El Indio Solari, entre dioses y tempestades

“El perfume de la tempestad” es el nuevo disco.

Vendavales y divinidades surcan “El perfume de la tempestad”, flamante tercera placa solista del Indio Solari, en la que el líder de Los Redondos ofrece una docena de obras donde la canción roquera vuelve a constituirse en un territorio inquietante. Menos tecnológico que en “Porco Rex” ( 2007) y más cercano a la atmósfera de “El tesoro de los inocentes” (2004) y más aún de los últimos trabajos de Los Redondos, el artista demuestra el abundante jugo que aún porta su universo creativo. Solari explota como pocos las posibilidades expresivas del rock para entregar una síntesis donde su pluma lúcida, atemporal y filosa navega sobre un turbulento cauce sonoro que disfruta de los cruces, de la densidad del discurso. Para emprender esta nueva carrera, el intérprete reunió nuevamente a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado (denominación que aquí brilla por su ausencia) y en donde descuellan las guitarras de Gaspar Benegas y Baltasar Comotto. En el concepto sonoro donde el Indio aporta “teclados, ruidos y voces”, según reza en los créditos, también se lucen Marcelo Torres en bajo y Hernán Arramberri y Martín Carrizo que comparten la batería y también el rubro “edición e ingeniería”. La bola sonora se nutre, además, de un set de vientos que ahora conforman Sergio Colombo (saxo), Miguel Tallarita (trompeta), Alejandro Elijovich (violín) y Carlos Nozzi (violonchelo). El flamante repertorio parece tener como ejes las referencias a dios (nombrado con minúscula) y a los diferentes ribetes de la tempestad a la que alude el título que lo reúne. Sobre esos tópicos que bien pueden servir para las sentencias, las preguntas, las descripciones, las rabias o las ironías, se configura un recorrido que atrapa sin necesitar de las fórmulas que pueblan la industria del entretenimiento. La voz cantante de Los Redondos insiste con vehemente libertad en seguir construyendo un universo artístico propio en el que cada vez resulta más y más protagónica la larga e impactante serie de 20 ilustraciones propias que pueblan el libro que contiene al CD y que completa el concepto de “El perfume de la tempestad”. Allí y después de las letras de “Todos a los botes!”, “No es dios todo lo que reluce”, “Ceremonia durante la tormenta”, “Torito es muerto”, “Satelital”, “Chante Noire”, “Vino Mariani”, “ZZZZZZZ…”, “El tábano en la oreja”, “Submarino soluble”, “Black Russian” y “Una rata muerta entre los Geranios”, aparecen escritos al margen como la frase de Antonin Artaud “Tengo vergüenza de ocupar un lugar en un mundo donde la comodidad está hecha de compromisos”. En el epílogo de este trabajo irrumpe un apunte firmado por Memoria popular que reza: “Cuando el chucho canta el indio muere. No será cierto… pero sucede”, pero es de esperar que esta pelea de Solari contra el miedo siga regalando gestos imperdibles para los devotos ricoteros pero también para aquellos que aún abrigan esperanzas en torno a las posibilidades expresivas del rock. (Télam)

La nueva producción del ex líder de los Redondos incluye también un libro con ilustraciones propias.


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