Estreno de “Sólo se vive una vez”: encuentro con Peter Lanzani

El actor asume su primer protagónico en cine en una comedia de acción donde comparte cartel con la China Suárez, Luis Brandoni, Pablo Rago y los refuerzos internacionales Gerard Depardieu y Santiago Segura.

Estreno de “Sólo se vive una vez”: encuentro con Peter Lanzani

Hoy jueves se estrena la comedia argentina de acción “Sólo se Vive una Vez” (2017), película protagonizada por Peter Lanzani. “Río Negro” tuvo la oportunidad de hablar en exclusiva con el actor que nos contó cómo fue participar de un film con un elenco de lujo, cómo se sintió haciendo comedia y la experiencia de no usar dobles de riesgo para sus escenas de acción.

Leo (Lanzani) es un estafador de poca monta que se dedica a chantajear a hombres que le son infieles a sus esposas. Esto lo hace con la ayuda de una prostituta llamada Flavia (Eugenia Suárez) que lleva a sus clientes a un hotel en donde el joven los filma. Pero cuando la chica lleva a un hombre (Carlos Areces) muy importante, unos mafiosos se hacen presente en el lugar y terminan asesinándolo. Como es testigo de todo, y además se lleva algo que los criminales necesitan, ahora Leo deberá huir del jefe mafioso llamado Duges (Gérard Depardieu) y de sus sanguinarios secuaces López (Santiago Segura) y Harken (HugoSilva).

El elenco de “Sólo se Vive una Vez” lo completan figuras como Pablo Rago, Darío Lopilato, Arancha Martí y Luis Brandoni.

Santiago Segura y Gerard Depardieu, mafiosos en busca de venganza.

P- Hace muy poco que comenzaste a hacer cine y esta película es tu primer protagónico, ¿cómo te resultó el llevar adelante el largometraje?

R- En realidad, no lo sentí así. Para mí es un laburo en equipo, en donde necesitás de todas las áreas. Aunque mi cara esté en el afiche, soy muy relajado con esas cosas. A mí me gusta escuchar al director, lo que pide, lo que necesita; al igual que cualquiera de los otros rubros que componen el film. Somos un equipo llevando una película adelante. Seguramente tengo más escenas y la estructura va por el lado de mi personaje, pero es algo que lo trabajamos mucho con el director y el guionista y estaba todo muy armado. El personaje no se construye solo, necesita de los demás actores que te ayuden a contar, el foquista, el director de fotografía, y no sé cuántos más podría seguir nombrando. Entonces se necesita de todos, y nunca sentí como un peso el protagónico porque nunca me instalé de ese lado. Fue un proyecto en el que todos tratamos de tirar para adelante y eso fue lo que sucedió.

P- Nuevamente te metés con un género nuevo, de acuerdo a tus anteriores experiencias en el cine. ¿Eso es adrede?

R- Sí, es algo buscado. Trato de ir haciendo y creciendo en base a eso. Cruzarme con distintos realizadores, actores, ir hablando y aprendiendo de todos. Para mí esta es una carrera que no tiene tope. No es que hoy me encuentro en un lugar y quiero llegar más arriba, porque siempre hay un poco más. En base a eso, trato de sacarme las ganas de hacer una comedia, un film de terror o un thriller psicológico, o algo dramático. Lo mismo me pasó con el teatro. Trato de ir haciendo de todo un poco, más ahora, a esta edad, que me da un poco el cuore. Ya voy a estar un poco más cansado y tendré que elegir una cosa a la vez (risas). Me gusta disfrutar del momento y de las oportunidades que llegan, y aprovecharlas a lo loco. Por supuesto que hay un tipo de cine que me gusta más que otro, pero cuando se da la oportunidad de hacer una animalada como la que hicimos acá, con actores de lujo y con un equipo técnico increíble, no la podés dejar pasar.

P- Hay un despliegue muy grande en Sólo se Vive una Vez. Recuerda mucho a Comodines (1997), con la diferencia que no tenía tanta comedia como ésta.

R- Claro, sí. Y no era cómica. Es un género que hace mucho no se usa en nuestro país, y lo extraño es que funciona muy bien acá. Podemos comprobarlo con los films extranjeros. La única manera de empezar a hacer que este género se realice y funcione es haciendo un largometraje como el nuestro. Ojalá que guste mucho, pero no únicamente por nosotros sino para que después haya un director y una productora que se planteen seguir haciendo films del género. Así es como comienza a rodar la rueda. Es muy divertido hacer esta clase de películas. Entonces, la mejor manera de que funcione y se haga es haciéndolo. Las cosas hay que laburarlas, sino no se llega a ningún lado.

P- Tu registro, el lugar en donde te sentís más cómodo, es el drama. Acá te tiraste a la pileta, por decirlo de alguna manera. ¿Qué tal te resultó la experiencia?

R- ¡Me encantó! Me gusta mucho la comedia, siempre me gustó en realidad. Para lograr tener un buen timing, que se necesita mucho en la comedia, la única manera es generándolo. Todo vuelve a lo mismo, ¿no? Me sentí cómodo y lo disfruté, me costó un poco pero también tenía unas bestias al lado que me ayudaron mucho: Pablo Rago, Darío Lopilato, Luis Brandoni, Carlos Areces, Santiago Segura, Hugo Silva, el mismo Gérard Depardieu. Pero además funcionó la química entre todos. Ensayamos antes, vimos cómo funcionaban los tonos, cómo queríamos hacer la comedia y la manera de contarla, y qué atmósfera queríamos lograr para que después en el set más relajados pudiéramos disfrutar de lo que estábamos haciendo. Hubo momentos en que fueron carcajadas puras que no podíamos seguir filmando. Y yo creo que cuando pasa eso en una comedia, es clave. Porque si nosotros nos divertimos filmándola, eso traspasa la pantalla.

P- Hay otro protagonista muy importante en la película: la ciudad.

R- Sí, sin dudas. Es una peli argenta hecha y derecha. Estará compuesta por un elenco internacional, pero tiene un humor bien nuestro. Por lo menos yo lo siento así. Irá mutando y tendremos que explorarlo para sacarlo de lujo, pero sentimos que funcionaba en este caso. Estar filmando acá una super producción así fue como un: “¡Vamos, carajo”! Ponerte la camiseta del cine argentino e ir hacia adelante.

P- Como bien dijiste antes, hay un elenco internacional de lujo. ¿Cuánto tardaste en entrar en confianza con tus colegas?

R- Con Santiago Segura entré más en confianza, pero también porque Federico Cueva, el director, es muy amigo de él. Con Depardieu me costó más, pero porque no lo podía creer. Era tener ganas de abrazarlo y tocarlo porque es un groso. Pudimos hablar de cine, nacional e internacional; y me enteré que hizo un par de notas en donde habló muy bien de mí. Son esas cosas que a uno también lo llenan, porque ante todo trato de ser una buena persona y llevarme bien con la gente.

P- ¿Y de qué hablaron?

R- Un poco de todo. De construcción de películas, de sus experiencias, sobre qué cine le gusta más, sobre films internacionales y argentinos. De nuestro cine conocía a Damián Szifron porque creo que había visto Relatos Salvajes (2014). Y también de la carne argentina, de los vinos, nos reímos un rato y entramos en confianza. Eso sirvió para que a la hora de hacer una escena fuera todo mucho más sencillo. Porque, para mí, el actor necesita la conexión con el otro. Si no, se vuelve todo muy efímero. Me crie mirando sus películas y que haya sido mi colega, realmente fue loquísimo. Me parece que la pasó bien y se fue muy contento.

Y con Santiago tuve muchas comidas, conocí a su familia. Es muy raro que sucedan esas cosas y la verdad es que nunca me imaginé que me iba a pasar algo así. Traté de aprovecharlo lo máximo posible. Tener a esos animales como compañeros, con la carrera que tienen, cada segundo que los mires es aprender algo nuevo. Cada cosa que hacían yo lo tomaba como un consejo. Como actor en crecimiento y nada de carrera al lado de ellos, no hay otra que mirar la cancha desde afuera y ver jugar a los mejores. Siempre hay que aprender de ellos.

P- ¿Es cierto que hiciste la mayoría de las escenas y no usaste dobles?

R- Sí, por supuesto. Tengo que hablar con el director y el productor para ver si me dejan subir a internet un video adonde se ve todo eso. Es muy impresionante. Ellos querían que tengamos dobles, pero yo pedí no tener ninguno. Si voy a hacer una película de acción, la quiero vivir. El director tiene experiencia en eso y confiaba plenamente en la gente que hizo los efectos especiales. Hay que entregarse y traté de proponer eso: ensayo de peleas, las coreografías, el salto que se ve desde el edificio que lo hice como ocho veces. Hubo cosas más jugadas que otras, pero le sirve al director a la hora de editar poder mostrar que es el actor el de la escena y no tener que tratar de disimularlo porque es un doble. Es más sencillo de filmar, es más divertido de hacer y se cuenta diferente, sin lugar a dudas.

P- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

R- Se viene el estreno de esta película, estoy también el teatro haciendo la obra El Emperador Gynt en el Centro Cultural General San Martín. Ahí interpreto a 14 personajes, lo cual es un desafío enorme, pero el teatro tiene esa cosa diferente e inexplicable que te atrae como ningún otro medio. Esa obra me cachetea y me desafía función a función, y como actor eso está muy bueno. Creo que en agosto se va a estrenar la miniserie Un Gallo Para Esculapio, escrita y dirigida por Bruno Stagnaro. Ya la grabamos y estuvo muy bueno lo que hicimos. Fue durísimo hacerla, pero creo que la va a romper. Y a mediados de julio arranco a filmar la historia de Carlos Robledo Puch, en donde voy a hacer a uno de los secuaces junto al Chino Darín. El film se va a llamar El Ángel, y va a estar dirigido por Luis Ortega. Tengo varias cosas en el futuro. La verdad, no me puedo quejar.


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