León Gieco, antes de tocar en la Fiesta de la Manzana, habló con “Río Negro”

El viernes el músico y compositor santafesino estará en la primera noche de la Fiesta Nacional de la Manzana. Antes del recital “Río Negro” habló con él.

En la noche del viernes, inaugural de la Fiesta Nacional de la Manzana 2017, en el predio a la vera de la Ruta Nacional 22, donde se concentrarán el gran espacio ferial, el escenario mayor y una globa cubierta y con sillas para que los artistas regionales desplieguen su música y bailes. En la misma velada donde se presentan Ciro y Los Persas, Raúl Alberto Antonio Gieco, León (65) para todo el mundo, enarbolará su música, su poesía, sus palabras indispensables.

Hijo de campesinos, en sus más de cuarenta años por caminos de Argentina, Latinoamérica y países como Rusia, Suecia o Dinamarca, desde su álbum debut, “León Gieco” (1973), León ha editado quince placas de estudio con canciones propias. Dos calles, una avenida, una escuela y tres bibliotecas populares llevan su nombre en distintos lugares del país, como La Quiaca.

León Gieco- Un honor, realmente… Hay una avenida ahí, una calle en Tilcara, otra en un pueblito de Salta, y ahora en Neuquén una más que se corta con María Elena Walsh. ¡Mirá que cruce!

P- Reconocimientos como estos, para nada oficiales ni generados por algún puntero político, emergen de la misma gente que habita allí.

R- Es así. Yo lo tomo más o menos normalmente, pero no es tan normal. La costumbre es que se designe a las calles con gente que está muerta o próceres, algunos recontra entre comillas… Está bien que aparezcan nombres más contemporáneos de quienes han trabajado tanto por la cultura como María Elena, como Spinetta o Charly, Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Osvaldo Pugliese, que han hecho de las canciones y de su andar, un patrimonio o han colaborado en el acervo cultural que tenemos en Argentina.

P- Siempre tengo versos tuyos dando vueltas por la cabeza. Andando por Jujuy, una casita solita en medio de la Puna me recordaba “Y que me dicen de esa casa sola que se ve desde un avión” (de “Pensar en nada”, 81). Sin proponérmelo, como parte de mi memoria.

R- Sí , qué sé yo. El trabajo que hacemos nosotros es ese. Mirar lo que la tanta gente no ve y después logra entender. Hay cosas, como por ejemplo, en la época del 90 cuando compuse “Los Salieri de Charly”, ‘91 y ‘92, enumeré que: “El 1% quiere esto torcer”, y sigo pensando lo mismo, el 1% de cuarenta millones de argentinos, que vendrían a ser cuatrocientas mil personas, ponele, tiene el deseo de que nuestro país sea diferente. Una minoría.

“El 9% tiene el poder”, de lo que queda, que sería el 90%, “el cincuenta solo come”, como diciendo que le da lo mismo cualquier cosa, “y el resto se muere sin saber por qué”. Por esto último, me criticaban por hablar así de la pobreza argentina. Pero, cuando llegué a Buenos Aires (a sus 18 años) había un 2% de pobres y ahora, son el 37%… Casi estamos llegando al 40% que decía entonces. Ahora, está siendo reivindicado el tema, por esos datos, precisamente. Escribimos así porque estamos pensando todo el tiempo cómo componer canciones y ellas hablan. Por eso, no me gusta referirme a la política concreta porque se ve en la televisión, en los diarios, se escucha en la radio, y no es poética. En cambio, nosotros poetizamos la política, digamos. Hacemos una poesía del todo político.

P- Cantar es político.

R- Exactamente. Y poner el cuerpo. O sea, estoy constantemente haciendo trabajos siempre para el Hospital Garrahan. Soy un agradecido por todo lo que me pasó y me gusta ser solidario. Tengo mucho que agradecerle a esta profesión que supe realizar, que supe construir. Me fue muy bien. Yo he escrito más de cuatrocientos temas, muchos de los cuales se escuchan en el exterior. “Solo le pido a Dios” está grabada en todos los idiomas, escrita en cientos de libros educativos, y eso junta un derecho de autor bastante elevado. Lo agradezco y me doy el lujo de colaborar siempre para alguien, con la canción.

P- Que habla, decías, de modo poético, pero también sintético. Expresa en un verso, en una estrofa, en tres minutos, cosas para las que otros debemos usar muchas palabras. La síntesis aclara.

R- Esa es la magia de la canción. No todos componen. Para hacerlo, hay un misterio que empieza por la primera que para mí fue “Hombres de hierro”, mezcla de una obra de Bob Dylan con el Mendozazo, una revuelta popular donde los militares reprimieron a una manifestación de maestras y mataron en abril del 1972 a ocho mendocinos. Recuerdo que Claudio Gabis, guitarrista de Manal, quiso tocar con mi compañero de viaje, el bajista de mi grupo, me consultó qué música me gustaba y le contesté que Dylan, y me regaló una armónica con un atril para colgar del cuello. Coincidiendo con que me compré el primer disco del ahora Premio Nobel de Literatura… Tocaba con mi guitarra, en la pensión, junto a un Wincofón, arriba de “Blowing en the wind”, con la armónica de Gabis, y pensando en lo de Mendoza. De ahí salió mi primera canción.

P- La creaste hace 47 años y hoy se puede usar para musicalizar imágenes bien recientes.

R- Es otro misterio, el que estás ubicando. No compuse un tema comercial, que especula; fue contestatario, político, y no ha perdido vigencia. Para colmo.

P- La misma realidad se encarga de mantenerla activa.

R- Todavía ahora la puedo cantar. Inclusive, cuando vaya a Roca, haré una versión de “Hombres de hierro” con el grupo que me va a acompañar, de pibes que tienen la edad de mis nietas. Todavía existen los “que no escuchan la voz, que no escuchan el grito, que no escuchan el dolor. Gente que avanza se puede matar, pero los pensamientos quedarán”. Lo podés aplicar perfectamente en la represión que hubo en el sur con los mapuches, con la gente que se quedó sin trabajo, donde vos quieras…

P- Cosas que siguen sucediendo a pesar de que también le cantaste a la memoria y sin embargo, por momentos, se desdibuja, se confunde, y se repiten historias que ya sufrimos como sociedad.

R- Y sí… Uno, de joven, cree que va a encontrar un cambio. El otro día estaba viendo un video de Crosby, Stills, Nash and Young, cuarteto que aprecio muchísimo, uno de los primeros grupos políticos de los Estados Unidos, voces que cantaban muy bien, y en una parte me largué a llorar… Hacía mucho que no veía ese material donde David Crosby dice: “Si nuestras canciones sirvieran aunque sea, para que menos chicos vayan a la guerra de Vietnam, estaríamos conformes”. Recordá qué pasó después, no solo no lograron que terminara sino que vinieron un montón de guerras más que iniciaron los norteamericanos, pasando con Bush hijo, matando a un millón y medio de iraquíes. Lloré por la impotencia. Vamos a ser conscientes, la canción dibuja la realidad pero no cambia la situación.

P- Eso no invalida la canción.

R- No, no. No la invalida, pero uno se siente un poquito impotente. De joven siente que pelea por un cambio con justicia y nunca se ve. Por eso, en “El desembarco” (2011), escribí que “no pretendemos ver el cambio, solo haber dejado algo sobre el camino andado que pasó”. Yo ya perdí la esperanza de ver el cambio en nuestro país, por lo menos.

P- Estás preparando, haciendo maquetas del material para tu próximo compacto.

R- Yo dejé de tocar, estoy haciendo estas últimas dos presentaciones, la de la Fiesta de la Manzana y en Lollapalooza, con un grupo alternativo porque con mi banda nos separamos. Y me vine un poquito lejos de Buenos Aires, a alejarme del ruido y tener más tiempo para escuchar música, ver videos, leer poesía, novelas, a Jorge Luis Borges, cosas que nunca hice, con la intención de componer un nuevo disco, grabarlo y durante este año o el que viene, armar un grupo y empezar a tocarlo. Esa es la idea, pero no tengo apuro, necesidad de salir a tocar, tampoco.

P- ¿Qué Gieco muestran las canciones?

R- Algunas que se podían aplicar en los 90’s y ahora estamos viviendo una realidad bastante parecida… Hay las que hablan de la ecología que es un problema muy grave que tenemos; otra que habla de las Madres del Dolor, una que reivindica la lucha por los derechos humanos. Hay temas sobre la discapacidad, más los comprometidos con asuntos políticos, con la lucha de la mujer, contra la violencia de género. Todo lo que está a la vista, puede ser importante para hacer un tema. Nunca voy a componer una canción tonta, no sé. Los que las hacen tienen mucho más éxito porque no dicen nada y las pasan todo el tiempo por radio y televisión. A nosotros no nos difunden, nuestras canciones están olvidadas por los medios, casi. Pero sí están en el registro de la memoria de la gente, algunas tienen más de cuatro décadas y siguen vigentes.

“Nuestras canciones están olvidadas por los medios, casi. Pero sí están en el registro de la memoria de la gente, algunas tienen más de cuatro décadas y siguen vigentes. Es una gran ventaja que tenemos”,

“Vamos a ser conscientes, la canción dibuja la realidad pero no cambia la situación. Es un deseo que uno pone en ella, de que la cuestión vaya mejor”.

Datos

“Nuestras canciones están olvidadas por los medios, casi. Pero sí están en el registro de la memoria de la gente, algunas tienen más de cuatro décadas y siguen vigentes. Es una gran ventaja que tenemos”,
“Vamos a ser conscientes, la canción dibuja la realidad pero no cambia la situación. Es un deseo que uno pone en ella, de que la cuestión vaya mejor”.
“Tesoro, los niños primero” (1991)
Auspiciado por Unicef.
“Mensajes del alma” (1992). Folclórico y más melódico.
“Orozco” (1997)
Tiene la satírica “Ojo con los Orozco”.
“Bandidos rurales” (2001)
Una placa con muchas colaboraciones.
“El desembarco” (2011)
Último trabajo de
estudio.

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