“Regalos que decido no aceptar”

Era un profesor, comprometido y estricto, conocido por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo.

Al finalizar el curso, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo: “Profesor, lo que me alegra de haber terminado las clases es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de ver su cara aburrida”. El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado. El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó: “Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, ¿lo recibes?

El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta. “Por supuesto que no”, dijo. “Bueno –prosiguió el profesor– cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar”. “No entiendo a qué se refiere”, dijo el alumno confundido. “Muy sencillo. Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio, y si yo me siento ofendido o me pongo furioso estaré aceptando tu regalo, y yo, mi amigo, en verdad prefiero obsequiarme mi propia serenidad. Muchacho, tu rabia pasará. No trates de dejarla conmigo porque no me interesa. Yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón, pero de mí depende lo que yo llevo en el mío”.

Daniel Mariscal

DNI 11.416.811

“Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio,

y si yo me siento ofendido o me pongo furioso estaré aceptando tu regalo”.

Daniel Mariscal

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“Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio,
y si yo me siento ofendido o me pongo furioso estaré aceptando tu regalo”.

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