáreas, presentó en la fiscalía se abrió un espacio alternativo de resolución al conflicto. Los fiscales Eduardo Fernández y Silvia Paolini se reunieron el viernes con unas 30 personas que forman parte de la toma. Aún no hubo una solución.


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